Era lunes por la mañana. Acabábamos de regresar de vacaciones de invierno. Haruto había despertado ese día a tiempo, y así era como me lo había topado en el autobús rumbo al colegio, con lo que aprovechamos para platicar sobre lo que habíamos hecho en vacaciones.
Había sido un mes y medio en que había ido con mis padres a Iksan a visitar a mis abuelos, y por tanto no había visto a Cocona. Habían sido unas vacaciones muy aburridas sin ella, si he de ser sincero. Me había ya acostumbrado a su constante presencia y compañía, que estar sin ella me había dejado completamente aturdido.
-Más despacio –me dijo Haruto mientras cruzábamos la calle-. ¿Por qué tienes tanta prisa?
No respondí. Era cierto que no tenía prisa por llegar al colegio y regresar a la monotonía de las clases, sino que tenía prisa por volver a ver a Cocona. Claro estaba que no se lo iba a decir. Ni a Haruto, ni a ella.
-¡Hwanie-chan! –escuchar su voz hizo que se me acelerara el corazón, y se me dibujase una sonrisa en el rostro, la cual prontamente despareció cuando me tacleó con aquel abrazo, con tanta fuerza, que me hizo perder el aire, el equilibrio, y caer al piso.
-Yo también te extrañé –fue todo lo que pude decir, mientras le hacía cariñitos en el pelo, esperando aquello la calmase un poco.
-Vamos, arriba –dijo Maya, quien con ayuda de Juria, procedieron a sujetarla de los brazos, y jalaba, para que se quitara de encima. Haruto fue quien me ayudó a mí a incorporarme.
-¿Pasaste unas buenas vacaciones? –me preguntó Cocona, aun brincado de emoción.
-Hubiesen sido mejores si las hubieras pasado conmigo –respondí, lo cual provocó que Maya y Haruto fingiesen vomitar.
-Iré a buscar a Jeongwoo.
-Vámonos Juria, Harvey nos estaba buscando.
Y con ello, los dos se apuraron a correr rumbo al salón, dejándonos solos.
-¿Crees sea buena idea intercambiar números de teléfono? –le dije mientras caminábamos, con lo que Cocona me hizo detenerme y girar para quedar de frente a ella. Con toda la seriedad del mundo dibujada en el rostro, me colocó la mano en la frente.
-¿Te sientes bien? ¿No tienes fiebre? –preguntó.
-Estoy perfecto, gracias por preocuparte –respondí, fingiendo no darle importancia.
Cocona rio por lo bajo, y mi corazón dio una leve sacudida.
-Sí, intercambiar números de teléfono parece buena idea. Podrías marcarme todas las noches antes de dormir, para desearme dulces sueños. Así podré soñar contigo, y quizá tú también conmigo.
Hice mi mejor esfuerzo para no sonrojarme, y preferí responder que me lo pensaría. A pesar de que no tenía problema alguno en cumplirle aquel capricho, ya que me encantaba su voz, así como su risa. Aunque claro está, ella no tenía necesidad de saber aquello tampoco.
~*~*~*~*~*~
-Mañana iré por ti a tu casa.
Cocona me miró, ligeramente confundida. Mañana era fin de semana, y pese a tener ya casi ocho meses de novios, nunca habíamos pasado los fines de semana juntos. Excepto aquella vez que...
-¿Feliz cumpleaños? –aventuró. Yo me apuré a sonreírle.
-Que chica tan lista –le dije como si se tratase de un perrito, y no pude evitar hacerle un cariñito en la cabeza, dejándola completamente despeinada-. Haruto, Jeongwoo y yo pasaremos la mañana en el pc café, pero pensé que después de celebrar con ellos, podría pasar el resto de la tarde contigo –añadí, haciendo mi mejor esfuerzo para no sonrojarme, y procedí a despeinarla un poco más.
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Bento [A Junghwan x Cocona story]
Teen Fiction-¿Está ocupado este asiento? Yo dije que no. -¿Tienes novia? -Eh... No -fue todo lo que pude responder. -Bueno, ahora la tienes. Y procedió a abrir su bento como si aquella conversación que acababa de ocurrirse fuese la cosa más normal del mundo.