Difícilmente te dire adiós » end » nalu

La Ultima Batalla [Re-escrito]

La nieve en mis pies me hacia sentir viva, su blancura, liguera y el viento, me hacía sentir tranquila.

Gildartz me siguió en el camino hacia la cueva sigilosamente sin hacer algún movimiento brusco, la capa tenía el olor de una persona extraña ocultando el mío por completo. Las ventiscas fuertes ocultaban mi presencia y el sonido de nuestras pisadas dándonos las ventajas.

Nuestro plan era atacar. Siempre fue atacar primero que ellos, dar el primer golpe era tener la ventaja.

Todo iba perfecto, hasta que un tercero llego atrás de nosotros.

— Ser sigilosos no ayudara con nosotros, señorita Heartflia. — la voz a mi espalda no era de Etherias, podía reconocerla. Di todo de mi para no atacar y sostuve a Gildartz de la manga. Si dábamos un paso en falso con el enemigo nuestro plan se estropearía.

— Entonces, ¿está aquí después de todo? — Una segunda persona me hizo tragar en seco, un problema estaba frente a nosotros, ya no solo era como entrar a la cueva, si no como salir de esta situación.

La mano de Gildarz pellizco la mía levemente y sabia que era la señal de tomar una de mis llaves discretamente. Pensé en alguien sigiloso.

La puerta de Capricornio apareció a unos tantos metros de nosotros esperando el llamado de Gildartz.

Me voltee y mire de reojo los pies de Gildartz, el plan estaba mal.

— Acabemos con él, Riu — Levante la cabeza por un segundo y fui empujada para atrás, vi al chica de cabellos morados y largos haciendo un abujero en la nieve.

— Tranquilízate, Akane — El chico pelirrojo a su lado permaneció parado en el mismo lugar mientras Akane trataba de golpear a Gildartz.

Mire a sus espaldas y mire a Capricornio asintiendo con la cabeza, voltee los ojos al enemigo. Capricornio apareció tras del enemigo frente a nosotros mandándolo hacia atrás.

Capricornio se puso alado mío activando mi vestido estelar. La capa se movio con el impulso del cambio apareciendo bajo de ella un vestido corto y negro con mangas largas pegadas a mis brazos y elegantes. Las ligueras zapatillas planas, que cubrían hasta mis rodillas, abultaban mis piernas del frío.

Capricornio dio un paso enfrente y lo detuve, el enemigo no estaba atacándome.

— Porque no te acercas — Pregunté

— El amo te pidió viva — El muchacho toco su estómago con una mano mientras que con la otra se sujetaba en el suelo.

Las palabras que tenía dentro no salían, podía encontrar una resonancia, podía sentir que estas cerca.

Me di la media vuelta a dirección de la cueva y deje a Capricornio con el ayudante de Etherias.

— ¡Señorita Lucy! — grito — No puedo dejar que valla sola

— Te dejo esto a ti, si estoy en peligro llamaré a Loki — Pare y lo mire — Estaré bien, como escuchaste, él me quiere viva.

Voltee a ver a Gildartz quien peleaba a puños y rodillazos con Riu, «ambos están entusiasmados» pensé mientras corría atravesándolos.

Algo toco mi tobillo jalándolo hacia abajo enterando mi pie en la nieve. Un grito sordo salió de mi garganta junto con una mueca, mi pie derecho golpeo la rama que salía del suelo pero fue imposible. Trate de golpearla con la fuerza pero se sostenía como si dependiera de mi.

— Al parecer tienes un problema ahí— Deje de forcejar la rama que sostenía mi pie izquierdo mirando a Etherias parado en medio de la ventisca de nieve.