Caroline terminó su turno en el supermercado a las dos de la tarde como cada día. Se sentía muy cansada. Su jefe la había regañado por un error en los pedidos que ni siquiera habían sido su culpa. En cuanto sus pies la sacaron de ese lugar, se puso sus auriculares y reprodujo la canción West Coast de Lana Del Rey.
Se sentía bastante angustiada por el punto en el que se encontraba en su vida. Se sentía estancada, pequeña, como si su existencia no tuviera ningúm significado. Apenas tenía veinticuatro años y su vida no había sido precisamente bonita.
Su sueldo apenas le alcanzaba para pagar el alquiler, y el ambiente laboral, pese a dar lo mejor de sí misma con sus compañeros y clientes, era deplorable.
Era un fantasma rondando entre la gente. Un triste y solitario fantasma.
Suspiró. Al menos había cobrado su sueldo, y por suerte, luego de pagar alquiler y servicios, le había quedado un resto para comprar libros nuevos, lo que la tenía muy emocionada y de buen humor.
El supermercado quedaba a cuatro calles de donde vivía así que generalmente se iba caminando para ahorrarse el dinero del bus. De pronto algo captó su atención en la parada. Había un niño pequeño, de tal vez ocho o nueve años que parecía muy agitado y estaba hablando con un adulto. A medida que Caroline se fue acercando, podía oír con más claridad de qué se trataba.
—Por favor señor, estoy buscando a mi papá, me perdí. —decía el pequeño.
—Si claro niño, yo soy el sobrino de Homelander. —se mofó el hombre, antes de alejarse y subirse am bus que se había detenido. Caroline se apresuró a llegar al chico.
—¡Hola cielo! —Caroline incó sus rodillas para estar a la altura y le mostró una sonrisa amable al niño— ¿Como te llamas? ¿Estas perdido?
—Mi-mi nombre es R-Ryan, estoy busca-ndo a mi papá, no se donde está. —dijo con los ojos comenzando a humedecerse.
—Oh, no te preocupes cariño, te ayudaré a encontrarlo, mi nombre es Caroline Doyle —estrechó su mano con suavidad— ¿Quien es tu papá?
—Homelander.
Caroline frunció el ceño confundida. Por un segundo creyó que tal vez estaba confundido, pero estaba tan nervioso que Caroline no lo creyó posible. Parecía decir la verdad. Tomó su celular y tecleó rápidamente en Google "hijo de Homelander" y entonces lo confirmó, Ryan decía la verdad. Su foto estaba en Google.
Siempre había admirado a Homelander, y siempre había deseado conocerlo, pero nunca tenia dinero ni tiempo para asistir a ningún evento. Y de pronto se encontraba a su hijo.
La vida era extraña. ¿Que rayos hacía ese niño en Brooklyn?
—De acuerdo cariño, eso quiere decir que vives en la Torre de Vought ¿no es asi? —él asintió—. Eso queda en Manhattan —dijo para si misma—... Bueno, escucha cariño, voy a llevarte con tu papi ¿si? —buscó en su bolso su tarjeta del bus, pero claramente la había dejado en su casa, ya que luego del trabajo no planeaba ir a ningún lugar, y tampoco tenía efectivo para un taxi—. Okay, cielo, escúchame —tomó el rostro de Ryan suavemente—. Necesito mi tarjeta de transporte para llevarte y eso está en mi casa, queda a dos calles. Si vienes conmigo, iremos a buscarla y te llevaré a la torre en un bus ¿estas de acuerdo?
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𝘽𝙧𝙤𝙤𝙠𝙡𝙮𝙣 𝙗𝙖𝙗𝙮 •°[𝘏𝘰𝘮𝘦𝘭𝘢𝘯𝘥𝘦𝘳 fanfic] °•
Lãng mạnElla es todo lo que él había soñado, todo lo que él y Ryan necesitaban. Los personajes son enteramente propiedad de Eric Kripke.