Capitulo diecisiete

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Si hace una semana me hubieran dicho que Laxus acabaría con todos mis huesos, me hubiera retractado de pedirle ayuda.

Si hace dos semanas me hubieran dicho que Lucy Remain, mi ansestro, vivía dentro de mi, me hubiera reído hasta morir.

Pero así eran las cosas: Laxus destruía mis huesos uno por uno y Lucy Remain vivía en mi interior dándome sus memorias algunas tan felices que hacia que la envidia corrieran por mis venas y otras tan dolorosas que no podía evitar gritar.

Tal vez ella era igual a mi.

Si alguna vez me arrepiento de algo en mi vida seria de esto: Entrenar con rayos. ¿A quién demonios se le ocurrió que yo necesitaba este entrenamiento?

Mirajane.

No mentiré, amo a Mira como una hermana mayor, consejera y amiga, pero ¿esto? era una locura por completo. Sentía sangrar internamente y el suelo era demaciado cómodo y reconfortable después de una paliza bien dada.

— ¡Levántate! Estoy seguro que esto no es nada. Una vez casi pudiste ganarme — se sentó de cuclillas y miro mi rostro lleno de hojas secas y barro — ¿qué sucedió contigo, llegaste y te volviste una vez más en una novata?

— No me ayudas — Mis brazos fueron a mis lados sintiendo la brisa del aire de ahora verano — No he dormido bien desde hace una semana.

— Si repasamos las veces que dormiste desde que llegaste diría que no es necesario que duermas en un mes entero.

Deje salir aire de mis pulmones y gruñí, repasando en las memorias de la noche anterior.

— Tengo estos... recuerdos en mi cabeza que no puedo sacar. No puedo dormir, cada vez que cierro los ojos veo estas memorias, hace una semana no eran repetitivas, era como si la felicidad radiará sobre ella pero ahora es del mismo momento. Es como si tratarán de que entienda lo que hizo mal, pero no logro entender que paso, como inicio y por qué inicio.

Estaba frustrada, quería una respuesta pero no era algo que pudiera buscar en los libros o en mis seres mágicos.

— Idiota. Esto no deberías contármelo a mi, yo sólo soy tu entrenador temporal, ¿no es así?

— Wow, Laxus. Tu tacto con las personas es tan agradable. — solté aire cansada.

— Como sea, levanta tu culo y a entrenar. — sus piernas se estiraron y extendió su mano hacia la mía. — Pero deberías contarme que sueñas y pueda ayudarte a entender que va mal.

Tome su mano y eche un suspiro largo. Se alejó unos metros de mi y los rayos comenzaron a caer. Si, el punto era: "Que no te toque o volvemos a empezar"

Según este entrenamiento me daría más resistencia y agilidad.

— Puedes contarme mientras los esquivas, así podrás ganar puntos extras en habilidad.

— Esto... es... — carajo estuvo cerca — Imposible.

Termine y salte a la izquierda para esquivar al rayo que venia hacia mi.

— Iré cada vez más rápido si no hablas, ¿entendido? — Ese hijo de...

— Entendido. — me di por vencida y comenzamos de nuevo. Un rayo cayó e iba directo a mi cuerpo y salte a las doce en punto. Si daba el entendimiento yo era la manecilla que dictaba la hora, la que nunca debe parar.

— ¿Y bien? ¿De que tratan? — Laxus se cruzo de brazos y salte a las seis en punto.

— Te contare en el intermedio. — salte a las cuatro y después a las nueve en punto. — Sabemos que Natsu es el demonio de Zeref, ¿no es así? También sabemos que creo a Etherias para matarlo. Tengo entendido que yo no tenía nada que ver en ese momento, no tengo nada relacionado con Zeref.

Eche un suspiro, me canse de hablar muy rápido. Y al ritmo que iba Laxus era mas complicado. Si, quería descansar y tomar el desayuno ahora.

— Esto paso hace mas de cuatrocientos  años atrás. En uno de mis sueños, aparece esta loca niña de cabellos dorados quien no puedo lograr ver. Y ella dice que soy la única que puede destruir a Etherias, pero no lo entiendo. Después de eso, yo también muero. Y termina todo.

Los rayos pararon de golpe y me heche en el suelo a descansar. Estire mis pies y heche mis brazos atrás apoyándolas en el suelo para no caer de espaldas.

— Así que esta es mi pregunta: ¿quién soy y por qué tengo que morir para que él muera?

— No creo que sea la pregunta correcta. ¿Cómo vas a saber quien eras si no sabes quien te creo? — a la distancia, Laxus abrió uno de sus ojos y lo mire.

— ¿Como se supone que voy a saberlo? ¡No puedo ver su rostro! — libere un quejido y termine recostándome en el suelo cansada de todo.

— ¿Donde esta la Lucy optimista que piso Fairy Tail hace años? — Laxus apareció frente a mi tapando lo poco que quedaba de sol en mi rostro.

— Murió hace un año. — Un escalofrío paso por todo mi cuerpo pensando en lo que había dicho.

El optimismo siempre fue mi fuerte en los problemas, apoyar a todos en el equipo. Jamás fui hecha para ser líder, para ser la que da el primer paso y menos para dirigir a todos a una victoria a la cual no estoy segura de que sobreviviré.

— ¿Quieres decir que la Lucy que conocí murió por qué paso algo malo? - Laxus estaba a la defensiva. Pero yo estaba molesta.

— Tu jamás lo entenderías. Tu no has perdido a alguien a quien amaba y mucho menos que tienes que matarlo.

— Tu no sabes nada, Heartfilia. Es egoísta de tu parte pensar que nunca hemos perdido a alguien. Te recuerdo que todos éramos una familia y todos perdimos a alguien importante. Así que deja de pensar en eso. Tal vez no podríamos ayudarte a regresarlo, pero te apoyaremos en tus decisiones. Fairy Tail es tu familia, no deberías olvidarlo.

— Se supone que me ibas a ayudar a entender estos sueños, no a sermonearme.

— ¿Quieres mi ayuda? Te diré lo que yo haría. Buscaría en cada rincón de todo Fiore, de todo el mundo, solo para traer se vuelta a quien amo.

Me quede helada ante sus palabras y le sonreí ligueramente: — Eso fue muy dulce para ser tu, señor de los rayos.

— No te acostumbres, te estoy diciendo lo que quieres escuchar, solo eso. — Volteo hacia otro lado ignorando mi sonrisa divertida — Levanta tu trasero que hay que seguir el entrenamiento.

Laxus se dio la vuelta y camino a pocos metros, seguía mirando su espalda y repasando lo que me había dicho: «buscaría en cada rincón de too Fiore, en todo el mundo, solo para traer de vuelta a quien amo»

La emoción revoto en mi corazón acelerándolo y pensé en comenzar una nueva aventura.

***

Con amor,
Y.

Difícilmente te dire adiós » end » naluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora