Biblioteca y preocupación.

87 13 2
                                    

Ahora mismo Felix estaba caminando por la biblioteca, no tendría clases hasta 2 horas después pero no quería volver a casa, ojeaba los libros viendo si alguno le llamaba la atención pero no encontró nada, así que siguió por los pasillos. No se había fijado en que momento había llegado a la sección de niños, pero ahora todos los pequeños que  estaban ahí  le pedían que les leyera un cuento, así que Felix lo hizo.

Minho entraba pasando por el pasillo principal de la gran biblioteca, cuando se fijó en una cabellera de un amarillo chillón familiar, al acercarse vió a Felix con un montón de niños al rededor con toda su atención sobre el rubio.— Y fueron felices para siempre. Bueno pequeñines, creo que  las historias llegan hasta aquí, tío Felix tiene que irse...— dijo poniéndose de pie siendo abrazado de las piernas por los niños mientras sus padres miraban con ternura, para luego salir de ahí.

No sabía que venías a contar cuentos.

Felix se dió vuelta encontrándose con Minho.— Ah, no, no, yo solo pasaba por aquí y terminé contando cuentos, no lo hago seguido.

Mm está bien.

Bueno, adiós, Minho-ssi, ten un buen día.— hizo una reverencia despidiéndose, pero la mano del castaño lo detuvo.

Perdón por lo que dije el otro día, sobre tus amigos y eso.— se disculpó. — Ten un lindo día, Felix.

¡Eres un idiota!

Ya, ya, Felix deja el drama, no fue para tanto.— Dijo el pelinegro.

Jaebun, no puedes hacerle eso a quien no hizo nada malo.— reprendió el rubio.

Que dramático eres, solo fue un juego.— el celular de bun empezó a sonar, entrando al baño  para contestar.

Felix tenía curiosidad de saber para que  era, aunque estaba mal, pegó su oreja en la puerta para escuchar. Solo pudo escuchar a Jaebun casi susurrando, "Sí, estoy con Felix", "La verdad me aburro mucho con él, pero no tiene a nadie más"... "No importa la verdad, es muy ingenuo así que no notará que me aburro", "nos vemos". Felix salió corriendo a la sala de abajo y tomó sus llaves y su teléfono saliendo de la casa. Jaebun al salir, se dió cuenta de que Felix no estaba, empezó a buscar por la casa pero nada, así que  empezó a llamarlo, pero no contestaba su teléfono.

Minho sentía una sensación extraña, siempre veía a Felix al menos una vez en el día, ya que a veces pasaba a buscar a Jaebun, pero no lo había visto ni siquiera en los pasillos, así que le preguntó a la persona más cercana a Felix.

Jaebun, ¿Felix vino hoy?— preguntó con seriedad.

No, pero no sé dónde está, desde ayer no contesta mis llamadas.

¿Podrías darme su número?— pidió Minho, el pelinegro asintió dándole su número.

El castaño se alejó y de inmediato llamó a Felix, quien contestó segundos después.

Felix, ¿Dónde estás?

¿Eh, Minho-ssi? Estoy en mi casa... ¿Por qué?— Minho suspiró aliviado.

No es nada, solo que no viniste hoy, me preocupé por ti.

Dear Felix, I love you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora