#Change Nº6

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Las preparaciones no podían ser más precipitadas. Mama y papa se habían ido a comprar útiles y materiales, un domingo...

Yo realmente no quería que gastaran dinero para ese tipo de cosas, podría utilizar tranquilamente lo que ya tenia pero ellos dijeron "es diferente" y no pude oponerme por demasiado tiempo...

En fin, ahora estoy preparando adecuadamente las ropas que llevare y gracias al horario que me entregaron, colocando los libros correspondientes para el día.

Creo que con mi apariencia no tendrá que ser demasiado difícil de ocultar. No sé cuando podría morirme de repente, pero...lo único que sé con certeza es que lograre ser la mejor pianista. Estoy segura...tiene que ser así. Si no lo logro...si no lo logro...todo, todo dejaría de tener sentido.

Alejo mis pensamientos negativos y me concentro en lo único que importa en este momento, el conservatorio. La tarde se pasa de esa manera, hasta que por la puerta principal entran mis padres.

-Hemos llegado.-Anuncia papa con un semblante sonriente. Diviso que sus manos están repletas de bolsas, entonces apoyan estas en la mesa del living.

-Eso...son muchas cosas.-Comento sorprendida. No estoy yendo a una escuela de arte...realmente no eran necesarias tantas cosas.

-Mira, estas cosas son muy lindas.-Interrumpe mamá sacando la cartuchera de una de las bolsas, esta..tenía un panda estampado. Acto seguido, sigue sacando lapiceras de colores, gomas, lapices todo de diferentes colores, adornadas con alguna cosa arriba (animalitos en general). Me frotó la sien y la enfrento.

-Mamá...-Trató de explicarle amablemente.

-Oh espera, no has visto la regla...-Continua, emocionada.

-Mamá...-Hago un segundo intento de comunicarme con ella cabreada.

-Pero lo mejor son los tapers para la comida...-Añade meticulosamente.

-¡Mama!-Grito ya exaltada. Ella me mira confundida.-Te das cuenta que estoy tratando de aparentar ser un chico ¿Verdad?.

Ella articula una "o" encogiéndose de hombros. Ahora miro a papa buscando un culpable, el solo se dispone a silvar. Ugh, mi vida en el instituto sera una porquería, seguramente se burlaran de mi.

-No importa. Es decir son solo útiles, no pasa nada.-Digo finalmente. Y al fin y al cabo si no tuviese que fingir ser hombre diría que me gustan. No puedo ofenderme por algo tan trivial, además de que en el peor de los casos si quedo como un marginado, voy allí solo a estudiar. 

Yo seré la que me ría cuando sea mejor que todos ellos. Suelto sin pensarlo una risa maléfica poco disimulada.

Mis padres me miran extrañados. Yo solo les hago una seña para que le resten importancia y subo a mi habitación. Al recostarme sobre el colchón de mi cama quedo sumida en un profundo sueño.

...

El irritante sonido del despertador me hace despertar. La hora ¡Santa mierda la hora! Corro atropellada para cambiarme de ropa y lavarme los dientes, en un intento de colocarme los anteojos me inco un ojo pero luego de unos gruñidos de mi parte lo ignoro y sigo mi recorrido.

Me llevo algunas galletas de la que estaban servidas en la mesa y tomo mi jugo preferido de naranja de un solo sorbo. La bicicleta, la bicicleta ¿¡Por qué nadie me llamo!? Ah, cierto...yo les dije que nunca lo hiciesen. Aparto mis ideas innecesarias y me apresuro a pedalear con todas mis fuerzas. 

¿Cómo era el camino? Ugh, soy un asco para todo esto de las calles. 

Recuerdo el versito; dos cuadras derecho, doblo a la izquierda cinco mas y em...¿Qué seguía? Moriré y es tan solo mi primer día.

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