𝖤𝗑𝗍𝗋𝖺: El dolor del amor

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Aquel lugar era tan grande como si fuera un estadio, era muy grande, estaba lleno de luces

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Aquel lugar era tan grande como si fuera un estadio, era muy grande, estaba lleno de luces. Ese lugar tenía todo lo que Tokio Hotel necesitaba.

Ya llevaban horas cantando y dando su show en sí...

Ya han pasado 2 años desde que Violett se había ido para siempre, desde que Bill dejo atrás todo lo que tenía que ver con el amor, con el romance. Han pasado dos años desde que violett le dejo un gran vacío en el pecho a Bill.

Todos a lo largo del tiempo le dijeron lo fuerte que fue al superar la muerte de una de las personas que Bill más amaba, pero lo nadie sabía era que él lo profundo del corazón de Bill, ella seguía estando allí presente cada maldito día de su vida. Ella seguía en su corazón, ese corazón que aún latía por cada vez que la recordaba, cada que recordaba sus momentos con ella.

Después de dos años ella seguía allí, metida en su frágil corazón, ese corazón que no latía por nadie más, que no fuera Violett... su dulce violett seguía allí, en lo profundo de su corazón, enterrada, enterrada en lo profundo para que no pueda salir jamás.

Su vida definitivamente, y como era de esperar cambio mucho, después de todo violett fue alguien que le dio sentido a su vida, una razón de poder seguir adelante con la música. Ella le dio un giro a su vida, la cambio por completo, y cuando se fue se llevó todo con ella, absolutamente todo... se llevó su razón de sonreír todos los días, se llevó todas las bellas letras de amor que tenía para ella... se levó todo en el momento que salto de aquel gran edificio.

Violett se llevó todo el amor que tenía para dar.

¿Qué paso con las cartas estaban escondidas el fondo de un armario? Escondidas para que nadie las vea, solo para que Bill pueda leerlas cuando intentara recordar los bellos momentos con su bella chica de ojos miel.

Han pasado dos años y aun las conserva con gran amor y nostalgia, abrazando esa última carta de ella todas las noches, aunque sea unos minutos, la nostalgia o necesidad de sentir su calor le hacía falta todas las noches al pelinegro de mirada triste y apagada.

Para Bill dos años fueron como si hubiera sido hace un día. Aún vivía el recuerdo de esa fría y tormentosa noche, aún estaba completamente vivo en su cabeza, y esto lo mataba cada día más, porque definitivamente no es lindo ver al amor de tu vida lanzarse de un alto edificio.

don't jump, bill kaulitz ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora