Free Love: Al Ritmo de los Sueños

1.

Chances...

Música...

La música resonaba en mis oídos, y mis pasos salían perfectos, a pesar de tener litros de alcohol en mi sistema en ese momento. Mis amigas bailaban junto a mí, y debo admitir que esta noche no podría ser mejor.

Es la fiesta de bienvenida en nuestra preparatoria, esa que hacemos el viernes de la primera semana de clases para recibir a los de nuevo ingreso. Esos pollitos recién salidos del cascarón que no se tienen ni la más mínima idea de que en este instituto lo que sobra es demencia.

Y al parecer, una mejor bienvenida no se les pudo dar, ya que entraron en confianza bastante rápido.

Pero en fin, estaba hablando de mí.

Alcohol, pasos increíbles de baile eran los que yo daba en la pista. Todas las miradas fijas en mí, y también, me gustaría recalcar que.. el besar a mi crush ésta noche sin duda fue la cereza del pastel.

David Mackenna me ha gustado desde que entré a primer año de secundaria.
Es un año mayor que yo, y al verlo ahora, tan maduro y atractivo hizo que lo imaginara de muchas formas, y ninguna de ellas eran agradables de saber.

Ah, si, por cierto.. No creerás que es una chica la que te está contando todo esto, no.

No es una chica la que te ha estado contando todas éstas aventuras locas que vivió esa noche.

De echo, me llamo Steve Walter, y tengo 17 años... Desde pequeño siempre sentí atracción por el baile, y pues... por los chicos también.

Lo sé, sé que mi orientación sexual no es algo que deba saber todo el mundo porque se supone que es algo mío, pero, ¿que crees si te digo que realmente me vale madres lo que la gente piense o diga de mí?

Salí del closet a los 15 años, y la unica persona de la cual si me hubiera dolido el rechazo era mi madre. Pero, ésta aceptó bastante bien la situación, y créanme cuando les digo, que no se siente avergonzada de que su hijo sea libre de amar de una manera diferente a como aman los demás chicos.

Está orgullosa de mí, y siempre que puede me recuerda lo mucho que me ama.. ¿cómo no voy a sentirme bien y feliz?

Eran las 4 de la mañana y ya en la fiesta no quedábamos muchos. Tenía que regresar a mi casa para descansar todo el domingo si era posible, no iba a soportar tener reseca el lunes sin haber dormido siquiera un poco.

-¡Súbete! - exclamó la hermana de Daniela, una de mis mejores amigas- No queremos problemas con tu madre.

Y al llegar a la calle donde vivo, intento bajarme de la camioneta lo más sutil posible. Ya era ridículo hacer como si no estuviera borracho, porque ya todos lo sabían, así que traté de llegar lo más derecho posible a la puerta de mi casa. Me despedí de las chicas y entré rápidamente para irme a mi cuarto y no despertar hasta ese domingo en la tarde.

**

El sol arde frente a mis ojos, al parecer la cortina no estaba tapando la ventana y a buena hora viene a molestarme. Estrujo mis ojos y tomo mi celular para ver la hora.

3:42 de la tarde...

Joder, he dormido toda la mañana y al parecer gran parte de la tarde.