Little Ducky // DRARRY

PARTE III

Hay partes del texto y conversaciones sacadas directamente de HP y las Reliquias de la muerte; pese a eso, no estoy de acuerdo con JKR y sus ideas transfóbicas.

* * * * *

El señor Ollivander, Dean y Luna se marchan dos noches después. Los dos jóvenes no parecen estar muy de acuerdo, pero cuando se les dice que irán a una casa de la Orden desde donde podrán ayudar se contentan bastante bien.

Así que los únicos que quedan en Moonlight Cottage son la familia Lupin-Black, Draco, James, el Trio Dorado y el duende.

Hay una tregua entre Black y Draco, aunque esta se base principalmente en hablar de sus respectivos hijos y silencios en la cocina a altas horas de la noche donde Draco prueba por primera vez en su vida el tabaco y lo odia.

Como también empieza a odiar al duende. Ya no es un secreto que Harry, Weasley y Granger están planeando entrar en Gringotts con ayuda del duende (Draco sigue sin saber porque harían esa locura), y para hacerlo, tienen que contentarle, aunque este sea un absoluto horror.

Solo se queda y no ayuda en nada, esperando que Sirius, él y Granger, por ser omegas y una mujer, hagan todas las labores del hogar, lanza miradas desagradables en dirección de Remus y se queja continuamente de Teddy y James porque son "unos críos ruidosos". La primera vez que dice eso de los niños, Black y él se miran como preguntándose cuál de los dos va a matar al duende, lo cual es algo más que les hace unirse, aunque ninguno lo reconoce.

−¿Le está convenciendo para que no lo haga? –Pregunta, evitando (otra vez) que James se coma una piedra.

No es que le gustara pasar tiempo con Black ahora que tienen un extraño tipo de amistad, pero cuando propuso salir con los niños a la playa y alejarse del duende acepto sin dudarlo.

−Harry no nos está escuchando, pero Hermione escuchara a Remus.

Frente a ellos, en la orilla, Remus habla con los tres amigos, Teddy en sus hombros. Draco no va a decirles que es una causa perdida, Potter es cabezota y sus amigos le van a seguir a donde sea, así que da igual lo que Lupin y Black les digan, no les van a escuchar.

−¿Y si no lo hacen? –Chasquea suavemente la lengua cuando ve que James coge otra piedra, quitándosela inmediatamente.

Black no contesta, mirando con el ceño fruncido de preocupación a su ahijado.

* * * * *

Draco ya se ha acostumbrado a que Potter aparezca en la noche y le ayude a acostar a James. Todavía es un poco torpe a la hora de ponerle los pequeños pijamas al bebé, aunque ya no deja que el niño le mee encima cuando le cambia el pañal. Ese recuerdo estará en la memoria de Draco por los siglos de los siglos.

Pero a lo que no está acostumbrado es que Potter se siente en el borde de la cama, sin dejar de observar a James.

Dudando, Draco se sienta a su lado, con la suficiente distancia entre ellos para no tocarse. Juntos, observan como el pequeño pecho sube y baja con la respiración tranquila. No sabe de dónde sale el pensamiento, pero cuando se quiere dar cuenta, Draco ya lo ha compartido en alto.

−Te vas, ¿no?

−Sí... −Potter murmura- Mañana.

−Black y Lupin ya te lo han dicho, pero es una jodida locura lo de entrar en Gringotts. –No sabe porque está regañando a Potter, pero no puede evitarlo.