Dicho de manera simple, creo que vivir es sentir y experimentar.
Si intento decirlo más detalladamente sería algo así:
Vivir es sentir.
Sentir el viento en la cara, el calor del sol, las gotas frías de la lluvia.
Sentir los sentimientos que experimentamos.
Llorar cuando estamos tristes, gritar cuando estamos eufóricos, besar a nuestro amor.
Vivir es experimentar.
Experimentar metiendo el chupetin en el vaso de gaseosa, llegar a la sima de una montaña, saltar desde una roca al agua.
Dudo que alguien pueda vivir sin sentir y experimentar, o, por lo menos, quizás esa persona entienda que vivir es algo completamente distinto.
¿Qué sería de mi si no viviera sintiendo y experimentando?
Amo sentir los rayos del sol que pasan a través de los árboles mientras camino hacia algún lugar, el viento que choca en mi cara mientras mi mamá me lleva en la moto a pasear, bailar bajo la helada lluvia mientras la ropa se empapa y después ver que las gotas caen por mi pelo, como si me transformara en una nube lluviosa también.
Amo experimentar el tacto de mi mano con objetos que parecen tener texturas extrañas, observar cosas que hacen que veas formas cuando cerras los ojos, viajar a nuevos lugares con la idea de que ninguno es mejor que el anterior, no porque sea un mal lugar, sino porque cada uno es tan único que no hay nada que comparar.
Sentir y experimentar van de la mano, por eso creo que eso es vivir, mejor dicho, sentirse vivo.
Estoy vivo al subirme a una montaña rusa y empezar a sentir la adrenalina en mi cuerpo, el viento en mi cara y el grito que sale de mi boca.
Estoy vivo al sentir como las lágrimas recorren mis cachetes cuando empiezo a llorar.
Estoy vivo cuando me tomo de las manos con él mientras caminamos en cualquier dirección.
Estoy vivo cuando siento la arena en mis pies y el sol picandome el cuerpo.
Estoy vivo cuando siento la lluvia caer sobre mi cabeza mientras doy vueltas como si intentara bailar.
Estoy vivo cuando escucho una canción y la empiezo a cantar.
Estoy vivo cuando veo a mi artista favorito cantar en un escenario.
Estoy vivo cuando voy sentado en el auto, pacientemente, esperando llegar a destino.
Estoy vivo cuando escucho a los demás hablar.
Estoy vivo porque me gusta experimentar la vida.
Ojalá nunca me quede sin experiencias ni sentimientos que contar.
Ojalá sentir y experimentar la vida por la eternidad.
