Él no es real (Ziam)

VII.

2 de Abril del 2014.

Llorar en mi cuarto se ha vuelto una costumbre, las lágrimas no han parado de salir de mis ojos, mi padre me golpeó porque me vio abrazando a Niall.

¿Acaso mi padre no puede ser más homofobico? Joder, todo por un estúpido abrazo.

Cuando estaba en el suelo, recibiendo los golpes de mi padre creí que en ese mismo momento me mataría a golpes y por un momento deseé que lo hiciera porque eso significaba acabar con la farsa que era mi vida, pero Niall me salvó. Empujó a mi padre lejos de mí, y le propinó un golpe que lo hizo sangrar, papá se enojó y trató de devolverle el golpea Niall.

— ¡Carajo, señor! ¡No lo quiero volver a golpear, pero no me está dejando otra opción! — Gritó mientras forcejeaba con mi padre. — No dejaré que toque otra vez a Liam, usted está completamente loco.

Niall es la persona más tranquila del mundo, cualquiera que lo viera caería ante su encanto, él es tierno por naturaleza, pero cuando sacaba su lado agresivo, el color de sus ojos cambiaba de un hermoso azul cielo a uno gélido como el hielo.

Aquella mirada que le dio a mi padre mientras se interponía entre nosotros fue suficiente para acabar con la pelea, eso y también que mi padre tenía la estúpida idea de que sólo un hombre es capaz de pelear. Para mi padre, un marica es como una mujer que no sabría soltar un buen golpe.

Sin embargo, mi llanto no era por los golpes sino por la falta que me haces, necesito que cures mis heridas con tus besos, que alejes la soledad con tus firmes brazos rodeándome. Necesito que me alejes de las frías garras de la obscuridad, a dónde las voces quieren arrastrarme.