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"Y haré cualquier cosa que digas

Si lo dices con tus manos

Y sería inteligente si me alejara

Pero eres arena movediza"

-Ahora también lo siento por eso — Daniel respondió en un susurro resignándose a aceptar su error aunque para el hubiera sido uno de sus mejores momentos con Armando.

El azabache lo miró extrañado aclarando su garganta, ese semblante triste no le gustaba en Valencia — Yo también lo siento en todo caso, ósea, esto no fue cosa de uno — Buscó asumir responsabilidad mientras veía como recogía las botellas y vasos vacíos.

-Pero yo fui el que te besó — Daniel lo miró de reojo.

-Pero yo no lo detuve, hombre — Mendoza suspiró en medio de un silencio que se había formado — No quiero ser más marica de lo que ya fuimos, pero ya está empezando a hacer frio ¿podemos ir adentro? — Pidió, en un tono más a la defensiva. 

Daniel solo asintió y empezó a caminar hacia la casa sin si quiera voltear a ver al contrario pues tenía que darse ánimos de alguna forma antes de enfrentar la situación por eso en cuanto cruzaron la puerta, dejó los recipientes de cristal en una mesa y la cerraron la puerta tras ellos al fin se volteo para ver aquellos ojos oscuros con determinación.  

-Deberíamos hablar de esto. — Habló con seguridad, aunque tuviera algo de miedo de afrontar sus emociones ya que conversar sobre como acaban de besarse como si ambos desearan eso por años como si nada sonaba como una locura.

-No tenemos que hablar de nada, Daniel, solo pasó, ya es pasado, déjalo ir — Pidió el azabache dándole la espalda mientras caminaba hacia su habitación y se desabotonaba su camisa dejándola abierta.

Obviamente Daniel no dejaría que se escapara tan rápido — Si bueno, sabes que no soy bueno con eso — Respondió más para si mismo — Y tú tampoco.

-Yo no soy quien está pidiendo hablar de sentimientos como una niñita. — Se quejó mientras se quitaba su calzado al momento de entrar a su habitación.

-Armando, lo digo en serio, tenemos que hablar para evitar que se convierta en...algo. — Entonces el azabache se volvió hacia él, confundido y probablemente dolido, pero ni el lo reconocía — Comenzamos a trabajar juntos y vamos bien, no quiero que lo arruinemos.

Suspira y vuelve a darle la espalda a Daniel — ¿No piensas cambiarte?--Evade el tema principal, arrojándole un par de prendas suyas limpias, un pants gris con una camisa blanca que atrapó en el aire — Solo digo, para conversar más cómodos — Acepta finalmente y siente al mayor esbozar una sonrisa tímida.

Valencia se va hacia el baño privado del contrario para cambiarse lo más rápido posible, realmente ansioso de dialogar con Armando, de dejar pasar este extraño capítulo y continuar con sus vidas, como amigos. Era lo más sensato después de todo.
Cuando sale el menor lo está esperando ya cambiado sin lentes y con una ropa parecida, para dirigirse a la sala donde ambos se sientan en el sillón más grande del lugar.

-¿Listo para hablar? — EL azabache rodó los ojos y solo asintió un tanto ansioso. — De acuerdo, creo que tenemos que empezar por entender lo sucedido.

Mendoza se llevó las manos a la cara con desespero — Nos besamos, Daniel, gran cosa. — Respondió con un toque de sarcasmo sin si quiera ver a sus ojos.

-¿Gran cosa? pues si, tienes razón, es gran cosa. Empezando porque relativamente hace poco nos jurábamos odio eterno.

-¿Qué nunca tuviste sexo de odio o algo parecido?

El ceño de Valencia se frunció el ceño ahora si buscando la mirada del otro para verlo directamente con desaprobación.

-¿Qué? No. no creo que el sexo debería ser con odio — Respondió finalmente mostrándose un tanto ofendido — Además, el beso no tuvo una pizca de ese sentimiento, Armando — El mencionado al escuchar lo serio que estaba siendo su compañero no le vio de otra que arrodillarse hacia su dirección viéndolo aburrido esperando que así no se enfadara, acción que este agradeció internamente. — Supongamos que no importa que sentimiento estuviera involucrado en ese momento ¿Si te das cuenta que te besaste con un hombre?

𝚃𝚁𝙴𝙰𝙲𝙷𝙴𝚁𝙾𝚄𝚂 - [Daniel x Armando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora