Change

Ahh...me pregunto que color de zapatos me pondré hoy, para ser sincera me da exactamente lo mismo pero debo dejar una perfecta impresión, debo ser perfecta. Así...así todo el mundo me amará.

Me llamo Emi, Emi Dumbling, y no "Emi" no es el apodo, es el nombre, culpa de mis padres y su creatividad.

Tengo dieciséis años y soy la chica más popular en esta escuela. Tengo excelente notas, tengo a cualquier chico bajo mis pies y todas las chicas me envidian. Todo es una fachada. Nada es real, todo es falso.

Desde la cabeza a las pies todo es superficial hasta el punto que te hace querer vomitar. Paso por el pasillo agitando mi largo cabello a propósito y dirigiendo sonrisas falsas a aquellas personas que pretenden saludarme.

Aunque se que me odian. Me envidian tanto que a veces tengo sus cartas amenazantes o alguna chica viene a pegarme porque "le robe a su novio" aunque claro, no puedo hacer nada ante eso, ya que soy "La perfecta Emi".

Nunca pensé en cambiar, no es un estilo de vida cómodo, ni tampoco me brinda felicidad. Pero...fingir es lo único que sé hacer.

Estos tacones son incómodos, hacen que quiera tropezar con todo y el pelo largo a fin de año es asqueroso, se pega en todo mi cuerpo y se enreda con lo que sea. También odio la ropa ajustada que sin importar que, te hace sentir gorda y odio aún más no poder comer cosas dulces. No recuerdo la última vez que me comí una buena rebanada de pastel, incluso en mi cumpleaños finjo comer cuando no lo hago. "Estoy a dieta" le repito a todo el mundo y también a mi misma para evitar hacer algo estúpido.

Ugh.

Cuando abro mi casillero me dedico a perfeccionar mi maquillaje; retocar las sombras, colocarme brillo labial y peinar mi cabello, también me aseguro que los lentes de contacto permanezcan en su situó adecuado.

Pareciese que el espejo se burla de mi, susurrando "Esta no eres tú" pero lo ignoró, no hay razones para hacerle caso y tampoco se quién era en un principio para empezar.

"Encontrarme a mi misma" ¿Incluso en eso estoy de moda?

Recuerdo un detalle importante de mi insignificante vida, mamá me había dicho que hoy tenía una conversación médica. No es como si me importase, lo hago todos los años mi mama sufre de hipocondriasis, mi mama no es mala...solo es algo obsesiva con todo el tema de las bacterias, enfermedades, lo último que puedes hacer es dejarla en uno de esos canales donde documentan raras enfermedades porque eso la hace aún más paranoica. 

A pesar de todo mi mama es una buena persona, al igual que mi papa, él es una persona un poco más calmada yo diría que son polos opuestos, pero se complementan y siempre crean armonía en casa. No quiero decir que la familia sea perfecta pero es bastante llevadera. Si ellos no trabajaran todo el día pienso que también sería genial.

Cuando sin darme cuenta las clases habían pasado, percibo que tenía apuntes detallados de absolutamente todo, como si fuese una maquina, un robot.

El único momento en lo que todo tiene sentido se acerca, salgo de la escuela para ir a dejar rápidamente las cosas en casa y dirigirme a las clases de piano.

Cuando luego de correr apresuradamente durante casi media hora me acomodó un poco toda mi ropa y entró. No necesitaba fingir aquí, no necesitaba ser perfecta, solo me necesitaba a mi, quien sea quien yo fuese.

-¿Día agotador?-Indaga Clara, mi profesora. Ella es de tez blanca, repleta de pecas y pelo castaño claro.

-Ni te imaginas-Respondo suspirando mientras acomodo mi falda en el asiento para luego ubicar mis manos en el teclado.