⌜❝El amor no correspondido es como una muerte silenciosa, un masoquismo extremo donde te quedas viendo cómo eres consumido por tus propios sentimientos.❞⌟
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Verla en los brazos de alguien más terminó por desatar sus celos.
Scaramouche lo intenta ferozmente, insiste una y otra vez en cortar los brazos que la sostienen, pero no tiene éxito alguno. Su rostro se endurece y en él, se pinta la impotencia.
Le causa rabia, le enoja que un tipo cualquiera la tenga en sus brazos sin su consentimiento. Ve como sus dedos tocan su piel y quiere, desea gritarle con todas sus fuerzas que así no es como debe tocarla, que tiene que tener más cuidado cuando la sostiene, porque Azael es frágil.
El corazón de Azael es tan frágil que flaquea a la mínima muestra de amor y afecto.
Le viene un recuerdo de ella, donde ambos estaban en la casa mutua que compartían y ella se volteaba con una gran sonrisa orgullosa en su rostro mientras le mostraba dos platos de comida recién hechos en sus manos.
Se siente conmocionado porque pocas veces ella se veía así de contenta, como si esa luz tenue se acentuara y estuviera a punto de cegarlo, la ve tranquila mientras se sienta a un lado suyo, todo a la par que apoya su cabeza en su hombro, abrazándolo por la espalda para que no apreciara directamente su propia debilidad.
Enmudece sintiendo las mejillas rojas y dejando que lo toque.
No desea que alguien más la posea y le avergüenza, sus propios sentimientos le causan conflicto. Scaramouche quiere volver a tomar de su ropa para detener su paso y evitar que se aleje cada vez más de él. El Heraldo quiere que ella se voltee a verlo con esos ojos llenos de curiosidad mientras sus expresiones duras y frías con todo el mundo, se vuelven suaves cada vez que lo ve.
Porque solo ella podría ver a un asesino como él así.
Se siente avergonzado, porque nunca pudo deshacerse de esos intensos sentimientos, incluso si intentó ver a Lumine como algo más, cuando intentó besarla en un intento de olvidarla, nada parecía funcionar.
Porque veía a la viajera dormir a su lado y solo despertaba arrepentido esperando que algún día vuelva a ser Azael quién esté ahí.
Azael es tan tonta que, está seguro que ella no dudará en correr y lanzarse a sus brazos de confesar que aún sigue enamorado de ella.
Lo peor de todo es ser consciente que, tal vez tendría que parar el mundo entero para detener lo que siente.
Tiembla ligeramente redireccionando su ataque y es en ese momento, solo en ese preciso instante donde, logra rozar a su adversario y sacarle algo de sangre. El enmascarado retrocede, sorprendido por su reciente acción.
—Te dije que la sueltes, ¿Es que acaso estás sordo, imbécil? No recuerdo haberte dado permiso para tocar lo que es mío.
—¿Y qué si no lo hago? —preguntó burlón acercando su rostro al de Azael para molestarlo.
—No me importa de dónde vienes o quién eres, aquel que toma lo que es mío, está destinado a morir. Porque incluso si estoy muerto, voy a perseguirte hasta donde sea necesario, para destruir todo de ti.
