C1 - Lugar de Encuentro

27 5 12
                                    

   Recapitulemos. ¿Quién soy yo? Realmente, sólo un chico totalmente ordinario y común.

   No hay mucho de mi vida que contar. No, no tengo traumas… o sí, el trauma que me dejaron (aún me siguen dejando, pero no, ya hablaremos de mi presente) las actividades escolares.

   No soy sobresaliente en nada, si, en nada más que dormir pero eso lo consigue cualquiera en cuestión de minutos, aunque todavía no le gano a esos profesionales que dormirían en medio de una tormenta sin mover ni un músculo. Exactamente, hablo de las personas que no duermen, sino que en su lugar hibernan, ¿Te soy sincero? Yo creo que mueren por unas horas y no nos damos cuenta.

   Una cosa más que podría añadir a mi historia de vida es que soy un loco aprendiz de todo, maestro de nada.

   Ahora que lo pienso, esto solamente está en mi mente y nadie lo leerá. Definitivamente me estoy volviendo loco, hasta hablo conmigo mismo.

–Aah… –no he dejado de pensar en la misteriosa invitación que me llegó hace unos días, ya me dieron los detalles respecto al lugar de encuentro.

   Miró el calendario que cuelga en el refrigerador y la fecha está marcada con rotulador rojo. Los días se hacen largos, y cada vez tengo más dudas de la autenticidad de esa carta, pero al mismo tiempo me hago una pregunta incluso más inquietante…

   ¿Por qué me dijeron que me tomara 9 días libres en mi lugar de trabajo? Y no es ninguna coincidencia, porque estoy seguro que el campamento tiene mucho que ver.

   Mi mayor motivo para decirlo es porque la fecha en la que tengo que encontrarme con "Organizador" (¿Quién carajos es?) es el día que empiezan mis 9 días libres.

   A nadie, y repito, absolutamente a nadie le habían dado un permiso así en los 9 meses que llevo trabajando acá y hay personas que tienen más tiempo que yo allí.

   ¿Casualidad? No lo creo, pero ¿Quién soy yo para quejarme? Mientras me paguen, todo bien.

   Perdón, me desvié un poco, a lo que iba es que faltan sólo 7 días para la fecha tan esperada (la curiosidad mató al gato, pero te recuerdo que yo no soy un gato) y mis nervios sólo van en aumento.

   La carta me llegó el viernes 29 de Julio y yo los contacté unos minutos después. No sé para qué, si al final me dijeron que fuese a la estación de buses el 13 de agosto.
   Sí, hay personas que lo pensarían mejor y tal vez le respondan a los organizadores hasta una semana después, pero eso no quiere decir que por su culpa tengamos que esperar nosotros los que respondimos casi por acto reflejo.

   Bien, porque al pensar tanto en eso no lograré nada productivo iré a comprar comida suficiente para subsistir otra semana. No es mi actividad favorita en la vida, pero nadie ha dicho que para sobrevivir las cosas tenían que ser divertidas.

~~~2 HORAS DESPUÉS~~~

   Acabo de llegar y mi cuerpo no da para más.

   Caminé sólo 30 minutos, pero ha sido suficiente para quitarme las ganas de volver a hacerlo.

   ¿Por qué no fui en transporte público? Buena pregunta, pero no lo hice por dos motivos. Uno, está cerca; dos, no quiero tener gastos innecesarios.

   Sólo es un sacrificio que se debe hacer una que otra vez, porque aunque no lo quiera admitir es necesario ejercitarse.

  La próxima vez pensaré mejor eso de caminar, porque son 30 minutos desde mi casa hasta el mercado, en total una hora…

–¡Joder! ya es tarde.

   Se supone que vería una peli que empezaba hace casi una hora.

–Ya se me quitaron las ganas de verla…

   Mi ánimo ha caído en picada.

   No tengo otra opción más que suspirar y sentarme a hacer otra cosa, posiblemente dibujar ya que es una de las cosas que se me dan mejor.

   Sin pensarlo dos veces me levanto y consigo el lápiz y el cuaderno.

–Me falta algo. No me jodas, otra vez no lo encuentro.

   No me lo vas a creer si te lo digo, como dibujante siempre he creído que el borrador tiene vida propia y se esconde cuando piensas usarlo. ¡No estoy loco! Sí lo estoy, pero no estoy alucinando.

   Es que siempre se me pierde cuando quiero borrar, sí, siempre. Una vez comparé esta inquietud con alguien más y me dijo que también le pasa con muchísima frecuencia.

   Voy a hacerle un pequeño agujero y le amarraré un hilo o un alambre, luego lo sujetaré al cuaderno o al lápiz, aunque con esto último siento que se me dificultará dibujar, pero todo sea por un bien mayor.

   Dejo lo que tenía en mi mano en la mesa y voy a bañarme, necesito quitarme el sudor antes.

   Me paro en la ducha y miro mi reflejo en el espejo.

– 7 días… –siento que son pocos, y al mismo tiempo me parecen bastante– ¿Y si cancelan de la nada? –esa idea no me gusta demasiado. Sí por alguna razón llegan a cancelar, significa que mis 9 días de vacaciones también se irían al caño.

    Sonrío sin fuerzas al chico pelinegro que me regresa la mirada.

– Ojalá y tanta espera no sea en vano, esos 7 días pasarán tan rápido que posiblemente no los note. En caso contrario, acabaré más loco de lo que estoy.

Sino fuera por su VozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora