𝓓𝓸𝓼 𝓽𝓸𝓷𝓽𝓸𝓼 𝔂 𝓾𝓷 𝓫𝓮𝓫𝓮 💞 ᴀᴅᴀᴘ.

✨CUATRO✨

💞Bola de Pelos💞

JungKook y yo nos quedamos mudos, plasmados ante la mirada curiosa y sorprendida de nuestro amigo. "Creo que me voy a hacer pipí".

Ambos no sabíamos qué hacer ni qué decir, estábamos tirados en el piso aún, frente a el, sin decir palabra alguna. Tomó a la pequeña entre sus brazos y la examinó de arriba a abajo. Una pequeña sonrisa se formó en su rostro al ver que la niña tomó su nariz y es que era tan tierna que podía derretir el corazón de cualquier persona.

— ¿Me quieren explicar qué significa esto? —

— Ahhh... bueno... nosotros... —

— ¿Ustedes? — 

— Hyung, no es nuestra — fue lo único que se me ocurrió decir, cosa que me pareció estúpido segundos después.

— Obvio que no es suya, ninguno de los dos puede embarazarse. Ahora respondan, sin mentiras incoherentes, ¿de dónde sacaron a esta niña? —

Miré a mi novio en busca de una respuesta, un asentimiento de cabeza por su parte fue suficiente para saber que debía decirle la verdad, no teníamos escapatoria, si inventábamos una excusa, de seguro la cagábamos más.

— Siéntate — los tres lo hicimos — Ayer... a la media noche tocaron nuestra puerta y cuando la abrí estaba ella llorando en una canasta —

Mi amigo nos miró extraño, como si todo lo que había dicho fuese un cuento inventado por un niño de cinco años, pero, ¿qué más podía decirle? Era la mera verdad, no podía decirle: "Nam, ¿has visto Dumbo? ¿Sí? Pues esa niña la trajo la cigüeña." ¡No!.

— Dije sin mentiras incoherentes —

— ¡Es la verdad! — exclamé casi gritando y Joon miró a Kook como si él pudiera decirle la verdad.

— Hyung, Tae no miente, es más, tengo la prueba — salió de la habitación y después de unos segundos volvió con un papel en sus manos — Mírelo por si mismo — Tomó el papel y lo leyó entrecerrando sus ojos.

— Si no pueden cuidarse a ustedes mismos, peor podrán hacerlo con una bebe — se burló y comenzó a jugar con la niña.

— Lo sabemos muy bien... — Jeon hizo una pausa mientras se lamía los labios de esa manera tan seductora con la que suele hacerlo — por eso queríamos dejarla en adopción —

— ¿Qué? Pero, si es una ternura. Mírenla — nos acercó a la bebé, quien no olía para nada bien.

— ¡No puede ser! ¡Otra vez huele a podrido ahí! — grité tapándome la nariz.

— ¡Acabamos de cambiarla ayer en la noche y otra vez lo mismo! ¡Ni siquiera ha comido algo y ya se hace popis! —

El tono de voz que utilizó  para hablar se escuchó tan duro y severo, que la niña se asustó y comenzó a gimotear sobre los brazos de mi amigo.