Nadie puede escribir el futuro.

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              No hay principio ni final

Narradora:

Hoy era un día confuso para la familia
García, ya que hoy operarían a la madre de la joven chica,
ella no podía estar hay
con su madre, ya que se tenía que ir con su padre,
Ella sentía un miedo
inmenso, ya que temía a que a su madre le pasara algo
y ella no pudiera estar hay con ella ayudándola, protegiéndola y cuidándola.

Por mucho
que la molestará
no estar hay para ella la chica
tenía que
estudiar para
ganarse la vida.

Narra Aroa:

Escuché mi despertador sonar lo que me indicaba que era hora de
prepararse para el primer día del último año de instituto,
había escuchado que un chico nuevo
Iba a venir al instituto,
pero dejando eso de lado,
me fui a duchar con agua fría para despertarme, cuando salí de la ducha me dirigí al armario a coger la ropa
que me iba a poner ese día.

Salí del cuarto, baje las escaleras
una vez abajo me dirigí a
la cocina.

-Hola Papá- saludé a mi padre mientras me ponía el café.

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-Oh mierda llegó tarde-Dije levantándome y yéndome.

-Adiós papá-me despedí en la entrada.

-Adiós Hija-

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En cuanto llegue al instituto saludé a mis amigas, ya que  no las había visto hace tiempo y las echaba de menos.

-Hola chicas-Salude con alegría.

-Hola Aroa-Me saluda Lamía

-vamos a clase.-le dije con un poco de entusiasmo

-Si claro vamos-Dijo poniéndose a mi lado

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Subimos las escaleras para ir a nuestro pabellón, y como
era de esperar no había ningún sitio vacío atrás, por lo que me tocó
Quedarme en la tercera fila.

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Estaba tan concentrada en mis pensamientos que no me di cuenta
cuando el chico nuevo entro en la clase.

-Hola Iván preséntate-Dijo la profesora amablemente al nuevo.

-Hola me llamo Iván Gómez, tengo 17 años.-Dijo serio y cortante

-Gómez te puedes sentar al lado de la señorita García.-Dijo amable al chico.

Él no dijo nada y vino a sentarse donde le había señalado la profesora.

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Las clases pasaron rápido,
y aburridas
Pero a la vez
entretenidas, ya que lamía no
para de hacer gestos
provocando que me riera,
Pero esas risas eran fastidiadas por la incomodidad que me provocaba la mirada del chico nuevo.

-Llamando al mundo de Aroa-Me llama Lamía.

-Que decías-Digo después de salir de mis pensamientos.

-¿En quién pensabas?-

-En nadie ¿por qué?-Digo haciéndome la desentendida.