El sol empieza a iluminar las ventanas de los hogares en Gavaldon, dando inicio a un nuevo día.
T/n, como suele ser su rutina, se levanta casi de inmediato para prepararse a ir a cazar antes de ir a la escuela.
Se lava un poco la cara para despertarse por completo y decide bajar a la cocina, en donde sus tíos ya se encuentran desayunando.
-Tan puntual como siempre, pequeña zanahoria.– habla primero Porthos, quien la llama así desde que tiene memoria, dice que su cabello le recuerda a las zanahorias.
-Buenos días a todos.– dice T/n al acercarse al comedor. -Tío Porthos, ¿hoy no amaneciste con resaca? Ayer bebiste demasiado-.
-¿Y cómo no iba a hacerlo? Si el día de ayer fue la primera vez que cazaste a un siervo, y no a cualquiera, ¡si no a uno de los más grandes!...- hace una pausa, recordando el día de ayer. -Pequeña rata, ¡esa era mi presa!- dice con indignación y enojo.
-Ya déjala en paz Porthos, ella terminó haciendo un mejor trabajo del que tú hubieras hecho.- dice Athos mientras se lleva un trozo de pan a la boca. -De nuevo te lo digo, felicidades zanahoria, ayer lo hiciste muy bien.– dice con una sonrisa que no muestra más que orgullo puro.
-Muchas gracias tío, tuve grandes maestros.– sonríe mientras guarda una manzana en una bolsa de tela. -Y no te enojes Porthos, es normal volverse lento cuando eres viejo, bueno me voy al bosque a ver si cayó algo en las trampas y de ahí iré a la escuela.- se coloca su cinturón y una daga mientras se dirige a la salida.
-¡Espera T/n! Toma.– por primera vez en la mañana habla Aramis, mientras se dirige a la pelirroja y le entrega el almuerzo envuelto en tela. -Olvidas tu almuerzo, salúdame a las chicas y no sé metan en problemas–.
-Cierto, gracias tío Aramis.- abre la puerta y empieza a salir. -Nos vemos en la tarde, ¡adiós!-.
-¿¡Qué!? ¿A quién llamas lento y viejo?- dice al momento en que cayó en cuenta cómo lo llamó la chica. -¡Pequeña mocosa regresa acá!- corre hacia la puerta y ve cómo se va alejando la chica de su hogar, mientras que sus dos amigos se ríen de la situación.
-¿Y ustedes de qué se ríen? ¿Desde cuándo me llama sólo por mi nombre? ¿¡Y por qué me llama viejo!?- alega Porthos en una pequeña rabieta hacia los otros dos.
-Relájate Porthos, tal vez sólo se le pasó llamarte tío.- le consuela Aramis con una sonrisa y una palmada en el hombro de su amigo como consuelo ante la situación, para después dirigirse a las escaleras. -Y sobre lo otro... No mintió, ya no somos tan jóvenes como antes, así que relájate un poco anciano o te dará un infarto.– dice con burla, desapareciendo por las escaleras.
-Por Dios, ya no existe el respeto en esta casa.– termina diciendo para después continuar con su almuerzo.
Athos ante la actitud de su viejo amigo, sólo se limita a reír a lo bajo.
°°°°°
T/n terminaba de revisar las trampas que tenían en diferentes partes del bosque. Hoy fue un buen día, logró atrapar a 6 liebres y 5 ardillas.
Metió a los animales ya sin vida a un saco y revisó que todas las trampas estén activadas para así continuar con su camino al pueblo.
La chica empieza a acelerar su paso, pues al tomarse un rato para practicar su puntería, ya no se encontraría con sus amigas en el camino, ya que suele llegar a la casa de Agatha quien vive cerca de donde caza y después ambas se dirigen juntas para encontrarse al inicio del sendero con su amiga Sophie.
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LAS TRES LECTORAS // (La escuela del bien y el mal)
FantasyEl bien, el mal y tres inseparables amigas desde la infancia que se adentran a su propio cuento de hadas. -¡No deberíamos de estar aquí, pertenecemos a Gavaldon!- -¡No debería de estar aquí, pertenezco a la escuela del bien!- ¿Tendrán un final feli...