IV

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El bar interior del hotel estaba casi vacío a esas horas de la noche, con solo unos pocos clientes dispersos disfrutando de sus bebidas.

El ambiente estaba impregnado de una suave penumbra, con luces tenues que destacaban la elegancia de la arquitectura del hotel. Max se encontraba sentado tras el mostrador, observando a Nat desde un rincón, mientras éste servía a los escasos pero entusiasmados clientes de la noche. Su encanto innato, deleitaba a los huéspedes mientras les atendía con gracia y simpatía.

Max había notado a Nat desde el momento en que puso un pie en el hotel. Pronto descubrió que la atracción era mutua e innegable. Y aunque sólo habían cruzado algunas miradas furtivas esta noche, el deseo estaba presente en el aire.

Sus miradas se encontraron una vez más y ambos sintieron esa corriente eléctrica que los unía.

Cuando finalmente Nat se acercó para tomar su pedido, Max se esforzó por mantener la compostura.

"Que te sirvo esta noche?" Preguntó Nat con una sonrisa seductora.

"¿Podrías prepararme un whisky en las rocas, por favor?" Respondió el mayor, tragando saliva.

"Claro, un whisky en las rocas para un hombre con gustos refinados." Le guiñó el ojo.

Nat preparó la bebida con destreza y se la entregó a Max. En ese momento sus manos se rozaron levemente y la adrenalina se liberó instantáneamente en sus venas, provocando chispas en el aire. Ambos sabían que había algo más entre ellos.

Max habló sin apartar la mirada:

"Nat, no puedo negar lo que siento cuando estoy cerca de ti. Desde que te conocí, no he dejado de pensar en ti."

Nat se inclinó ligeramente sobre el mostrador, acercándose a Max con complicidad y responder con voz suave:

"Yo también he sentido una conexión especial contigo desde el momento en que te vi."

El corazón de Max latía con fuerza mientras su deseo por Nat se intensificaba. No había dudas, ambos estaban locos el uno por el otro.

"Entonces, ¿qué tal si dejamos de resistir lo que claramente está sucediendo entre nosotros?" Le dijo Max decidido a hacer una locura.

Nat asintió, sus ojos brillaban con la misma pasión que sentía Max.

"Me encantaría dejar de resistirlo." Susurró con sensualidad.

Entonces Nat instruyó a Max para que lo siguiera desde atrás discretamente, hasta una puerta que había al final del pasillo, donde había una bodega en la que guardaban algunos insumos. La tensión entre ellos era palpable mientras intercambiaban miradas cargadas de deseo y anticipación. Ambos sabían que lo que estaban haciendo era arriesgado, pero la fuerza de su conexión era irresistible.

Una vez se encontraron a solas y en la penumbra de la estrecha bodega, Max atrajo a Nat por la cintura con rudeza:

"Nat, no puedo negar más lo que siento por ti." Le susurró con voz ronca y cargada de necesidad.

"Y qué es lo que sientes por mi?" Le preguntó el pequeño con la misma intensidad.

"Me encantas, me vuelves loco de deseo. Nunca había sentido algo así de intenso por alguien."

"Bésame, Max." Rogó el más joven.

Max cerró la poca distancia entre ellos y lo besó en la boca, su corazón latiendo aceleradamente en su pecho. Nat respondió enredando sus dedos en su cabello negro y abriendo su boca para lamer su labio inferior y luego chuparlo y morderlo como si fuera un dulce delicioso. Había querido probar los gruesos labios del mayor desde la primera vez que lo vió, cuando le pidió un trago con ese aire atractivo y casual.

Se besaron apasionadamente por unos momentos, dejando que toda la tensión acumulada se liberara en esos minutos mágicos. La bodega se convirtió en su refugio secreto, mientras se entregaban a la pasión y al deseo compartido. A pesar del riesgo de ser descubiertos y de que Max tenía esposa, ambos sabían que había algo especial entre ellos, algo que valía la pena explorar.

El tiempo pareció detenerse mientras se perdían en la boca del otro, sin preocuparse por nada más que la intensidad de su amor clandestino. Aquella noche, en la oscuridad de esa bodega, Max y Nat dieron inicio a una historia de amor que florecería en la furtividad de sus encuentros secretos, explorando juntos la magia y el deseo que habían descubierto el uno en el otro.

Continúa.

[MaxNat] Tentación De Verano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora