Conflicto arreglado

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Después de una semana completa que Renjun pasó cuidando a Haechan, todo volvió a la normalidad.

Antes de regresar a su hogar, le dio un baño para quitarle cualquier rastro de sudor que sabía que no tenía, pero que debía limpiar. Dejó al lindo omega en su cama, arropado y con las cortinas tapándole la luz de afuera.

Jeno en cuanto lo vio, solo cerró sus ojos y suspiró.

—Te cuidaste, ¿verdad? —el peli gris asintió de inmediato—. Ten por seguro que, si algo como un bebé llega a aparecer en mi amigo, voy a matarte, ¿verdad?

Renjun rodó los ojos. —Amigo, te prometo que me protegí e incluso recé para que diosito nos ayudara.

—¡No es momento para bromas Huang Renjun! —el más bajito cerró sus ojos en cuanto le gritaron.

—Bien, lo siento. Pero te prometo que usé protección en todo momento y jamás lo anudé como me lo pidió. Ahora, si me lo permites debo volver a mi casa y dormir seis días antes de volver a la universidad y a mi trabajo —le dio un par de palmadas en el hombro y se marchó.

Cuando Haechan despertó, buscó por todas partes al hombre que lo había ayudado en el celo. Ya no estaba dócil, pero quería agradecerle por lo que había hecho durante toda una semana.

Salió de su habitación y se encontró con Jeno y Yangyang muy cómodos viendo la televisión.

—¿Y Renjun? —les preguntó a ambos. Sinceramente, no tenía interés en preguntarle su actual relación a ese par. Conocía demasiado bien a su mejor amigo para saber que estaban en la etapa de "no sé".

Yangyang sonrió hacia él y apagó la televisión. —Buenas noches, Haechanie. Creímos que dormirías hasta mañana.

—¿Y Renjun? —volvió a preguntar.

Su mejor amigo rodó sus ojos y suspiró. —Se fue a casa, Chan. Tenía que regresar a su vida.

—Bueno, lo veré mañana. Buenas noches.

Volvió a entrar en su habitación, dejando al par bastante extrañados.

—¿Crees que le gusta Renjun? —preguntó el rubio, Jeno se encogió de hombros—. ¿Por qué pareces estar enojado?

—No estoy enojado, es solo que... Renjun no le conviene a nadie, Yangie —Yangyang se levantó del sofá y le lanzó un cojín a la cara—. ¿Qué pasa contigo?

—Te recuerdo que es mi mejor amigo, imbécil de mierda —tomó sus cosas y se acercó a la puerta—. Sería bueno que dejaras de hablar de mi mejor amigo de esa manera, dudo mucho que quieras oírme hablar de Haechan como lo haces tú.

Se fue del departamento y Jeno suspiró. La había vuelto a cagar hablando mal del pequeño e "indefenso" alfa.

Yangyang y Renjun se alejaron de Jeno por hablador y este pasó sus recesos en compañía de la soledad.

Haechan iba de camino a su única clase del día cuando vio a su mejor amigo recostado en el césped.

—¿Qué hiciste ahora, Lee? —el pelinegro miró hacia arriba y sonrió—. No te hagas el inocente, confiesa.

—Por hablador me quedé solo —Haechan rodó los ojos—. Oye, no me hagas esos gestos. Se supone que eres mi mejor amigo.

—Sí, pero te dedicaste a decir cosas malas de tu supuesto amigo, cualquier persona haría eso. Sobre todo, si es su mejor amigo. Es como si alguien hablara mal de ti y yo no te defendiera, ¿te gustaría eso?

Jeno negó de inmediato y bajó la cabeza. —De verdad lo siento, es solo que no quiero que te haga daño.

—¡Deja de meterte donde no te corresponde! Ni siquiera yo con todos tus antiguos novios me comporté de esa manera, así que ya fue suficiente. Vamos, ve a disculparte y por favor aclárale a Renjun que no sentimos nada el uno por el otro.

—Si voy ahora parecerá que solo lo hago porque tú me dijiste y no se verá sincero. Lo haré después de clases.

Haechan le dio un suave golpe en la cabeza y se marchó a su clase, si seguía acompañando a su mejor amigo lo regañarían por la tardanza. Jeno no era una mala persona, solo siempre era muy metiche en la vida de su mejor amigo.

Las clases del lindo beta finalizaron y se acercó a Renjun. El bonito alfa asintió hacia él e intentó irse a casa con Yangyang, pero Jeno lo detuvo de inmediato.

—Espera... yo, me he estado comportando muy mal contigo y tú no mereces eso.

Yangyang levantó una ceja y miró a Renjun. —¿Lo vas a perdonar?

—No me ha pedido perdón.

Jeno sonrió y miró hacia otro lado. —Perdón por comportarme como un imbécil contigo, sé que no eres mala persona e incluso ayudaste a mi querido bebé con su primer... ya sabes, pero soy demasiado sobre protector con ese hombre.

—¿Quieres que te perdone por hablar mal de mí? —Jeno asintió—. Eso suena un poco gracioso.

—No lo dije de una manera que te haga el villano, lo dije de la manera en que no quiero que a mi mejor amigo le rompan el corazón.

Renjun suspiró y le dio unas suaves palmadas en el hombro como aquel día. —Escucha, Lee Jeno. Te perdono porque yo haría lo mismo por Yangie, pero creo que no merezco ser tratado como basura. Nunca le he hecho daño a Haechan y tampoco tengo intensiones de hacerlo.

—Ya lo sé, Renjun. Prometo que ya dejaré de hacerlo.

Se dieron un abrazo y fueron los tres en busca del lindo omega. Renjun dejó de sonreír cuando lo vio saliendo de la facultad de música con un hombre más alto que él.

—¿Quién es el que está junto a Haechan? —preguntó tratando de parecer casual. Solo Jeno no se dio cuenta, mientras su mejor amigo sonrió divertido.

—No lo sé. Ah, creo que es Chenle.

—Vaya, no tenía idea de que Haechan tenía amigos —desde donde estaban, podían ver como Chenle se acercaba al castaño y lo hacía reír—. ¿No deberías llamarlo para que nos vayamos?

Jeno negó. —¿Estás loco? Si lo interrumpo me matará, además parece que es un coqueteo sano —Renjun se mordió la lengua y trató de enseñar una sonrisa—. Ya vendrá cuando termine.

Yangyang empujó a Renjun con el hombro. —¡Haechan! —gritó el rubio, Haechan miró hacia ellos y levantó su mano—. De nada, Renjuncito.

Renjun entrecerró sus ojos hacia su mejor amigo y con disimulo trató de arreglar su cabello.

—Hola chicos, ¿ya se amigaron?

Los tres asintieron.

—Hola, soy Zhong Chenle —se presentó el lindo chico—. Amigo de este hombre hermoso —Yangyang mordió sus labios tratando de no reírse de su amigo.

Haechan miró a Renjun y sonrió con timidez. —¿Cómo estás, Junnie?

—Estoy mejor ahora que te veo —Jeno no dijo nada—. ¿Te sientes mejor?

—Sí, gracias a ti.

Chenle miró de su amigo al lindo alfa y sonrió. —Fue un placer conocerlos a todos, pero debo ir a mi cita. Nos vemos.

—¿Tu amigo está saliendo con alguien? —preguntó Renjun, menos celoso que antes.

Haechan levantó una de sus cejas y pensando que quería coquetear con Chenle comenzó a caminar sin ellos. —No te diré.

Renjun fue tras de él intentando que el lindo omega le asegurara que no había nada entre ellos dos.

—Son igual de idiotas —le dijo Yangyang a Jeno, mientras los veían alejarse—. Se celan entre ellos, era más fácil confesarse, ¿no crees?

—Me gustas —confesó Jeno.

—Ya sé, Lee. No eres disimulado —el rubio comenzó a caminar más rápido, dejándolo solo.

—¿Qué hay de ti? —preguntó detrás de él.

—No te diré.

Al final del día, los cuatro hombres eran igual de idiotas.

Música y Lirios (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora