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El risco de los enamorados era un lugar conocido por sus amaneceres hermosos y un cielo despejado. De noche, se podían ver las estrellas en su totalidad.

Claramente, nadie las veía. Era más conocido por una razón, los adolescentes de la ciudad iban a ese lugar en sus autos y se quedaban ahí toda la noche.

Está de más decir lo que hacían.

En ese alejado risco, la silueta de un antiguo automóvil se presentaba, nada más y nada menos que un Bentley de los años 30'.

En el interior, se encontraban dos jóvenes que se besaban con tranquilidad y pasión.

El pelirrojo, tenía una de sus manos en el mentón del contrario, para así guiar los besos, mientras que la otra mano se encontraba en la cadera de este para atraerlo cada vez más a su cuerpo.

El rubio no podía encontrarse mejor, sus manos estaban en el cabello de Crowley; jugaba con este.

En un momento tuvieron que separarse por la falta de aire, y ambos se miraron embobados. Crowley se quedó contemplando el rostro de su amado. En toda su vida, no había encontrado a alguien más hermoso.

Aziraphale estaba totalmente hipnotizado por esos amarillos ojos.

Él amaba el color amarillo.

Se lanzó de vuelta a la boca del contrario, con mucha más pasión y desesperación, lo necesitaba.

Crowley se sorprendió ante esto, no obstante, correspondió gustoso, aunque una duda no salía de su cabeza.

Con ambas manos, logró separar al ojiazul de sí mismo, sin embargo, este atacó su cuello, comenzando a repartir besos y mordidas en toda la extensión de la piel.

Crowley comenzó a soltar suspiros y jadeos, el contrario sabía cómo ponerlo así.

Sin embargo, lo volvió a separar de sí.

—Ángel, espera un momento, escúchame —pidió tomando las manos del rubio para que este las dejara quietas—. Aziraphale, te amo. No quiero que creas que solo quiero tener sexo contigo, te quiero para toda mi vida, no te sientas presionado a estar conmigo de esa forma, si no es lo que quieres.

Aziraphale lo quedó mirando con total cariño y amor, se acercó más al contrario.

—Crowley, no tengo duda alguna de tu amor. Te amo, Crowley. Quiero estar contigo de todas las maneras posibles, quiero sentirte, que te sientas bien, como tú me haces sentir a mí.

Volvió a besarlo, esta vez el pelirrojo no lo detuvo ni lo separó, ambos lo querían.

La mano de Aziraphale se posicionó en el pecho de Crowley, notó cómo su corazón latía con rapidez. Bajó con cautela hasta el cinturón del pelirrojo, con rapidez lo desabrochó y bajó el cierre del pantalón. Posteriormente, su mano se coló en el interior de su bóxer. Crowley soltó un suspiro pesado.

Comenzó moviendo su mano de arriba para abajo, su pulgar jugaba con el glande, para que el miembro del pelirrojo se pusiera duro en su totalidad.

Crowley lo ayudó, se bajó un poco los pantalones dejando expuesto su miembro.

Aziraphale peinó sus cabellos hacia atrás, se agachó para quedar a la altura de la ingle del contrario, la respiración pesada sobre el pene de Crowley hizo que este se estremeciera.

Cuando sintió la primera lamida, se mordió el labio. Entonces se lo metió a la boca, y de la garganta del más alto salió un "Aziraphale" lleno de deseo y placer.

El rubio comenzó a mover su cabeza de arriba para abajo, comenzó recorriendo la longitud y luego a lamer el glande.

Crowley se sentía en el cielo, su mano fue a los rizos del contrario y tomó control de estos. No estaba ejerciendo fuerza, solo marcando el ritmo. Sabía que a Aziraphale le gustaba que fuera un poco brusco con él, no al punto de lastimarlo, pero sí de mostrar posesividad.

Earth Angel [Ineffable Husbands AU] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora