•04• 《Asfixia》

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Jueves 03 octubre 1985.

Otro jueves por la tarde y me encontraba sentado en el sofá de mi casa observando mis manos detenidamente.

Sonreí al ponerme de pie, pensaba en tonterías solo para matar un poco el tiempo en lo que la noche llegaba. Fruncí el ceño girando mi atención para alguna parte de la cocina, podía jurar que claramente escuche algún par de voces, pero toda mi preocupación desapareció cuando me adentre buscando y no vi nada, seguido de eso recordé que tengo vecinos.. y bastante ruidosos.

Una vez mas memoricé todo con atención, estaba seguro que si todo lo hacia conforme lo había estado planeando, todo iba a salir perfecto y yo iba a poder salir intacto de esta noche.

Me gustaba todo lo que había idealizado; todo, excepto la parte donde tenia que seducir a mi victima.

Me mire al espejo y me gustaba lo que miraba. Si, era yo, atractivo y misterioso, tal como pretendía mirarme.

Al salir de casa y conducir hasta donde era mi destino, miraba todo a mi alrededor, pensando en el pasado.. en hace casi nueve años y me pregunte a mi mismo.. si esta mentalidad y valor lo tuve siempre conmigo pero no sabia de lo que era capaz... o si esto lo desarrolle el día que me arrebataron lo que mas adoraba en esta vida.

Al dejar la melancolía por un lado, me di cuenta que no encontraba donde estacionarme y después de decir unas cuantas maldiciones en voz alta, me baje del auto después de unos cuantos minutos de encontrar donde dejarlo.

A paso veloz me adentre a la imitación de bar donde si bien no me equivoco, mi amigo ya debe de andar por ahí. Me senté en algún sofá que logre encontrar vacío y observe detenidamente el lugar, tratando de imaginarme en que tipo de situación bochornosa encontraría a mi linda victima esta vez.

Por estar tan concentrado mirando todo con cautela y atención, no alcance a detener a una tonta niña castaña y borracha, que se detuvo de mi colocando sus manos en mis rodillas, mientras me vaciaba el licor de color violeta sobre el pantalón. Mierda.

Me quede quieto, sin moverme y solo suspire fuertemente mostrándole mi típica mueca de enfado. Ella, como toda una retrasada, se levanto sonriéndome mientras limpiaba sus labios con su pulgar.

—Lo siento, ¿si? —¿es todo lo que va a decir? por que juro que quiero matarla.

La chica comenzó a caminar apartándose de mi para desaparecer de mi vista, no sin antes guiñarme uno de sus ojos con una sonrisa ladina, ¿coqueteo? quizás.

—¿Y ella quien es? —mi vista se encontraba observando el caminar de la chica mientras meneaba sus caderas exageradamente, pero gire al lado contrario de inmediato cuando escuche la voz chillona pero profunda de mi amigo. —No sabia que vendrías. —me sonrió después de decir eso ultimo. —Me parece extraño verte en lugares como estos.

—Necesitaba salir,—suspire después de decir eso—no estoy bien después de lo de los chicos.—respondí cabizbajo viendo la mancha de mis pantalones.

—Si, ni yo. —Respondió al momento que se sentó a mi lado.

Pensé en lo siguiente que diría, pero para eso estaba aquí ¿no?

—Jimin... necesitaba verte.—Después de confesarle eso, coloque mi amplia  mano en el muslo de el.—Quería asegurarme de que estuvieras bien.

Lo mire sonreír mientras miraba mi mano que estaba sobre su pierna.

—Aquí ahí mucha gente, hablemos en otro lugar.  

Sonreí victorioso logrando mi cometido y sentí la mano de mi victima cuando tomo la mía para hacerme caminar junto a el. Entramos a un pequeño cuarto donde había un sofá amplio y varias luces de colores.

Al entrar completamente cerré la puerta tras de mi con seguro y sin mas demoras, tome al rubio de la cintura para atraerlo hacia mi y pegar nuestros cuerpos.

Ambos nos miramos a los ojos por varios segundos, le sonreí cómplice, pues sabia que esto el lo había deseado por tanto tiempo, el, me lo había confesado hace unos cuantos años atrás.

Perfectamente concentrado comencé con esta travesura, levante mi mano y lentamente acaricie su mejilla, lo observe por unos segundos mas, su rostro era suave y sus profundos ojos miraban los míos mientras el se dejaba acariciar por mi; su cabello dorado me hacia cosquillas en el dorso de mi mano por que el mismo buscaba mas caricias de mi piel.

Me di cuenta que el llevaba esto mas tranquilo, mas relajado.. algo mas romántico y este no era el plan. En un movimiento rápido y algo brusco de mi parte, me deje caer en el único sofá de la pequeña habitación sin soltar a Jimin de mi mano e hice que se sentara sobre mi, con una pierna de cada lado, a horcajadas.

El rubio intento besarme en los labios, pero alcance muy a penas a apartarme de esos gruesos labios que buscaban con desesperación los míos, pero al girar mi cabeza, sus labios quedaron sobre mi cuello esta vez.

Mientras el acariciaba y saboreaba mi piel, yo solo podía ver un punto fijo de aquel cuarto, memorizando el proceso de muerte del chico que estaba sobre mis piernas.

Suspire fuerte cerrando mis ojos mientras movía mis dedos sintiendo la textura de los guantes que desde un principio, llevaba puestos.

En realidad estaba conteniéndome demasiado, porque muy en el fondo y aun que no lo quisiera aceptar, tal vez pensaba que deseaba besar sus labios por una vez en la vida.

Pero por favor.. claro que no soy tan tonto para hacer algo que pudiera involucrarme. Como mi saliva, por ejemplo.

Deje que se divirtiera unos cuantos minutos mas, mientras dejaba varios besos en mi abdomen por encima de mis prendas. Me di cuenta que el seguía insistiendo en llevar las cosas lentas para disfrutarlas al máximo.

Al aburrirme de esto, me posicione sobre el y lo mire cuando el, debajo de mi,  cerro sus ojos, esperaba sentir placer el también.

Pero en lugar de eso, lo único que sintió fueron mis manos, mientras comenzaba a morder mi labio inferior por la fuerza que ya tenia sobre mis manos al apretar su cuello.  

—¿Po-por que haces e-esto?—Apenas pudo preguntar el rubio debajo de mi, tratando de forcejear contra mi fuerza. Su poco aliento me decía que no estaba lejos de lograr lo que yo esperaba.

Lo miraba atento desde mi lugar con mis enormes ojos mientras hacia muecas por la sorprendente fuerza que trataba de poner en el cuello de mi chico rubio.

—Porque así como lo disfrutaste tu, así lo estoy disfrutando yo.

Y no hablaba precisamente de lo que recién paso, hablo de algo que paso hace casi nueve años atrás..

Lo ultimo que el miro de mi, fue mi sonrisa retorcida, una sonrisa que el había dicho que le encantaba de la persona que a el siempre le habia  gustado.

Deje salir un suspiro de cansancio cuando sentí como se rompía su cuello por sobre mis manos. Comencé a respirar agitadamente y me deje caer sobre el sofá por un breve descanso, que en realidad sentía necesitar.

Tome entre mis dedos largos su mano y sonreí resopladamente al ver la diferencia, siempre me habían causado ternura. Sin pensar en otra cosa coloque mis pinzas especiales en su dedo índice, lo siguiente fue mi cuerpo cuando se sacudió por la fuerza que hice al desprender el dedo de la mano de Jimin.

Guarde todo con el mayor cuidado y mire por ultima vez el cuerpo de mi amigo y por cuarta vez.. no sentía arrepentimiento.

Después pensé en una tontería.. 

¿Que se sentirá morir por las manos de la persona que te gusta?

Asentí viendo su cuerpo e hice una mueca, apenas solo el sabe lo que sintió.. y ahora que lo recuerdo, cuando estaba apretando su cuello, mire salir una lagrima de uno de sus ojos, pero fue todo.

Acomode un poco mi cabello y me dispuse a salir de ahí, encontrándome por casualidad a la chica de hace rato, quien se ofreció amablemente en ir hasta mi departamento a limpiar la mancha de mi pantalón; y pensé, alguien tenia que hacerse cargo del problema que quiera o no, mi amigo había dejado en mi pantalón.

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