IX

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Creo que estamos a punto de rendirnos. Ya ni siquiera nos queda comida y aunque hemos pedido más suministros tanto armamentístico como alimenticio, nos dijeron que no pueden llevar el alimento hasta donde estamos nosotros. Y aunque estemos con hambre, tuvimos que ir a pelear igualmente. Recién llegamos de recoger placas, para poder confirmar las bajas del enemigo, también nos llevamos a los heridos y a nuestra gente la enterramos y les pusimos flores en sus tumbas, junto con sus nombres, por supuesto, para que su memoria nunca sea olvidada.

     En fin, estoy empezando a sospechar que estoy en peligro. Uno de los comandantes del ejército enemigo me andaba mirando mucho y en un momento, sacó una bandera. Bandera que por supuesto, era la tuya, para luego romperla enfrente de mi cara, dándome alusión a que ya estabas muerto.

Pudimos secuestrar a ese comandante y yo le empecé a preguntar muchas cosas de ti, si sabía en dónde estabas y etcétera, pero ninguna de mis respuestas fueron respondidas y tuve que implementar la tortura para poder quitarle información. Me dijo que no sabía en dónde estabas exactamente, pero me dijo que sabía que estabas en una parte del territorio ruso, en un pueblo a pocos kilómetros de la capital y que hasta ahora, seguías con vida, pero que estaban planeando trasladarte a otra zona, porque los del ejército soviético temían que tomáramos la capital rusa y te liberemos. Y el hecho de liberarte para ellos significaría que te tengamos del lado alemán y que colabores con nosotros, pero yo no quiero eso para ti, yo quiero que elijas tu propio camino. Quiero que seas libre y si tenemos que ser vistos como desertores frente a los alemanes, entonces eso haremos, seremos libres.

𝐶𝑎𝑟𝑡𝑎𝑠 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑡𝑖́ [𝑃𝑜𝑙𝑜𝑛𝑖𝑎 𝑥 𝐿𝑖𝑡𝑢𝑎𝑛𝑖𝑎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora