III

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Por la noche, Max estaba sentado en una silla junto al borde de la piscina, observando a Nat mientras éste nadaba con gracia en el agua. La luz cálida de las farolas y las luces del fondo de la piscina, resaltaban la belleza del muchacho. Max no podía apartar los ojos de él. Había algo magnético en Nat que lo atraía de manera irresistible.

Nat, ajeno a las intensas miradas de Max, nadaba con soltura y una sonrisa traviesa en el rostro. El reflejo del agua brillaba en su piel y sus movimientos eran suaves y elegantes. Max sentía cómo su corazón latía con fuerza mientras contemplaba a Nat, y una corriente de emoción y deseo lo invadió.

Finalmente, Nat salió del agua y se acercó a Max, quien sintió un nudo en la garganta y trató de disimular sus emociones.

"Hola, Max. ¿Disfrutas de la vista?", dijo Nat con una sonrisa traviesa, al fin notando la mirada intensa de Max.

"Oh, se podría decir que sí", respondió Max, intentando ocultar su atracción con una risa nerviosa. "Es solo que... tienes un estilo único para nadar, Nat".

Nat arqueó una ceja, notando la emoción oculta detrás de las palabras de Max. "¿Estás seguro de que sólo es eso, Max?", preguntó sonriendo juguetonamente.

Max se sonrojó ligeramente, sabiendo que no podía ocultar sus sentimientos por mucho tiempo. "Bueno... Además eres muy especial, Nat. Tu presencia aquí hace que todo sea más interesante".

Nat se acercó más a Max, hasta que su boca quedó a milímetros de la oreja del mayor. "¿Y qué es lo que te interesa tanto, Max?", susurró, desafiante y seductor.

El corazón de Max latía desbocado mientras se encontraba tan cerca de Nat. La atracción era intensa, y ya no podía contener sus emociones.

"Es que... hay algo en ti que me cautiva de una manera que no puedo explicar. Eres muy hermoso", confesó Max, sin poder apartar la mirada de sus ojos grandes y preciosos.

Nat sonrió con satisfacción ante la honestidad de Max. "Eres una persona muy divertida, Max. Y puedo decir que también estoy cautivado", admitió Nat.

El ambiente se cargó de tensión mientras Max y Nat se miraban fijamente. La pasión entre ellos era palpable, pero ambos eran conscientes de los límites y el peso de sus acciones. Max era un hombre casado y tenía que jugar mejor sus cartas si quería conseguir a alguien como Nat.

Finalmente, Nat se apartó y miró a Max con travesura en los ojos. "Te veo en el bar de la playa mañana." Entonces se marchó a paso ligero, dejando atrás a un Max alborotado y confundido.

Continúa.

[MaxNat] Tentación De Verano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora