Difícilmente te dire adiós » end » nalu

Los latidos de nuestros corazones. [Re-escrita]

[este será un especial de dos capítulos]

Tener a Gildartz sentado frente a mi, tal vez era la cosa mas incomoda que había sentido en toda mi vida, incluso quedar desnuda enfrente de alguien era menos incomodo que esto. Pero tener a la persona mas fuerte que había conocido, aparte del maestro, también era incomodo.

— Y... ¿que te trae por aquí, Gildartz? ¿No deberías estar con Cana, bebiendo o molestándola? — dije lo mas casual que podía, pero falle, su mirada estaba puesta en mi y sentía que temblaba por la gran presión de magia con la que cargaba.

Su silencio era abrumador, y estaba un poco cansada de ser la única que intentaba sacar un tema de conversación. Frunció el ceño, e imite su expresión. El sudor frío paso por mi cara y me puse recta.

— Bien, bebamos algo — Eso fue lo único que menciono.

— ¿Eh?! ¡No, yo no tomo! — Me cruze de brazos y voltie la cara hacia otro lado.

Al final fue inútil, una jarra de cerveza fue puesta frente de mi y la mire con asco. La primera, y última vez, fue antes de los GJM y jamás en mi vida volvería a tomar. No después de dormir en el baño por qué Natsu no quiso pasar por mi para llevarme a mi recamara.

— ¿No la tomaras? — se rasco la barbilla y pensó por un minuto en lo que iba a decir. — Si le das un trago te diré porque estaba en la isla Tenrou

— No quiero saber — heche la jarra de cerveza a un lado y me cruzo de brazos.

— Bien, te diré porque te traje a un bar para hablar — Con sus codos apoyo sus brazos en la madera de la barra juntando sus dos manos, su sonrisa decía victoria pero mis pensamientos decían lo contrario.

— No quiero ni saber, vine aquí porque parecías muy serio en hablar conmigo pero al parecer solo quieres que tome una jarra de cerveza — dije viendo la barra y pasar una de mis uñas por la madera un tanto gastada.

— Al parecer eres muy lista — se dejó caer rendido y se apoyó en el respaldo de la silla. — Entoces creo que hablare de esto contigo sobria.

— Al parecer si, ¿de qué quieres hablar? — me pico la curiosidad

— Natsu, claro está. — dijo sin rodeos. — No todos los días llegas al gremio y te enteras que uno de ellos es un demonio, ¿verdad?

Bien, si antes pensaba que el alcohol era una mala idea ahora lo veía como mi mejor amiga. Si el quería hablar de esto conmigo tal vez hubiera aceptado el alcohol desde que entre al bar.

— Creo que tomare una jarra por esta vez. — me heche hacia atrás chocando con el respaldo y encorvándose. — Me hubieras dicho que esa era la platica y hubiera tomado la jarra desde que llegue.

Solté un suspiro un tanto sonoro para todos y comenzó el interrogatorio, si así podía llamarlo. Cada pregunta era un trago y cada vez se nublaba mi razón dando respuestas al azar.

— ¿Tenías algo con el? — preguntó

— ¡Claro! — grite. — Pero solo duramos dos meses — me reí. — Su hubiera sabido que iba a pasar eso mejor me quedaba en casa.

— Creo que ya estas muy borracha.

— ¡Claro que no! — volví a reír. — ¡Estoy mejor que nunca!

— Uhm — toco mi muñeca, o eso pienso, y tomo mi pulso. ¿Porque revisaba mi pulso? — Estas demaciado borracha ahora.

Su mano derecha, fue directo a mi estomago, comenze a ver negro y solo vi como unos brazos me sostenían para no caer al suelo.

***

Mi visión se tomo un poco mas clara y sentía que me movía demaciado, veía pies, y una gran bolsa en una espalda. Mis brazos estaban atados a la espalda y mis piernas también. Mi boca estaba sellada con cinta y el hombre que me estaba cargando me sostenía de la cintura sobre su hombro.

Me alarme y pensé en como salir de esta situación sin que él se diera cuenta que desperté. Voltee a ver lo poco que veía por mi visión borrosa gracias al alcohol. El camino tenía tierra y a los lados hierba, como si estuviéramos en un bosque, ¿estábamos en un bosque?

El hombre, que suponía que era Gildartz, subió unos escalones y toco una puerta de madera, ya había estado ahí, lo recuerdo pero fue hace tanto tiempo.

— ¿Esta borracha como te pedí? — preguntó, sabia de quien era esa voz.

— Si, esta tan borracha como era de esperarse de ella — contestó.

— Bien, pasa

Cerré mis ojos y fingí estar dormida, tenía que saber porque estaba aquí. Fui puesta en una cama y me desamarraron las piernas y manos poniéndolas de par en par, no me gustaba la sensación de que alguien este abriéndome las piernas y manos tan libremente. Trate de no moverme y levantar la sospecha de que estaba consiente.

Polyuska tomo una de mis manos y Gildartz la otra.

«¿Acaso estaba enferma? No, no lo estaba, estaba segura de eso» me pregunte mentalmente.

— Bien, Lucy. Veamos que paso en Tenrou. — Toco mi cabeza con sus dos manos juntando su frente con la mía, la presión de su frente contra la mía era ligera y no pesaba nada. Hasta que la apretó con fuerza. Trate de no gritar pero falle, sus uñas de encajaron ligeramente y levante mi cuerpo hacia arriba.

— Muéstramelo — susurro y mi mente quedo en blanco por un milisegundo.

Cuando volví a estar consiente estaba en la Isla Tenrou una vez mas. Me acerqué sigilosamente a la tumba de Mavis, donde se supone que debería estar y ahí estaba, recargada en la lápida viendo a la oscuridad.

— Solo hazlo — escuche que dijo alguien.

— Si usas esta magia con él, olvidara todo. Jamás podrá reencontrarse otra vez — escuche de una chica dentro de la cueva, ¿no estaba sola? ¿había alguien mas?

— ¿D-de que es..? — pregunte en mis memorias perdidas.

No hubo contestación, un gran rayo blanco atravesó mi cuerpo y grite, dentro y no de mis memorias. Mi pecho ardía y la respiración me faltaba. Esto paso hace sólo un día.

***

Con amor,
Yusa-rin«3