The Great War

2

ASTORIA POV.

A lo lejos se podía escuchar a Dorothea parlotear de los lujos que el tren llevaba, de lo afortunados que éramos de estar ahí en ese momento y como muchos desearían gozar de todo esto que el Capitolio amablemente nos brindaba. Yo por mi parte no podía dejar de mirar el pequeño tazón con fresas que estaba frente a mí, la última vez que probé una de ellas fue hace años en mi cumpleaños número 10, mamá había trabajado demasiado para poder conseguirlas y fueron el mejor regalo que me dieron ese día, moría por probarlas una vez más, pero no quería ser descortés con Dorothea y menos cuando ella solo se había mostrado amable conmigo. A mi lado estaba Noah, el cual se veía que ponía atención a todo lo que se decía, algo en el gritaba peligro y yo no estaba dispuesta a averiguar que era.

-...Astoria, ¿Me estas escuchando?- Cuestionó Dorothea con una pequeña sonrisa en su rostro, su mirada viajó de mí al tazón de fresas que no podía dejar de mirar. -Ya veo, toma todas las que quieras, son tuyas.- Asentí bajo su mirada antes de tomarlas y por fin poder llevar una de ellas a mis labios. -Como estaba diciendo, Woof se encargará de entrenar contigo Noah, esta esperando por ti en el próximo vagón y tú, Astoria estarás con Jackson y Cecelia, estarán aquí en un par de minutos.-

-¿Por qué ella tiene a dos y yo solo uno?- le preguntó Noah evidentemente molesto.

-Porque ella es la niña tonta que se ofreció como voluntaria.- habló un tercero que recién entraba al vagón. -Jackson Evermore, pero me pueden llamar Jack.- pude ver como su mirada se posaba en Noah buscando incomodarlo. -¿Alguna otra pregunta, Sterly?- Noah negó bajando ligeramente su mirada. -Bien, ahora este es el momento donde te vas con Woof y yo me quedó con la pequeña estrella.-

Noah se levantó de su lugar y salió por donde Dorothea le había señalado que estaría Woof, pude ver como Doroteha estaba por levantarse y rápidamente tomé su mano, pude notar el desconcierto en su mirada por unos segundos antes de que me regalara una de sus sonrisas.

-No puedo quedarme pequeña Tori, pero ten por seguro que si necesitas ayuda con este par solo debes gritar mi nombre y estaré aquí en un par de segundos.- añadió tratando de brindarme algo de confianza, pero no podía confiar en ellos, Cassien lo había hecho y ahora estaba muerto.

-¿Lo prometes?- murmuré tratando de que esas palabras se quedaran entre nosotras.

-Lo prometo.- Asintió dejando una pequeña caricia en mi mano antes de levantarse y aproximarse a la salida. -Jackson, se amable, se lo debes.-

El silencio reinó el lugar por unos cuantos minutos, yo me dediqué a comer las fresas mientras el más joven de los mentores se dedicaba a verme, podríamos haber permanecido de esa manera por horas si no fuera porque una mujer un poco mayor se adentró al mismo lugar que nosotros.

-Veo que ya la asustaste.- añadió mirando un poco molesta al joven castaño.

-¡No le dije nada!- se trató de defender este. -No hemos hablado, estaba esperando por ti, solo basta con mirarla para saber que la pequeña estrella que pensó ser muy valiente ahora está aterrada.-

-Jackson...- advirtió Cecelia antes de negar y sentarse a un lado mío. -Creo que ya te lo dijeron, pero en caso de que no lo sepas nosotros dos seremos tus mentores. Podría ser de ayuda si nos hablas un poco más de ti.-

¿Hablar de mi? ¿Eso de que me iba a servir en los juegos? No quería ser descortés con ella por lo que me limite a asentir antes de hablar.

-Soy Astoria Dione Marigold, la menor de cuatro hermanos, tengo 17 años y antes de que pregunten sí, sí se usar un arma.- la sonrisa de Jackson comenzaba a hacerse presente en su semblante mientras tomaba asiente frente a nosotras y me invitaba a seguir hablando. -Soy rápida y me se esconder muy bien.- añadí recordando las últimas palabras de Theo.