―Hola, Ni-ki, te traje un helado. ―El rubio no era morboso, para nada quería denigrar a su amigo de esa manera, pero en ese momento recordó la peculiar forma que tenía Riki el helado así que sólo abrió sus ojos al verlo sostener la paleta de manera rápida, casi quitándosela.
―¡Es de banana! ¡Es mi favorita, Sunghoon! ―Pero el brillo en sus ojos le hizo saber que había válido la pena. Se sentó a su lado.
―¿De verdad es tu favorita? ―El otro asintió y no esperó una respuesta porque ya tenía la mitad de la paleta en su boca, y Sunghoon que había comenzado a sudar frío. Trago saliva mientras veía sus mejillas hundirse levemente al succionar el helado, las gotas derretidas por sus labios y sólo la limpió. ―Se estaba derritiendo...
―Gracias. ―Sonrió, cerrando sus ojos, y Sunghoon igual le sonrió, sonrojándose un poco.
Claro, había olvidado que se sentía levemente atraído por el pelinegro. El rubio posó su brazo en el respaldo de la banca, por consecuencia pareciendo que estaba abrazando al otro, y lo miró. ―¿Te gusta mucho el helado de plátano?
―¡Sí! Sabe muy rico y me gusta mucho porque mi fruta favorita es la banana.― Su sonrisa tierna por estar consumiendo su postre favorito, sus palabras recién usadas parecían las de un niño pequeño e inocencia en ellas. Sunghoon lo aceptó.
Riki por alguna extraña razón consumía el helado en forma de paleta de esa forma, el era inocente de su forma de comerlo, y aunque no lo quería aceptar, eso calmó levemente a Sunghoon mientras lo veía y acariciaba su cabeza, como niño pequeño.
―Entonces, ¿Te gusta mucho el plátano?
―Banana, sí me gusta mucho. ―Succionó, y después se separó de él dejando un rastro de saliva que unía la punta del helado a sus labios y la fascinación con la que lo veía. Sunghoon desvió su mirada. ―Lo comería a diario si no fuera por el azúcar.
―Oh, muy bien. ―Volvió a acariciar su cabeza, y Riki volteó a verlo, sonriendo con dientes.
―¿Cuál es tu helado favorito y fruta favorita? Nunca me dijiste.
―Me gusta mucho el durazno, aunque me gusta el helado de fresa. ―Riki asintió, y apuntó un quiosco abierto.
―Ve a comprar tu paleta de fresa mientras me acompañas a comer mi paleta de plátano. ―Sunghoon asintió, viendo que el helado de Ni-ki , aunque ya lo había succionado varías veces, parecía estar intacto. El fue rápido al quiosco, compró la paleta y dos cajitas de leche. Una de plátano para el otro y uno de fresa para él.
Volvió de forma rápida, viéndolo feliz al ver la leche.
Sus piernas comenzaron a moverse de forma rápida en lo sobrante de la banquita, su sonrisa se hacía cada vez más grande más se acercaba, y apenas llegó, tomó la leche.
―Traje una pequeña sorpresa. ―Guardó al cambio en el bolsillo trasero mientras se sentaba, y volteó a verlo.
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