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.Ferrán
No dejaba de pensar en ellos. Había tenido incluso pesadillas, de mi novio besándole, caminando de la mano con él, coqueteando, yendo a citas románticas juntos.. y en todos esos momentos los ojos de su novio brillaban más que cuando estaba con él. Sabía que eran simplemente pesadillas, pero aún así dolía tanto como si fueran verdad, desde que conoció a Gavi no pudo evitar desear ser él, no terminaba de comprender cómo alguien tan mediocre podía ser tan perfecto al mismo tiempo, y los ojos de Pedri decían todo lo que él nunca admitiría, aunque doliera y tratara de negarlo era la verdad, sin embargo yo no estaba listo para dejarle ir. Mi cabeza no paraba de darle vueltas al tema y lo último que me apetecía era ver a mi "novio" Pedri.
Por lo que ya tenía claro a quién llamar en su lugar.
Gavi
No paraba de pensar en el beso de anoche. Me sentía un sucio traidor, pero no me arrepentía de lo que hice. Es mejor que hubiera sido yo antes que él, porque si hubiera sido él quien me besó significarían muchas cosas aún peores, además, ¿Cómo podría yo gustarle a Pedri si sale con el mismísimo Ferrán? Ferrán en mi secundaria es una leyenda, se dice que era el alumno más excepcional que vieron en sus vidas. Hacía todo perfecto, era dulce y educado, y le caía bien a todo el mundo, a diferencia de a mí, que se me dan medio mal la mayoría de asignaturas, los deportes los llevo aún peor, mi comportamiento no es específicamente el mejor y le caigo mal prácticamente a todo el mundo salvo Pedri y Ansu..
Estaba absorto en mis pensamientos hasta que sonó mi móvil y desperté del shock. Inmediatamente acepté la llamada con tal de no seguir escuchando el tonito ese que tanto odio ( sí, se puso un tono de llamada que odiaba solamente para que así prefiriera responder a dejarlo sonar como hacía antes).
- ¿Diga? - preguntó al contestar el teléfono
- Hola Pablito, ¿te acuerdas de mí? - dijo una voz femenina al otro lado de la llamada. El sevillano al oír aquella voz se estremeció.
- ¿Candice? - preguntó emocionado formándosele una sonrisa en la cara, a lo que la chica rió imaginando su cara en esos momentos.
- La misma - respondió feliz.
Pedri
"- mmhhmm..Pablo...ahh.. - Gemía Pedri como puta. La enorme polla del menor salía y entraba con fuerza en el agujero del canario, la habitación llenándose con el sonido de sus cuerpos chocando y los gemidos de Pedri que inundaban el cuarto. - m-maas.. - le rogaba entre gemidos ahogados.
- ¿más qué? Dímelo qué quieres que te haga, amor - decía Pablo tras parar las embestidas por un momento, ganándose un quejido del moreno.
- Fóllame más fuerte, hasta que llore de placer - pidió Pedri cerrando los ojos con fuerza. Le daba vergüenza decir esas cosas, pero si no lo decía él nunca lo haría así. Tras pronunciar aquello el sevillano renaudó las embestidas, esta vez más fuertes y rápidas. Sacaba y metía el pene a una velocidad asombrosa, golpeando la próstata del moreno cuando estaba dentro. El ojimarrón se estremecía de placer bajo el cuerpo del ojimiel, gimiendo descontroladamente, mientras que el sevillano se encontraba perdido en el placer que sentía. Entonces empezó a notar su abdomen calentarse aún más, como señal de que estaba a punto de correrse.
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Kalopsia || PedrixGavi
RomansaPablo nunca se ha sentido especial, al fin y al cabo era un chico corriente sin talento para nada; no era un chico estudioso, y mucho menos atlético, lo único que se le daba bien era correr carreras de coches, cosa que a sus 16 no podía hacer. Odiab...