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Resoplé.

Me tocaba otro día de instituto. Otro día de agotamiento. Otro día de descanso en los brazos de Polo. Otro día con Eithan.

Negué con la cabeza mientras comía rápidamente mi desayuno.
Panqueques y un vaso de leche.

Terminé de comer, recogí todo y me puse manos a la obra. Aquel día tuve una pesadilla de lo más horrible, pero no lo contaré.

Hoy llevaba la única prenda que tenía, pues casi toda se estaba lavando.

Un vestido floreado. No me gustaban los vestidos. Aparte de que tenía moratones y bien grandes en las piernas y brazos. Esto se lo explique a mi psicóloga pero no podía hacer nada, no sabía porqué. Odiaba mis piernas y mis brazos. Menos mal que llevaba unas medias pero igual se notaban.

Me metí al auto y empezamos nuestro trayecto al instituto. Cuando llegamos Dani me dijo lo mismo que ayer. Le abraze y salí con fuerzas. Sentía otra vez las miradas de todos pero esta vez alguien estaba a mi lado.
No pude sobresaltarme y ver quién era.
Eithan.
Esta vez iba con una camisa blanca y unos vaqueros largos blancos también. El me sonrió y yo también. Le quedaban bien esos colores aunque prefiero el negro. Pude notar que me estaba mirando los brazos y las piernas pero no hizo comentarios. Cuando llegamos a mi destino el se despidió y se fue.

Me mordí el labio y agaché la cabeza. Odiaba esta prenda, la odiaba...

Me senté en mi asiento. Esperando a que Polo viniera. Pero alguien me tiro al suelo y me caí de culo. De repente vi a quien me hizo eso y me enoje.
Era Jimena.
Me estaba mirando con cara de asco. Sentí sus ojos en mis piernas y me escupió en mi vestido. Pero después me cogió del pelo y me hizo levantarme.

- ¡Suéltame! -le ordené.

Pero ellos no hacían nada. Todo fue tan rápido que no tuve bien de pensar en lo que me ocurrio. Me tiraron dos botellas de agua. Me empape todo. Ahgg, las odiaba.
Sentí como se reían, así que me fui corriendo hacia el baño pero solo llegué a la puerta pues de repente vi a Polo que me miró.

Estaba enojada, muy enojada y estaba con vergüenza. No podía hablar y estaba literalmente tiritando.

El pudo ver mi expresión y me cogió del brazo para dirigirnos hacia el lavabo.

Cuando llegamos allí el también estaba enojado.

- ¿A que han sido las odiosas? -apretó sus manos a sus costados.

Yo sabía a quien se refería.

- S-si -tartamudeé.

- Está bien, espera aquí, yo iré a buscarte más ropa. Luego me encargaré de esas...

- Espera -le dije agarrando de su brazo.

El se giró.

- Por Favor, no les hagas nada... No quiero que me hagan nada más, yo..

Y aunque estuviera mojada, el me abrazó con fuerza. Pude sentir un poco de calor entre sus brazos, tenía frío.
Empezé a llorar.

- Sssshhh -me dijo al oído para calmarme mientras me secaba mis lagrimas saladas - todo va a salir bien mientras esté yo, ¿De acuerdo? Nada te pasará.

Lo único que pude fue asentir y esperar a que volviera. Creo que me quedé dormida pues tuve la horrible pesadilla.

...

Estaba todo oscuro, sin apenas la luz solar que hacia falta.
Me sentía muy débil. Intenté levantarme pero no pude, estaba atada en la cama. Sentí cada vez que me movía una cadena en mis pies y brazos.

¿A Donde Vamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora