Entrada Júls

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"Buenas, soy Júlia.
Estudiaba musicologia en la uni, aunque también era profe en el club náutico.
Esta entrada me toca escribirla a mi jeje."

Zaida y yo salimos de la tienda discretamente, el plan era pillar a alguien que estuviera solo.
- Tia- me habló Zai- ¿Crees que soy sexy?- su respuesta me sorprendió aunque no tarde ni un segundo en decir que si.
- estás buenísima- dije- bueno, estáis buenísimas todas, sois diosas.
- tú si que eres una diosa- dijo mientras apoyaba su brazo sobre mis hombros con una sonrisa- tanto en nuestra vida pasada como en esta eres un pibón. Espero que me muestres tu carisma para seducir-.
Dijo eso y no pude evitar sentirme aliviada de estar en su compañía.

Esquivamos a unos cuantos grupos de caballeros y nos acercamos a un chico que estaba limpiando su arma sentado en un tronco de madera.
- perdona- dijo Zai acercándose con una voz un poco más dulce, yo la seguí con una sonrisa- me da un poco de vergüenza pero ¿Te podría pedir un favor?- dijo agachándose a su altura mientras se colocaba un mechón de pelo detrás de la oreja.
El chico se quedó absorto mirándola a la cara y yo siguiendo su ejemplo me agaché apoyando la cabeza sobre el hombro de Zai.
- si estás muy ocupado podemos buscar a otra persona- añadí yo, tenía una mezcla de sentimientos entre satisfacción, vergüenza y diversión.
El caballero vaciló un segundo y sacudió la cabeza.
- No, no, no me molesta- dijo mientras apoyaba su espada en el suelo- ¿Que necesitáis?-.
El chico cayó en la trampa pero yo no sabía como continuar ¿Como le podríamos sacar información?
- La verdad- dijo Zaida sacándome de mi trance- tenemos un poco de calor- dijo mientras se aireaba con el escote del vestido- ¿Hay algún río cerca?-.
El chico que había estado mirando fijamente su escote, se puso de pie de un golpe y nos ofreció sus manos para levantarnos. Fue un poco incómodo pero sabía que no debía rechazarlo así que le cogimos de la mano y nos pusimos de pie.
- hay un río aquí cerca- dijo el chico- pero es peligroso que vayáis solas así que os acompañaré - un éxito, pensé.
- ¿En serio?- dijo Zaida mientras se aferraba al brazo del caballero. Sinceramente flipé con su actuación.
El chico pidió permiso al caballero de guardia y salimos con el hasta donde había un río con una corriente no muy fuerte.
A petición de Zaida el se sentó detrás de una roca que había cerca para darnos la espalda.

- Júls - me susurró Zaida - ¿Qué info le deberíamos sacar?- me preguntó en catalán.
- tú lo dijiste ¿no? La primera norma- le recordé su lista de normas mientras me desvestía para meterme al río.
- señor caballero- dijo Zai mientras chapoteaba con los pies- ¿Como es que estáis en el bosque? Imagino que no vivís aquí -.
- Estamos aquí debido a que se acerca el otoño- con nuestro silencio el caballero prosiguió - como ya sabréis, las bestias duermen durante el verano a causa del calor- ¿Como íbamos a saber eso? Pense- cuanto más grande es la bestia, más tiempo pasa durmiendo-.
- así que no són monstruós...- murmuró Zai.
- el problema- continuó el caballero- es que en cuanto despiertan empiezan a devorar por no haber comido, y se vuelven más agresivos, entonces nosotros salimos en pequeñas divisiones a controlar la frontera del imperio-.
- es un imperio- murmuré mirando a Zai y esta me asintió.
- eso significa que eres muy fuerte ¿no?- Zai le hizo un poco la pelota y el caballero soltó una risa nerviosa.
- algo si- dijo- pero no estoy al nivel de los oficiales- me hizo pensar en aquellos chicos guapos.
Me sumerguí en el agua para analizar la información y vi una piedra verde brillante, la cogí y emergí de nuevo.
- ¿Estás piedras brillantes que son?- pregunté interesada.
-ah- dijo- ¿Te refieres a la mandriona?-.
- Debe ser valiosa- añadí mientras observaba la piedra entre mis manos.
- no creas- respondió- es una piedra bastante común, algunos nobles la utilizan como decoración para el jardin
- ¿Pillamos unas cuantas?- le propuse a Zai.
- jeje si, pilla algunas mientras yo le interrogo- me respondió en catalán- ¿Hay otros reinos a parte del imperio?- le pregunto.
El caballero pensó un segundo y luego respondió.
- hay otros, pero están más allá del desierto- respondió.
- ¿Desierto?-.
- Si, más allá del bosque que rodea el imperio hay un desierto, cruzar el desierto lleva dos semanas, y no hay demasiados lugares para esconderse de las bestias así que no hay comunicación con el exterior-.
- entonces a parte del imperio y las bestias ¿no hay más ciudades?- preguntó.
- humanas no-.
- ¡¿hay otras razas?!- preguntó emocionada.
- está la tribu de los elfos, el bosque de las semibestias la ciudad de los enanos y se dice que hay un jardín secreto donde viven hadas- respondió enumerandolas.
- ¿Y hay relación entre las diferentes razas?- pregunté mientras sacaba del agua una gran cantidad de piedras mandrionas.
- no nos llevamos bien con los elfos y las semibestias, y hace siglos que nadie ve un hada, alomejor ya no existen aqui- con esa explicación Zai se vio algo decaida- pero comerciamos con los enanos, ellos tienen la mejor cerveza-.
- ¡¿Hay birra?!- pregunté emocionada y Zaida me puso la mano en el hombro para tranquilizarme.
- dice que hay- me respondió ella- parece que tendremos que visitarlos-.
- ¿Y porque no nos llevamos bien con las otras razas?- pregunté cambiando el tema.
- bueno...- empezó a hablar- los elfos se creen superiores a nosotros y nos desprecian, así que nosotros también somos un poco hostiles-.
- ¿Y las semi bestias?- preguntó Zai.
- ¿Es en serio?- preguntó con tono burlón, y al no tener respuesta prosiguió - pues porque son salvajes, mitad bestia, son monstruos que pueden hablar, ¿Como nos podríamos llevar bien?- Zaida y yo nos miramos incomodas- ¿Tenemos que llevarnos bien también con las bestias? Ellas han masacrado ciudades, destruido familias y matado caballeros, la diferencia entre las semibestias y las bestias es que son un poco más inteligentes y saben hablar...-.
- ¿Habéis matado semibestias?- preguntó Zaida.
- Claro- dijo orgulloso- si no los matamos matarán a los nuestros, como caballeros es nuestro deber proteger a los debiles-.
- ¿Incluso si matamos inocentes?- pregunté indignada.
- Entre los semibestias no hay inocentes, son salvajes y despiadados- respondió él.
- bien- dijo Zaida mientras salía del agua- ¿Volvemos?- me preguntó con una sonrisa para calmar mi frustración.
- si- respondí más tranquila.

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⏰ Última actualización: Aug 06, 2023 ⏰

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