ᴛʜᴇ ɢʜᴏꜱᴛ ᴏꜰ ꜱᴜᴍᴍᴇʀ

¿Quién es el?

Mi nombre es Olivia, soy una chica normal con una vida normal, pero lo que nadie sabe, es que me enamore de un fantasma.
Bueno, mi nombre es Olivia y tengo 17 años, vivo con mi mamá, mi papá y mi hermano menor. Siendo sincera, soy una chica diferente, prefiero leer para entrar a la universidad, en lugar de ir a fiestas para emborracharme. Quizás me llamen rara, pero así soy. Por lo mismo me molesto que mi mamá haya planeado un viaje a México, será un viaje familiar, con mis tíos y primos que casi no veo. Me molesto al inicio, pero mi hermano me dijo que si iba, me hacía un castillo de arena para mí solita. Me dio ternura, así que me termino convenciendo.
Prepare mis maletas para irnos al avión. El viaje fue largo, leí para ir a la universidad de mis sueños. Harvard, sólo los mejores van a esa universidad. Horas después llegamos a México, en la sala del aeropuerto, estaban mis tíos y primos. Mi tía se acerco para saludarnos.
Tía: Hola hermanita, hace mucho que no nos vemos.
Mamá: Hola, hace tanto. Ya quiero estar en la playa con ustedes.
Nos fuimos al hotel para nuestra reservación. Empece a mover las maletas mientras un empleado sólo estaba ahí.
Yo: Oye, ¿crees que me puedas ayudar?
Él: ¿Disculpa?
Yo: Agh. Olvídalo
Él sólo me vio raro y seguí moviendo las maletas a nuestro cuarto. Una vez ya todo arreglado, decidi hacerle una videollamada a mi novio.
Yo: Hola cariño.
Peter: Hola bebé. ¿Qué tal el viaje?
Yo: El viaje estuvo bien, pero el servicio es horrible.
Peter: Ay, ya sabes como son los empleados. No saben hacer bien su trabajo.
La conversación siguió normal, colgué poque íbamos a la piscina un rato. Baje con las toallas para apartar nuestras tumbonas, me acoste en la mía y el chico de la recepción a quitar nuestras toallas.
Yo: Oye, ¿qué te pasa? Están apartadas. Le reclame.
Él: No veo nombre en las tumbonas, yo creo que no tienen dueño.
Yo: ¿Pero no viste las toallas?
Él no me contesto y sólo alzo los hombros.
Yo: Suficiente, iré por el gerente. Me levante de la tumbona, camine y sentí como que me resbalaba e iba a caer a la piscina. El chico me agarró de agarro del brazo y ambos caímos a la piscina.
Salí a la superficie de la piscina y el chico iba atrás mío. Yo salí indignada y el chico salía riendose.
Yo: ¿Te parece gracioso? Deja que el gerente se entere y te van a correr.
Él: Yo no haría eso.
Yo. ¡¿Por qué no?! Pregunte enojadísima.
Él: No dejaría que esto arruine el tiempo con tu familia. Me contestó mientras señalaba atrás mío.
Tía: Hola hija, gracias por las tumbonas.
Voltee a verlo, pero el chico ya no estaba. Eso me parecía… Raro.
Prima: ¿A quién estas buscando Liv?
Yo: A nadie.
Prima: Ay no seas mentirosa, te vi con un chico.
Yo: Claro que no, yo ya tengo chico.
Prima: ¿Sigues con Peter? Vamos, ese chico no te conviene.
Yo: Eso no lo sabes, no lo conoces.
Prima: No fue el mismo imbécil que te dejo en medio de la carretera, con fuertes lluvias y sólo porque un muchacho se te acerco “coqueteandote”.
Yo: ¿Cómo sabes eso?
Prima: Tu mamá le conto a mi mamá preocupada.
En eso llega mi mamá.
Yo: ¡¿Por qué le contaste a mi tía?! Le reclame.
Mamá: ¿Qué le conte? Me preguntó confundida.
Yo: Lo de la carretera. No tenías porque hacerlo.
Mamá: Bueno, en eso tenías razón, pero estaba preocupada y no sabía que hacer.
Yo: No tenías porque ir de chismosa.
Papá: Oye, no le digas así a tu mamá.
Yo: Ahg. Hagan lo que quieran, yo iré a la habitación. Dije molesta.
Hermanito: No te vayas, te debo tu castillo de arena. Me suplico.
Mamá: Dejala, necesita estar sola.
Hermanito: Pero…
Papá: Dejala. Puso su mano en su hombro
Regrese al cuarto y llame a Peter.
Aurora: ¿Bueno?
Yo: ¿Aurora?¿Por qué contestaste el teléfono de Peter?
Aurora: Liv, ¿este es tu número? No estaba registrado.
Peter: ¿Quién es cariño?
Todos nos quedamos en silencio.
Aurora: Liv, te llamo más tarde. Me colgo. Me quede pensativa por un rato. Salí a la playa y me dirigí a la parte más profunda de la playa. Rompí el llanto por horas y horas. La orilla estaba alta y cerca de mar…
Me acerqué a la orilla y…
Continúara…