•|Capítulo 11|•

147 5 0
                                    

Un león de pelaje claro se encontraba caminando sin rumbo alguno, hace varios minutos ya, le había contado a su mejor amigo sobre, su ahora esposa, Rani y su muy mal carácter.

A estás alturas él no tenía ganas de regresar a su cueva. Así pasaban los minutos, que luego se hicieron una hora, luego dos y al final tres.

Kion simplemente tomo el rumbo que guiaba a la salida/entrada de todo el "Árbol de la Vida", se quedó mirando la grieta sin expresión alguna en su faz, luego decidió volver, pues, pronto "La Manada Nocturna" llegaría a ese lugar, y no quería que lo llegaran a ver. Para la desgracia del de melena roja, pasó justo cómo él no deseaba.

Al retornar su camino se dió cuenta que el grupo conformado por cuatro leones encargados de proteger al "Árbol de la vida", se encontraban  acercándose, pero había una cosa fuera de lo común. Solo estaban tres, ¿y lo nuevo?, no estaba su líder y reina con ellos.

Esto no fue muy bien recibido por Kion, pensó que, probablemente, Rani se encontraba en la cueva donde ambos se hospedaban, no tenía a dónde ir para pasar la noche, no podía simplemente volver con su mejor amigo para pedirle quedarse, después de todo, Baliyo siempre lo ayudó en lo que necesitase. Mientras se encontraba perdido en sus pensamientos, hubo una voz que lo llevó a la realidad.

Kion, ¿Que haces por aquí, qué pasó?, ¿Y Rani, dónde está?Cuestionó uno de los integrantes del grupo encargado de proteger el lugar.

¿Uh?, oh, hola a todos. Con respecto a tu pregunta, Surak, solamente salí para... tener algo de aire frescoInventó rápidamente Kion tratando de no ver a ninguno de los que se encontraban ahí.

Eso mismo dijo Rani la última vez que la vi, además acaba de ignorar varias de mis preguntas...Pensó el mayor de todos.

–¿Estás seguro, Kion?, sabes que me puedes decir que te sucede– Preguntó mientras trataba de acercarse al contrario para escuchar lo que tenga que decirle.

Se posicionó en frente de Kion, intentando que lo dejaran tranquilo– Baliyo... No sigas cuestionando a Kion, ¿No ves que lo están poniendo nervioso?, ambos, es obvio que dice la verdad, ¿No es así?– Miró a Kion para que pudiera dar una respuesta afirmativa.

–Sí...

–¿Lo ven?– Volvió su mirar a los dos leones– Ahora, tenemos que irnos, hay que proteger el lugar, recuerden la labor que se nos encomendó.

Sale de sus pensamientos– Tienes razón, está bien– Miró al de pelaje claro– Nos vemos Kion.

–Adiós Surak, hasta otro día Baliyo y gracias Nirmala– La mencionada contestó con una dulce sonrisa y empezó a jalar a los otros dos para que la siguieran.

Al ver que los tres se iban, a Kion se le ocurrió un lugar a dónde podría ir, pero eso sí, sería complicado que lo aceptarán allí, pensó en positivo y tomó el camino que lo llevaría, escogió el largo para poder idear una disculpa lo suficientemente digna.

Cuando faltaba poco para llegar, notó que un animal se encontraba escondiéndose entre los arbustos y pequeños árboles, ya era bastante tiempo que empezó a ocurrir esto, Kion no lo pensó mucho, creía que solamente era su imaginación tratando de jugar con él.

En el momento menos esperado, algo se abalanzó, haciendo que el león perdiera el equilibrio y cayera, provocando que se enojara.

¡Hey!, ¿Qué es lo que sucede?– Habló rápidamente tratando de levantarse, cosa que no pudo ya que el animal no lo dejaba hacerlo.

... ¿Kion?– Fue la única respuesta por parte del contrario.

–¿Cómo me conoces?, espera, ¿¡Bunga!?. ¡No sabes lo feliz que estoy al verte otra vez!– Cambió su expresión a una alegre– ¿Sabes si los demás siguen en la misma cueva?.

Se levantó ocasionando que el felino también lo hiciera– Escucha Kion, ninguno de nosotros quiere que vengas a este lugar....

–Eso lo sé y entiendo perfectamente el porque, pero solo vine a disculparme– Miró al más pequeño con la esperanza aún no perdida.

–No..., aún que quieras disculparte mi respuesta es no– Se empezó a alejar volviendo otra vez a los arbustos.

Bunga, por favor– Habló al aire notando que su amigo se había marchado.

Después de esto, la luna se ocultó junto con las estrellas y el sol empezaba a llegar poco a poco, ocasionando una hermosa paleta de colores en el cielo. A veces los animales se juntaban para ver este hermoso espectáculo, normalmente era en parejas, familiares o amigos, pero solo eran los afortunados los que dormían de día o despertaban temprano.

Kion se encontraba viendo esa hermosa vista, el león no pudo dormir ni un poco, toda la noche estuvo despierto caminando y encontrándose con cuatro animales en total, pero parecía que valió la pena, nunca antes pudo ver este espectáculo y ese día fue afortunado de hacerlo, normalmente solo veía los atardeceres, creyó que ya se hacía hora de volver a su cueva, aún que esté resentido con Rani, quería ser parte de la solución y no del problema.

Mientras caminaba, el cielo volvía a sus colores habituales, varios tonos de celeste se empezaron a impregnar en el lugar donde estaban los primeros colores del amanecer.

×××××××××××××××××××××××××××××××

★Si quieren no lean está parte, no es muy importante★

Primero que nada, me disculpo por no actualizar, no tengo ninguna excusa puesto que ya pasó todo 😿.

Agradezco a todos ustedes por llegar a los 1K de vistas, no creí que eso fuera a ocurrir, de verdad muchas gracias ^^.

Haré un pequeño especial por el anterior motivo, aquí no explicaré el cómo será porque aún no tengo ideas, pero es seguro que sí subiré el especial 💦.

Sin otra cosa más que decir, me despido 💕


¡FELIZ AÑO NUEVO PARA CADA UNO DE USTEDES 💐!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 07 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

"Nadie logrará separarnos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora