como una constelación

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Lhali, halil, ahill, lliah, en mi Delora me gusta jugar con las letras de mi nombre, Lilah, que significa “belleza de la noche” en hebreo; también se puede relacionar con la Lila, que en el lenguaje de las flores puede significar amor o amistad.

A veces me gusta mirar las estrellas, imaginando que estoy junto a ellas, viendo todo desde el diminuto cielo.

Había perdido la noción del tiempo, tanto que no me percaté de la llegada de mi padre, hasta que escuché un vidrio romperse, seguido de varias maldiciones.

-Dónde está mi plato de comida!?, Acaso no ves que estoy hambriento!?- se notaba por la dificultad con la que hablaba que estaba ebrio, de nuevo-Me mato el día trabajando para que así me lo agradezcas!?

-El refrigerador está vacío y tampoco me haz dado dine-y de pronto lo único que había en mi boca eran palabras reprimidas con un sabor metálico tan característico.

No es necesario describir lo que vino después, sabía cómo lidiar con ello, simplemente es mucho más sencillo huir, en mi caso, la única nave del olvido era la música.

Comenzó a sonar "Orion" mientras sentía el frío alcohol resbalar por cada célula de la piel expuesta, arrastrando a su paso todo rastro de plasma rojizo.
Sentía mi cuerpo titiritar y mi piel erizarse hasta con el más mínimo roce del viento.
Me tumbé sobre mi cama y las voces comenzaban a sonar cada vez más lejanas.




Me encontraba mirando por la ventana del instituto mientras escuchaba de fondo las voces del profesor y unas  cuantas que le hacían segunda, la escuela nunca fue lo mío, nos enseñan a ser exactamente iguales a todos, toman como base dos grandes pilares de falsa moralidad, sin contar que nos enseñan a criticar el pensamiento artístico individualista...

Las horas pasaron, transcurrieron como un suspiro del viento y me vi obligada a volver a aquella prisión, esa que muchos llaman hogar.

Esta vez sí había alguien en casa, y por primera vez no recibí ningún golpe o grito de su parte, ninguna clase de reclamo, solo lágrimas, mis ojos se conectaron con los suyos, cristalinos y rojizos se miraban, al ver detrás de ellos encontrabas odio, odio y tanta tristeza.

-Por qué te tienes qué parecer tanto a ella?-su voz sonaba tan quebrada que hizo que mi piel se erizara- tu madre es una completa zorra, no me sorprendería que fueras igual que ella.

Sus palabras fueron contundentes y se clavaron en lo más  profundo de mi corazón, siendo aún más dolorosas que cualquier golpe.

Me quedé sin habla, de pie en aquella sala, mientras escuchaba la puerta cerrarse de un portazo.

Pasaron los días y nunca más lo volví a ver...

Y de pronto solo sentía la compañía de aquella oscuridad que me llenaba de una completa soledad.

LOVE ME LIKE THERE'S NO TOMORROW《James Hetfield》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora