Al terminar la escuela por el día de hoy, las chicas se van caminando juntas a los negocios del pueblo, las tres todavía tenían que hacer algunos deberes en el lugar antes de poder escaparse por un rato de sus familias.
-Chicas ahorita nos vemos, tengo que ir con el señor Hawise a recoger la paga de lo que cazé el día de hoy.- habla primero T/n, que ya había quedado con el señor Hawise en que recogería su dinero en la tarde. -¡No tardaré, las alcanzo en un momento!- finaliza mientras se aleja de sus amigas.
-Ah.. Y yo tengo que comprarle cicuta a la señora Fisher para mi mamá.- recuerda Agatha, señalando en dirección al local de la señora.
-Yo necesito tela con franjas verdes. Te veo en Deauville.- dice Sophie hacia Agatha, mientras se aleja en dirección al local de las telas.
-¿Qué? No, Sophie espera.- Agatha intentó detener a su amiga de que se alejara de ella, siempre que la morena va caminando sola por el pueblo, la gente no tarda en molestarla con comentarios acerca de que es una bruja y que debería de largarse del lugar y definitivamente, hoy no sería la excepción. -Oh.. okay.- mira a la gente que la rodea, que como siempre, con ese rostro mostrando evidente molestia por su presencia. -Cool…-
Empieza su camino al local de la señora Fisher, viendo como toda la gente de su alrededor no deja de verla, “gente odiosa” dirían sus otras dos amigas.
En la entrada del callejón se encuentra con una pequeña cabra bebé.
-Aww.- dice la morena, agachándose para poderla acariciar. -¿Cómo estás, chiquitín? Ay si, eso te gusta.- dice al ver la linda reacción del animal ante sus caricias. Todo una escena encantadora.-Tú eres la que vive en el cementerio.- Una voz masculina habla detrás de ella, haciéndola voltear para ver quién hablaba. Era un pueblerino.. uno al que le faltaba un buen baño.
-Ah.. vivimos por el cementerio, sí.- responde Agatha a la vez que corrige al hombre.
Sí vivían muy cerca del cementerio, lugar donde conoció a sus dos mejores amigas, pero no vivían en él ¿Acaso la gente de este lugar no sabe diferenciar lugares o notar la distancia del hogar al sitio en donde estaban las lápidas?
-Mmm..- dice el hombre mientras que toma de su envase y se acerca a ella. -Oye, todo el pueblo, de verdad todo dice que eres una bruja. Al igual que tu otra amiga de cabello extraño.- Se para enfrente de Agatha, mientras que ella no sabe qué hacer para poder evitar esta incómoda e irritante situación.
-¿Sabes que les hacíamos a todas las brujas en Gavaldon?- Insiste en molestar el hombre. -Las quemábamos.- dice como si fuera lo más obvio y normal en el mundo. Era un hecho que este no se acercó a Agatha con buenas intenciones.
-Que tengas excelente día, amigo.- le dice Agatha con una sonrisa, mientras trata de esquivarlo para salir de ese callejón en donde se encontraban ellos dos.
Pero su intento de escape falló cuando el hombre sacó un cuchillo desgastado y oxidado, apuntando directamente al rostro de la morena.
-No queremos brujas en este lugar.- amenaza este. -¿Oíste bien?- Agatha asiente, tenía miedo de que le hiciera algo. -Es una amenaza para la gente buena de Gavaldon.- recrimina al hombre. Como si la muerte de una joven inocente fuera a solucionar los evidentes problemas de ignorancia de la mayoría en este pueblo.
-¡Oye tú! Déjala en paz.- dice Sophie, quien recién llega y ve lo que sucede.
-No te metas, mocosa o te pasará lo mismo que a tus amigas las brujas.- ahora el hombre también amenaza a la rubia, quien rodea al hombre para situarse al lado de su amiga rizada.
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LAS TRES LECTORAS // (La escuela del bien y el mal)
FantasyEl bien, el mal y tres inseparables amigas desde la infancia que se adentran a su propio cuento de hadas. -¡No deberíamos de estar aquí, pertenecemos a Gavaldon!- -¡No debería de estar aquí, pertenezco a la escuela del bien!- ¿Tendrán un final feli...