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- La enfermedad que tenéis enfrente viene provocada por culpa de los monos sin pelo esos que viven en esos lugares construidos por ellos mismos. Según parece no saben cómo curarlo.

Pues si ellos no saben...está difícil asunto. Ellos siempre logran encontrar alguna cura.

- Pero yo sé una forma. Al noreste de vuestro territorio hay una montaña que da a una cueva. Ahí nace la flor que salvó a todos la anterior vez. Pero debéis marchar hoy mismo, está muy lejos y la flor nace en estas fechas y vive 2 semanas.

- Pero, no entiendo. ¿Dónde está ese sitio? ¿Cómo sabremos por dónde ir?- la abrumada gata tenía muchas preguntas y ninguna respuesta.

Si hubiera alguna forma de señalar el camino la vida sería mucho más sencilla.

- No te preocupes. Iréis a territorio de las criaturas grandes de dos patas. Ahí buscad a un gato llamado Nero. Él os guiará hacia allá.- dijo con una sonrisa intentado tranquilizar a la tan alterada Rubí.- Escogí a un aprendiz de cazador para que te acompañe. Os deberéis juntar con los otros elegidos de las otras dos tribus.

Dicho eso, desapareció y todo quedó en silencio hasta que se oyó un crujido detrás de ella. Era un perro enorme de color negro y los ojos rojos brillantes. Rubí no tuvo tiempo de pensar, el perro le gruñó y se abalanzó sobre ella.

- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaah!- la pelirroja se despertó de golpe por culpa del sueño.- Eso sí que fue intenso. Mejor doy una vuelta para ver quién es mi acompañante en este viaje.

Cuando salió de su casa chocó con un gato que parecía el cachorro de un tigre.

¡Aaw! Es una monada... Espera... No me digas que este pequeñajo es...

- Ho...Hola. Me...me llamo Kira.- dijo el atigrado interrumpiendo los pensamientos de la anaranjada.- Soy... Dice la curandera Blanca que...- hizo una pausa y siguió pero con un tono muy bajo.- soy tu compañero.

Bueno, si ella lo quiso así por algo será... Espero.

- ¡Muy bien! Espero poder llevarnos excelentemente y tengamos un gratificante viaje.- intentó animar al pobre aprendiz.- Sígueme, que tengo que avisar a mi hermana y mi aprendiz.

Dicho eso, se fueron a donde estaban ambos gatos y les contaron todo. Su hermana le deseó toda la suerte del mundo y deseó a la luna y a todos los espíritus que llegaran a salvo y a tiempo con la cura.

El viaje de RubíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora