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"¿Por qué de pronto esto de despertar se está volviendo tan fastidioso?"
Se dijo a si mismo el chico de cabellos castaños quien se encontraba aún en la cama, el sonido tan molesto del despertador lo estaba abrumando y aquello hizo que frunciera el ceño, ¿En qué mundo tan malvado vivía que ahora debía levantarse con todas las de la ley? Definitivamente Graham tampoco entendía exactamente la intención de obligarse a despegar su cuerpo de la cama pero bien, no tenía de otra, estiró el brazo y su mano apagó al instante el aparato que le pedía a gritos que se levantará y sorpresa, volvió a su posición contemplando el techo y las paredes de su habitación, ya era costumbre cada que amanecía y siempre eran las mismas preguntas en su cabeza, ¿Habría alguna novedad el día de hoy? ¿Podría existir algo que le devolviera el entusiasmo de hace más de 10 años?

Por ahora, lo único que sabía es que debía alistarse para ir al hospital pues trabajaba en la morgue y tenía cuerpos que registrar, ante esto bueno, hace tiempo atrás Graham de verdad se había interesado por la medicina forense y aunque era algo que le apasionaba todavía se seguía preguntando en por qué comenzó a robar tanto su atención el tema de la anatomía sin vida.
El de piel pálida decidió poner manos a la obra y por fin tomo iniciativa para dejar la cama y levantarse, claro, no sin antes estirarse, comenzó a arreglar su cuarto lo más rápido posible pues así tendría tiempo de desayunar, una vez que terminó aprovecho para asearse y finalmente optó por bajar a la sala en donde una mujer castaña se encontraba en la cocina ya con la comida preparada, está se percató de que el chico ya estaba cerca de ella y sonrió dulcemente al toparse con él.

Graham, ¿Que horas son estás de levantarse? Tendrás que comer rápido o te desmayaras al ir al trabajo. - dijo la menor mientras tomaba asiento en el comedor aún con su babero puesto, está no borraba la leve y tierna sonrisa que le dedicaba al contrario.-

Ah, Hayley, agradezco el desayuno. - dijo mientras se sentaba para degustar la comida.- y respecto a tu otra pregunta, yo sé, ya es un poco tarde pero...

Pero el famoso Graham aún espera cosas nuevas, ¿No es así? - dijo su hermana mientras rodaba los ojos y reía.- Eso pasaría si te dedicaras a otra cosa, como por ejemplo.... Un museo, ¿Que dices?..... ¡Oh! Ya, podrías hacer una banda, con lo bien que tocas la gui.....

Ya, ya, y luego el soñador soy yo. - interrumpió el de lentes mientras masticaba y negaba con la cabeza en el proceso, era pan de cada día amanecer con ideas de ese tipo por parte de Hayley. - piénsalo bien, si hago un museo no creo que mi arte sea para tanto y si hago una banda bueno... No funcionaría, igual las dos cosas son solo pasatiempos.

- la adversa torció un poco la boca y soltó un suspiro, lo creía muy cerrado de mente ante esas posibilidades.- pones muchas trabas, además, yo sé que mis padres te educaron para que estudiaras algo de provecho pero... Hace tiempo que murieron, ¿No crees que es tiempo de que tú comiences a buscar lo que a ti te gusta? - bajo la mirada ante lo último haciendo que Graham la mirará, está vez con un semblante pensativo.-

Yo sé.... Pero sabes que ellos trataron de hacer lo mejor por ambos y yo... Yo tengo que aprovechar lo único que me brindaron, es lo que ellos hubieran querido. - sin más ante lo último que emanó de sus labios se levantó de la mesa y se acercó a ella para dejar un beso en su frente como despedida, tomo su mochila y por último salió de casa.-

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Mientras caminaba por las silenciosas calles de Londres con las manos en los bolsillos no podía dejar de pensar en lo que su hermana le había dicho, ¿Y si todo eso era cierto? Es decir, podía perseguir sus sueños más profundos pero... ¿Aquello era correcto?
Crisis, crisis y más crisis bastaron para que su mente tirará al caño ese tema de conversación, mientras tanto detuvo el paso para esperar el autobús que lo llevaría a su destino y procedió a escuchar musica en su walkman, al ver qué no pasaba ningún vehículo que lo llevará a dónde debía ir comenzó la impaciencia por parte del castaño, 10... 15.. 20 minutos y seguía estando parado allí,
"Carajo, voy a llegar muy muy tarde" pensó con rabia y comenzó a caminar con prisa, sus pies lo llevaron a cruzar por un parque un tanto pintoresco y grande, recuerdos comenzaron a pasar por su mente, imágenes bastante borrosas que estaban aunadas con los sueños que últimamente tenía, muy raro por cierto pero Coxon estaba acostumbrado a ese tipo de cosas y ya no le sorprendía, estaba decidido a apurarse hasta que por fin, media hora basto para que llegará al hospital, no se hicieron esperar comentarios como "En hora buena, ¿En donde te habías metido?" O "Se te durmió el gallo Graham" por parte de sus compañeros pero él solamente los ignoraba, era bastante temprano como para dar explicaciones y ponerse de malas.
Pasaron horas, el trabajo que hacía Graham era meticuloso y desgastante por el simple hecho de que tenía que hacer anotaciones sobre el cuerpo que yacia sobre la mesa y de hecho siempre era la misma rutina, nada nuevo, sus compañeras normalmente trataban de interactuar con Graham y aunque él intentaba corresponder a sus indicios de interacción no le salía del todo, no era su fuerte a pesar de que tenía que trabajar en equipo también; una vez liberado de todo deber laboral paso al baño para quitarse su uniforme y ponerse ropa más cómoda solo para salir del lugar y dirigirse a su casa, no era tan tarde así que podía detenerse un rato para ir a su <<lugar secreto>> el cuál era un jardín extenso y único por qué solo contaba con un árbol, allí Graham tenía una guitarra bien escondida y algunos artefactos de pintura, todo era bastante normal, el de lentes camino por el pastizal verde y tomo su instrumento solo para sentarse y afinar las cuerdas de este, relativamente la tarde transcurría con tranquilidad hasta que sus ojos sin quererlo quedaron pegados a alguien, era un tipo de cabellos rubios, ojos color verde y una linda nariz respingada quien se paseaba por una bicicleta, el chico miraba hacia el frente pero debió ser la mirada de Graham la que haría que él voltease un poco solo para notarlo y alejarse, ¿De dónde había salido ese hombre? Desde que coxon habia estado visitando ese rumbo jamás vio a un chico o a alguna persona caminar por ahí, era muy raro pero el de piel pálida pronto alejo su mente de esos detalles y se enfoco en lo suyo, horas más tarde y sin perderse el atardecer que adornaba su mundo comenzó a caminar hacia su casa, su mente aún seguía ocupada en la plática mañanera de ese día y la música que invadía sus tímpanos era un complemento que naturalmente lo hacía entrar en ambiente, una pequeña brisa fría abrazo su cuerpo provocando que escalofríos leves lo recorrieran y por ende se abrazo a si mismo buscando formular un poco de calor y alzó la mirada hacia el cielo al momento de detenerse hasta que algo volvió a interrumpirlo, una voz que se oía casi baja por el volumen de la música, Graham retiro los audífonos de sus oídos y volteo hacia atrás pero para su sorpresa no había nadie, o eso creyó despistadamente por qué una vez que escucho el sonido de una voz cerca de él enseguida una sombra comenzó a aproximarse, ¿Quién podría estarlo llamando? Porque para ser sincero, él no solía hablar con nadie, lo conocían y todo pero no había formado vínculos fuertes con nadie más que con su hermana, todos esos dilemas vagaron por su cerebro hasta que finalmente el dueño de la sombra se hizo presente...
¡Era él! Ese chico que tan solo en unas horas había captado su atención, pero lucía serio, en realidad su semblante y mirada era tan penetrante y desde luego Graham noto todo esto, aún así, lo que tuviera que pasar tendría que pasar.

El Jardín (Gramon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora