Aunque no tuve tanta fe para esto, nunca creí que lo de Alex y yo durará mucho casi dos meses en esto y nos tocó celebrar Navidad juntos.
Bueno, no tanto...
Él vendría a la reunión de mi familia después de las doce y cuando ya estemos un rato conviviendo iríamos con su familia.
Me hubiera gustado mantener a las familias al margen de esta situación, es decir, Alex conocía a mis hermanas y cuñados, pero yo no conocía a su familia, además de su hermana que lo acompañaba siempre a los eventos.
Presentarnos mutuamente era un paso muy oficial para la relación, pero llevábamos poco tiempo y sobre todo esto era falso.
¿Cómo se suponía que haría cuando terminemos?, ¿Tendría que contarle todos a mis padres o vivir con la mentira hasta que muera?
No lo sabía y eso me aterraba un poco.
—¿Por qué estás solita? — pregunto Ama mientras se sentaba a mi lado — ¿Todo bien, Dada?
—Creo que ya extraña a Quackity — menciono Ari y rodé los ojos con una sonrisa — No lo negaste.
Mire a mis hermanas, las adoraba, ellas eran mi mundo y odiaba tener que mentirles de esta forma.
A veces quisiera gritarlo y comentarles todos mis sentimientos confusos para pedirles ayuda porque me era imposible no sentir algo por Alexis.
—Pero de verdad, ¿Qué te pasa? — pregunto mi hermana del medio — Ahora último solo pasas pensativa.
—No es nada — conteste y las chicas me miraron serías — Solo pienso en lo mucho que ha cambiado mi vida.
—Quackity te hace muy feliz, de eso me he dado cuenta — menciono Ama y sonreí.
—Los ojos te brillan cuando hablas de él — aporto Ari.
—Si... Me gusta mucho — fui sincera — Pero me da algo de miedo.
—¿Qué cosa? — pregunto mi hermana mayor.
—El futuro.
Mis hermanas se acercaron a mí y me abrazaron.
—Tranquila, Dada — hablo Ari mientras acaricia mi espalda — Juan y yo supimos enfrentar la distancia, yo creo que Quackity y tú van a durar mucho tiempo, ustedes se quieren mucho.
Ojalá...
—Hablando del Rey de Roma — murmuró la castaña — ¡Quackity!, Llegaste en buen momento.
Mis hermanas de levantaron y lo saludaron.
—Los dejamos solos.
Alex se sentó a mi lado y tomo mi mano.
—¿Está todo bien? — pregunto con un ligero tono de preocupación.
—Solo estaba hablando con mis hermanas — mencioné.
—¿Segura? — asentí.
—Ven — me levanté y estiré mi mano — Vamos para que conozcas a mis padres.
El chico de negro entrelazó nuestros dedos y caminamos hacia la mesa principal donde estaban mis padres junto a la mamá de Juan y los padres de Filis.
—Perdón por interrumpir — me disculpé — Papá, mamá, quiero presentarles a mí novio.
[...]
Todo salió mejor de lo esperado, de hecho, mi papá y Alex se llevaron muy bien por el lado de mamá, ella siempre había adorado al chico desde que lo conoció.
—Tu papá es muy agradable — menciono Alex al llegar a mi lado.
El chico miro su reloj.
—Ya pasaron dos horas, creo que ya es hora de ir a que conozcas a mi familia — anuncio el de gorro.
Nos despedimos de todos y salimos.
Alex abrió la puerta para mí y le agradecí.
"Chiquitita" de ABBA se empezó a reproducirse en la radio y sonreí.
Era una de mis canciones favoritas, cuando era pequeña la escucha con mi abuela y la adoraba.
—Primero iremos a mí casa, es que olvide los regalos de mis hermanos — anuncio Alex.
—Está bien.
Los minutos pasaban hasta que llegamos a una linda casa con un ambiente alegre.
—Mi familia es algo numerosa — informo el pelinegro antes de bajarse del carro.
—Tranquilo, se ve divertido todo — mencioné con una sonrisa.
Adoraba este tipo de ambiente familiar.
Alex me dio una sonrisa y tomé su mano antes de que ingresáramos a la casa.
—Alexis, hasta que llegas chamaco — hablo un señor mayor.
La familia de Quacks fue muy dulce y amable sobre todo su mamá, fue tan linda siempre a mi disposición y sobre todo me dio la última rebanada de la torta que hizo.
Pasamos alrededor de una hora y algo con su familia hasta que mi novio falso vino a dejarme a casa, pero terminamos contemplando las estrellas desde el tejado de la casa.
Aun había familias que seguían con la fiesta a tope, pero por suerte la música no se escucha para nada fuerte.
—Gracias por compartir la torta conmigo — menciono Alex que estaba a mi lado.
—Me debes una comida, tu mamá me la dio especialmente para mí y yo tuve que sacrificar este delicioso postre — comente y el chico rio.
—Ya es algo tarde — musito el pelinegro — Creo que ya debo irme.
Mire la hora en mi celular, las cuatro de la mañana marcaban.
Estábamos tan a gusto conversando que los minutos habían pasado en un abrir y cerrar de ojos.
Quacks se levantó del suelo y imite su acción.
—Oye… — el chico me observo — ¿Qué tal si te quedas a dormir?
La pregunta le tomo de sorpresa, sus mejillas estaban ligeramente rosadas.
—Me refiero a que es muy tarde y me sentiría más tranquila si te quedas, no quiero que te pase nada — murmuré lo último.
—Puedo ir a mi casa sin problema — enuncio Alex.
—Yo sé — sonreí — Pero ¿Qué tal si pasa algo en el trayecto de aquí a tu casa?, queda algo lejos y peor en fecha festiva, quédate — pedí.
—Bueno, si insistes — reí levemente.
—Genial, entonces… prefieres irte a dormir o continuar con nuestra platica de señoras.
—Preparemos chocolate — sugirió el chico y asentí con una sonrisa.
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A todos los chicos de los que me enamoré || Quackity
FanfictionEscribo una carta cada vez que me enamoraba de un chico, mostraba mis sentimientos abiertamente pues guardaba las cartas para mi, sin intenciones de querer enviarlas algún día. Hasta que sucede, anónimamente alguien envía todas esas cartas a todos...