7

4.4K 501 4
                                    

La realidad se volvió atemorizante cuando obtuvo las respuestas que necesitaba.

Tony no dejaba de sonreír y contar anécdotas qué su feliz delirio había convertido en verdad, mientras que Peter no podía dejar de mirar aquel primer cuadro que le entrego poco después de entrar a la habitación.

Era un retrato muy hermoso, dibujado a mano, el rostro de un niño sonriente, un rostro inquientantemente parecido al suyo cuando tenía esa edad y tanto más angustioso el nombre al borde del retrato.

"Peter"

Rezaba con infinito amor aquella cuidada caligrafía.

Sin duda había sido un niño amado y esperado, qué injusta era la vida muchas veces.

—¿Quién lo dibujo?

Tony se sentó más cerca de él y con una sonrisa nostálgica acaricio el marcó.
—Steve lo hizo, el día que buscábamos nombres, creo que leímos cerca de cien antes de encontrar el adecuado.

—"Peter"

—Si, ¿sabes lo que significa?, el qué es fuerte como la piedra, cuando terminé de leer su significado, Steve estaba dando los últimos detalles al dibujo y nos pareció que era totalmente un Peter.

—Estaban muy seguros de que sería niño.

—Desde el primer momento lo supe, instinto supongo.

—¿Lo sabe ahora? ¿Él nuevo bebé?
Tony aparto la mirada del dibujo y acarició su vientre mirando el techo de la habitación.

—No quiero saber, no quiero un nombre qué nunca se va a pronunciar ni un nido vacío.

Tony cerró los ojos y apoyó la cabeza en el hombro de Peter quién ni siquiera intento moverse.

—Perdoname, Peter.

Peter no se atrevió a pensar que aquella disculpa era para él , tan solo ayudó al hombre a recostarse en la cama, no estaba dormido lo sabía pero sus ojos seguían cerrados y el cansancio era visible.

—Tengo que irme.

—Mm, ven mañana, almorcemos juntos, aunque sea una vez.

Pidió con voz suave, entendiendo el dolor del hombre, Peter decidió ayudarlo aunque fuera un poco.

—Aquí estaré.

Nido de PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora