•02• 《Arsénico》

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Jueves 19 septiembre 1985.

Mientras movía ansiosamente mi pie hacia arriba y abajo pensando en lo que tramaba hacer y que justamente llevaba una semana completa pensando, mordía mi labio inferior con algo de fuerza. Volteaba hacia todos lados, divagando en mi propia mente y animándome al ver la botella en mis manos, la cual se miraba increíblemente apetitosa.

Carraspee mi garganta y me detuve, recordando con ironía y gracia lo que llevaba el contenido que por accidente, estuve a punto de beber.

A lo lejos... mire a mi querido amigo.

Me quede quieto observando como el cada vez se acercaba mas a mi dirección, miraba sus pies mientras trotaba sin prestarle importancia a su alrededor. Sus auriculares me daban la impresión de que ahora se encontraba mas solo que cualquier otro día. Sonreí bajando mi vista una vez mas hacia la botella y comencé con esto una vez que me puse de pie.

Uno de los mejores doctores de Daegu, corea del sur... Si, eso es lo que era el.

Su rutina diaria me serviría por completo, de echo, es donde aprovecharía para encontrarme con el.

-¿Te habías olvidado de mi?-Le pregunte al unirme junto a el en su rutina de correr levemente. El se asusto y paro su andar. Algo cansado y agotado me sonrío tratando de recuperar el aliento.-¿agua?-Ofrecí junto a una amable y sínica sonrisa.

El aun sonriente me asintió, tomando la botella mientras que con su otra mano tomaba una pequeña tela que reposaba en su hombro y con ella, limpiaba el sudor de su frente.

Lo mire mientras el aun trataba de recuperar su normalidad para respirar y secaba esa leve capa de sudor de su frente.

No me perdía ni el mínimo detalle y moría de la desesperación al no verlo abrir la maldita botella. Me moví ansioso cuando lo mire abrirla de una vez y volteaba para todos lados. Imite su acción y también me di cuenta que la gente comenzaba a irse.

-¿Por que usas esos guantes?-Pregunto Seokjin.

-¿Estos?-Me mire mis manos, viendo en ellas mis guantes negros.-Sabes que soy muy friolento.-respondí junto a una sonrisa de satisfacción cuando el bebía del agua sin detenerse.

Recibí mi botella de agua nuevamente y comenzamos a caminar lentamente.

-No deberías andar solo por las calles a estas horas, ¿Que es lo que pensabas?-Gire a verlo lentamente, observándolo quieto tratando de no arrepentirme de nada. Es un bastardo, lo merecen.-Lamentablemente hace una semana que encontraron a Hoseok.. Ya sabes, muerto.-Note su voz quebrarse, se quedo en silencio después de eso y bajo su mirada al suelo, pero eso no evito que me diera cuenta de sus ojos llenos de lagrimas.-¿Deseas terminar como el?

Me quede quieto recordando lo de hace una semana en el funeral de nuestro amigo, otros cinco amigos restantes le lloraban a un féretro mientras se consolaban el uno con los otros recordando "buenos" momentos.

Mientras ellos lloraban y se abrazaban, yo solo me encontraba de pie junto al ataúd, viendo directamente el cuerpo sin vida de nuestro amable amigo postrado en ese lugar de poco espacio. Estaba perdido en mis recuerdos, divagando cosas sin sentido mientras me encontraba estático, levantando sospechas según yo.

Volví en si y reaccione rápidamente girando a mi alrededor, viendo a mis amigos llorarle al cadáver y también al mismo tiempo, siendo abrazado por uno de mis amigos, Jimin.

Volviendo a la realidad y tras unos cuantos pasos mas, mire de soslayo como el cuerpo de Jin caía directamente sin meter sus manos siquiera.

Yo estando de pie, observe atentamente como el cuerpo de mi victima se sacudía sobre el suelo. Gire a mi alrededor, cerciorándome de que nadie estuviera viéndonos. Seguido de eso, me puse en cuclillas para verlo mas de cerca.

Le sonreí sínicamente cuando note que aun tirado en el suelo, mientras su cuerpo se sacudía y una sangre espesa se deslizaba lentamente por entre sus labios, movió su mirada a mi dirección.

A decir verdad, su momento melancólico logro tocarme un poco el corazón, pero claramente no había sido suficiente y me atrevo a decir, que espero su muerte con ansias.

A continuación, estire un poco mi pierna y logre sacar el instrumento de utilería que comenzaría a llevar como requisito obligatorio a mis secciones de cacería semanal.

Prepare todo y me posicione para dar por finalizado este extraño encuentro con el segundo de mi lista de ex-amigos. Corte su dedo de un solo tirón haciendo la mueca mas fastidiosa que podía.

Exhale aire fuertemente, mostrando cuan decepcionado estaba.-No imaginas cuanto hubiera deseado que aun siguieras con vida mientras cortaba tu dedo, pero supongo que después de todo me encuentro con algo de suerte, de ver sido lo contrario, tu estúpida boca no fuera parado de gritar de la agonía.

Me puse de pie aun viéndolo directamente a el, en silencio y sin expresión alguna, me di cuenta que al final de todo, no me siento para nada arrepentido de mis decisiones.

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