—¿Qué quiere decir dominante?
Jeno y él se miraron.
El doctor suspiró. —Entiendo que sean betas... al menos usted señor, pero deberían tener un poco más de conocimientos acerca de esto. Acompáñenme, por favor.
Entraron de vuelta a la consulta y el doctor comenzó a teclear algunas cosas. Volteó la pantalla de su computadora y les enseñó algunas fotografías y videos de algunos omegas dominantes en el mundo de la fama.
—Como pueden ver, los omegas dominantes lucen casi como alfas. Son altos, tienen un carácter fuerte y usualmente escogen como parejas alfas dominantes, ya que sus feromonas son demasiado para los alfas normales.
Haechan asintió y luego negó. —¿Es necesario que yo deba escoger un alfa dominante? No me molestaría estar con un beta o un alfa u omega —se encogió de hombros, esperando una respuesta afirmativa.
—Me temo que la idea de un omega como pareja está descartada, a menos que desee pasar sus celos sufriendo. Un omega dominante necesita de un alfa para poder sobrevivir los insufribles celos que poseen. Duran una semana y se dan cada tres meses. Usted puede emparejarse con quien desee, señor Lee, pero en los celos deberá contratar un alfa para que pueda ayudarlo.
—¿Ha muerto gente por no poder pasar el celo con un alfa? —el doctor negó de inmediato—. ¿Entonces?
—No mueren por no pasar el celo, pero hay gente que ha fallecido por la fiebre incontrolable. Nadie puede soportar 42° o más, señor Lee.
Al volver a casa, Haechan decidió llamar a su madre de inmediato para informarle las nuevas noticias. Jeno le había prometido regresar de inmediato después de la charla en la universidad y llevaría algo de comer.
—Y esa es mi historia, mamá. ¿Qué opinas? —la línea se quedó en silencio un rato—. ¿Mamá?
—¿Qué harás al respecto, Chanie? Quiero decir, tu sueño siempre ha sido poder estudiar música y ahora que estás ahí... ¿Qué harás?
El castaño suspiró. —No lo sé, es por eso que te llamé.
—No deberías llamarme para eso, es tu vida, cariño. Debes pensar en que es lo mejor para ti, yo estaré feliz con lo que escojas. Al final, tú eres el que vivirá eso... yo ya los tuve a ustedes y tengo mi vida, te toca a ti hacer tu vida, mi pequeño omega.
Con solo decir eso, Haechan comenzó a llorar como un loco, pidiéndole perdón por haberla defraudado. Al terminar de decir eso, su madre lo regañó.
—No vuelvas a decir algo como eso, Lee Donghyuck. No porque los resultados hayan cambiado quiere decir que tú lo harás. Además, suenas como si fueras a morirte. Cariño, yo estoy orgullosa de ti porque siempre has sido mi dulce y pequeño osito. Ser omega, beta o alfa no cambiará nada, ni el amor que la gente siente por ti, ni como te miran. Debes estar orgulloso de lo que eres y si alguien te dice algo, dímelo y yo me encargo.
Secó sus lágrimas con suavidad y suspiró con algo de pena. —Mañana comienzan mis clases.
—Lo sé. Tú puedes Haechanie, desde acá te enviamos nuestras bendiciones para que te vaya bien. Tus hermanos no quieren admitirlo, pero te extrañan.
—¡No es cierto! —se escuchó desde lejos. Haechan sonrió por fin.
—Cuídate mucho, cariño. Ya sabes a quién llamar si pasa algo y si no, llámame a mí. Pero siempre llama a Jeno primero, él está más cerca que yo. Nos vemos, Haechanie.
—Te llamo mañana para contarte como me fue —su mamá se rio y con un "bueno", terminaron la llamada.
Al día siguiente, Haechan iba junto a Jeno rumbo a la universidad. Ya se había tomado la medicina que le recetaron y se sentía más tranquilo.
—Renjun me dijo que debías usar un collar —le informó su amigo mientras abría la puerta de la universidad.
—¿Quién es Renjun y por qué debo utilizar un collar? —enseñó su credencial al guardia de seguridad y ambos entraron a la enorme universidad.
Jeno lo abrazó por los hombros y se burló un poco. —Mi lindo y pequeño amigo omega. El que te conté el mes pasado, ¿no te acuerdas? —Haechan negó de inmediato—. El chico que te ayudó en la tienda.
El pobre castaño no podía recordad nada de aquel día. Solo sabía que había ido por cervezas y terminó en cama por culpa de su primer celo que aún no sucedía.
—En fin, mi pequeño y encantador Renjun me contó que debías ponerte un collar porque, a pesar de todo, hay gente depravada que puede intentar hacerte daño.
Haechan sonrió. —¿Te gusta ese amiguito, Jeno?
Su amigo negó de inmediato. —No, solo creo que es muy bonito. Nada más —se encogió de hombros y suspiró—. Ayer conocí al amor de mi vida.
—No empieces, Lee —Haechan se quitó el brazo de su amigo y lo apuntó con el dedo—. Si vas a salir con alguien, primero debes dejar de pensar en tu exnovio, ¿me oíste?
—Pan comido. Ya lo olvidé.
—Eso espero, pito suelto —Haechan le dio un golpe a Jeno y se marchó a su facultad.
Gastronomía estaba un poco más cerca de la entrada que la facultad de música donde debía ir Haechan.
Caminó por largo rato hasta que la enorme señal le indicó que ya había llegado. Entró con algo de miedo y solo fue directo al mapa que le indicaba su salón.
—Hola —Haechan saltó en su lugar y se dio la vuelta, encontrándose con un lindo chico alto de cabello rosáceo—. Soy Chenle.
—Haechan —asintieron sin saber qué decir—. ¿En qué estás? —Chenle lo miró sin comprender la pregunta—. Me refiero, ¿qué estudias?
—Ah. Composición... estaba buscando el mapa y me ganaste. Es mi primer año, así que no me sé los salones.
Haechan asintió. —También yo. ¿Qué salón?
—258C
Volvieron a quedarse en silencio hasta que el castaño se dio cuenta de que iban al mismo salón. —Vamos entonces.
Entraron al salón cuando no había demasiada gente y el profesor apenas y estaba dejando su café en la mesa.
Ambos le hicieron una reverencia y fueron en busca de asientos en el medio del salón.
—Muy bien clase, hoy comenzaremos como siempre, con las presentaciones que sé que muchos adoran. Mi nombre es Qian Kun y seré su querido profesor de composición 1.