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Era difícil definir la relación de Crowley y Aziraphale.

A simple vista, nadie sabía que estaban juntos.

Sin embargo, en el rincón más oscuro de la biblioteca, se encontraban ambos, en una posición bastante comprometedora.

Aziraphale se encontraba contra una de las muchas estanterías, aferrándose cómo podía a la madera.

Sus gemidos eran callados y ahogados por una delgada mano que cubría su boca.

—Silencio, ángel, no quieres que nos descubran —escuchó Aziraphale en su oído, seguido a esto, sintió una mordida en su lóbulo lo que provocó que se estremeciera más.

Crowley estaba detrás de él, arremetiendo sin compasión alguna, sabía que a esa hora no habría nadie en la biblioteca, sin embargo, no quería que los gemidos de su amante pudieran alertar a alguien.

Aziraphale se sentía cerca del orgasmo, sintió como el pelirrojo quitaba la mano de su boca y tiraba su cabello hacia atrás, sus gemidos no alcanzaron a salir, pues fueron callados con los labios de Crowley.

—¡Mhg! —fue lo único que se escuchó, ambos habían llegado al orgasmo.

Estuvieron un corto rato tratando de regular su respiración, Crowley tomó las caderas de Aziraphale y sacó su miembro, al instante el rubio se estremeció ante eso, notó como hilos color blanco conectaban la entrada del contrario con su pene.

Se mordió el labio, amaba esa vista.

Buscó su chaqueta y de ella sacó unos pañuelos desechables, con eso limpio a su amante.

Aziraphale disfrutaba de los tratos de Crowley, sin embargo, tenía algo en su mente que no lo dejaba tranquilo.

A decir verdad, Aziraphale no esperaba tener sexo con Crowley, le había enviado un mensaje. Bastante sencillo y sin dejar nada a la interpretación.

"Ven a la biblioteca, mismo lugar, te necesito"

Sí, sí se pudo malinterpretar.

En silencio, comenzaron a recoger sus prendas.

Crowley tenía una sonrisa en su rostro, Aziraphale se veía preocupado, pero decidido.

Soltó lo tan ansiado que había estado rasguñando su garganta, la verdadera razón por la que había llamado a Crowley.

—Vamos, ángel, no me puedes pedir eso—dijo el pelirrojo mientras se abrochaba el cinturón de su pantalón.

—No creo estar pidiendo mucho, solo quiero que vayamos juntos al baile —mencionó mientras se acomodaba el chaleco de su vestimenta. —Como pareja.

El pelirrojo posó sus manos en la cadera de este, atrayéndolo a sí mismo.

—¿Y si ese día vienes a mi casa y pasamos un buen rato? —preguntó con picardía.

Aziraphale se sonrojó al instante, en otras circunstancias, habría caído ante la tentación.

Pero no hoy, no ahora.

—Estoy hablando en serio, Crowley, quiero que vayas conmigo al baile, es nuestro último año.

—¿Si sabes que al baile irán todos?

Aziraphale ante eso, cambió su semblante, se volvió serio, alejó las manos de Crowley de sí, y tomó distancia.

—¿Es por eso? ¿Es por qué el gran Anthony Crowley, no puede ser visto con alguien cómo yo? —escupió con enojo, mientras terminaba de acomodar su ropa.

Earth Angel [Ineffable Husbands AU] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora