Capítulo 1

308 15 0
                                    


El sol empieza a iluminar las ventanas de los hogares en Gavaldon, dando inicio a un nuevo día.

T/n, como suele ser su rutina, se levanta casi de inmediato para prepararse a ir a cazar antes de ir a la escuela.

Se lava un poco la cara para despertarse por completo y decide bajar a la cocina, en donde sus tíos ya se encuentran desayunando.

-Tan puntual como siempre, pequeña zanahoria.–  habla primero Porthos, quien la llama así desde que tiene memoria, dice que su cabello le recuerda a las zanahorias.

-Buenos días a todos.–  dice T/n al acercarse al comedor.  -Tío Porthos, ¿hoy no amaneciste con resaca? Ayer bebiste demasiado-.

-¿Y cómo no iba a hacerlo? Si el día de ayer fue la primera vez que cazaste a un siervo, y no a cualquiera, ¡si no a uno de los más grandes!...-  hace una pausa, recordando el día de ayer.  -Pequeña rata, ¡esa era mi presa!-  dice con indignación y enojo.

-Ya déjala en paz Porthos, ella terminó haciendo un mejor trabajo del que tú hubieras hecho.-   dice Athos mientras se lleva un trozo de pan a la boca. -De nuevo te lo digo, felicidades zanahoria, ayer lo hiciste muy bien.–  dice con una sonrisa que no muestra más que orgullo puro.

-Muchas gracias tío, tuve grandes maestros.–  sonríe mientras guarda una manzana en una bolsa de tela.  -Y no te enojes Porthos, es normal volverse lento cuando eres viejo, bueno me voy al bosque a ver si cayó algo en las trampas y de ahí iré a la escuela.-  se coloca su cinturón y una daga mientras se dirige a la salida.

-¡Espera T/n! Toma.–  por primera vez en la mañana habla Aramis, mientras se dirige a la pelirroja y le entrega el almuerzo envuelto en tela.  -Olvidas tu almuerzo, salúdame a las chicas y no sé metan en problemas–.

-Cierto, gracias tío Aramis.-  abre la puerta y empieza a salir.  -Nos vemos en la tarde, ¡adiós!-.

-¿¡Qué!? ¿A quién llamas lento y viejo?-  dice al momento en que cayó en cuenta cómo lo llamó la chica.  -¡Pequeña mocosa regresa acá!-  corre hacia la puerta y ve cómo se va alejando la chica de su hogar, mientras que sus dos amigos se ríen de la situación.

-¿Y ustedes de qué se ríen? ¿Desde cuándo me llama sólo por mi nombre? ¿¡Y por qué me llama viejo!?-  alega Porthos en una pequeña rabieta hacia los otros dos.

-Relájate Porthos, tal vez sólo se le pasó llamarte tío.-  le consuela Aramis con una sonrisa y una palmada en el hombro de su amigo como consuelo ante la situación, para después dirigirse a las escaleras.  -Y sobre lo otro... No mintió, ya no somos tan jóvenes como antes, así que relájate un poco anciano o te dará un infarto.–  dice con burla, desapareciendo por las escaleras.

-Por Dios, ya no existe el respeto en esta casa.–  termina diciendo para después continuar con su almuerzo.

Athos ante la actitud de su viejo amigo, sólo se limita a reír a lo bajo.

°°°°°

T/n terminaba de revisar las trampas que tenían en diferentes partes del bosque. Hoy fue un buen día, logró atrapar a 6 liebres y 5 ardillas.

Metió a los animales ya sin vida a un saco y revisó que todas las trampas estén activadas para así continuar con su camino al pueblo.

La chica empieza a acelerar su paso, pues al tomarse un rato para practicar su puntería, ya no se encontraría con sus amigas en el camino, ya que suele llegar a la casa de Agatha quien vive cerca de donde caza y después ambas se dirigen juntas para encontrarse al inicio del sendero con su amiga Sophie.

LAS TRES LECTORAS // (La escuela del bien y el mal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora