III

380 38 10
                                    

Si que había sido intensa esa mañana para la parejita que viven arriba en el muro.
El amante de calaveras ya estaba dentro de la casa observando a  su acompañante  con detenimiento las marcas que le había hecho el nombrado al rubio.
Philza  se dio una media vuelta al ver que la puerta se había abierto y ahí estaba el pelinegro mirando detrás de esa máscara de esqueleto.
El ambiente era algo tenso tanto así que fácilmente su podía cortar con un cuchillo, solo se escuchaban el sonido de sus respiraciones.
Philza se armó de valor y con una bocanada de aire empezó a hablar, pues si seguían en silencio no iba a soportar más se  iba a volver loco.
 —So... What happened?(Así que ¿Qué paso?) — Pregunto el rubio intentando romper ese silencio.
 —¿Por qué te sigue ese chico Phil? — Dijo clavando su mirada a los ojos de Philza.
 — I don't know Missa... he just started this madness (No lo sé Missa... El solo empezó esta locura) —  Dijo en  pocas palabras.
—Vamos no me mientas Phil— Protestó  secamente.
—I'm not lying to you Missa(No te estoy mintiendo Missa)—  El chico ahora se había puesto a la defensiva con su tono de voz.
—Seguro... ¿Entonces por qué casi siempre viene a tu casa?— El chico se había acercado más al rubio siguiendo con ese tono de seriedad pero al mismo tiempo su voz sonaba relajada.
—What is this? An interrogation?  Does it bother you now? (¿Qué es esto? ¿Un interrogatorio? ¿Ahora te molesta?)—Preguntó con cierto sarcasmo para intentar aligerar la tensa situación pero solo la empeoró más.
Algo que Philza no pensaba es que el de máscara tenía un as bajó la manga que sabía que era infalible contra él.
—Si me molesta, me entristece, pensé que por todo lo que habíamos pasado era yo suficiente— Dijo con la voz con más dificultad, cómo si fuera a llorar.
Philza no lo comprendía, todo se había vuelto confuso ¿Él pensaba que lo estaba engañando?
Sentía una sensación desagradable de culpa adentro de él, pero no era cierto, sabía que no era ¿Qué le dijo Forever al pobre de Missael?
—I... Missa... You know i wouldn't do that to you, you know i wouldn't (Yo... Missa... Tu sabes que no te haría eso, tu sabes que no)— El chico se había acercado más al otro para tomarlo de las manos para estar en cierta situación de confianza.
—Pero lo hiciste ¿No? —El chico sentía un nudo en su garganta en cualquier momento iba a romper en llanto.
—Forgive me (Perdóname)— Dijo entre dientes haciendo que el chico escuchará ese hilo de voz que para él se escuchaba claramente arrepentido ¿De qué?
—No lo vuelvas hacer, me voy a sentir peor wey— Dijo con una voz dolorosa.
A lo que al menos podía subirle el ánimo a Missa era asentirle en respuesta, pues sentía una culpa inmensa era una emoción muy desagradable.
Missa le dio un abrazo algo cálido cómo una símbolo de que todo estaba bien otra vez, Philza lo abrazó más fuerte, ocultando su rostro en el hombro del de menor altura con algunas lagrimas cristalinas que en algún momento iban a manchar las suaves mejillas del alado.
—I love you Missa (Te amo Missa)— Dijo con un hilo de voz.
—Yo también te amo Philza, te amo tanto se que no lo harás otra vez...— Dijo con una dulce voz.
Philza desconfió algo ¿Cómo es que cambió tan rápido su tono de voz? No le dio tanta importancia pues en ese momento estaban en un momento algo emotivo y sincero y no quería arruinarlo con ese tipo de pregunta tan estúpida.
Así estuvieron un momento dejando muy confundido a su hijo pensando que algo malo les había pasado.
Ya cuándo ambos estaban bien, por fin pudieron tener un día normal, dejando que Missa se fuera a su casa por algunas pertenencias y puesto que lo habían invitado a ir a explorar junto con Vegetta, Roier y Quackity, nada fuera de lo común.
El día si que se había pasado volando,  tan rápido se había hecho de noche lo que significaba que era mucho más peligroso salir de su casa.
Otra vez el amante de esqueletos estaba en su base desolada sin alguien con quién hablar, solo él y su soledad, había dejado su mochila que su padre le había dado.
Estaba tirado en su recamara, en una de las esquinas se encontraba su guitarra estaba envuelta en una fina capa de polvo, dejando de la lado su suciedad la tomo con delicadeza y se sentó en su cama y de repente su puso a tocar varias de sus canciones que él había compuesto cuándo era más joven.
Su cuarto seguía igual cómo siempre, tirado y lleno algo de suciedad, su cama no era una cama solo era un colchón en el suelo, lo que hacia sentir cómodo en ese duro silencio eran sus cosas, específicamente su peluche de Kirby y sus instrumentos.
El chico ya estaba cansado así que acomodó su guitarra otra vez en su esquina para luego el quitarse sus ropas y solo quedarse con su camisa interior de color obscuro y unos shorts de color grisáceo, menudo día del mexicano.
Ahora solo estaba el viendo su techo con la mirada perdida recordando su día a día hasta quedarse dormido demasiado tarde, ese chico si que tenía problemas de sueño ¿Por qué será?



𝓢𝔀𝓮𝓮𝓽 𝓞𝓫𝓼𝓼𝓮𝓼𝓲𝓸𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora