No lograba conciliar el sueño. No importaba la posición, la almohada, las sábanas, o las cien ovejas que tenía que contar, nada funcionaba. Alzó el brazo para buscar su celular, que perdido en algún lugar del colchón, y suspiró cansado cuando vio la hora, apenas eran las 3:05 de la mañana.
Seokmin se dio cuenta que esa noche tampoco dormiría, como la noche anterior, y la noche antes de esa. Tendría una mala noche como todas las noches que le siguieron a su ruptura con Joshua.
Incluso ahora, cuando ya ha pasado un tiempo y tuvo que haberlo superado, no puede dormir.
Seokmin podía dormir fácilmente si sentía el peso de Joshua a su lado. Era parecido a una canción de cuna, a un somnífero fuerte que ataca tus sentidos y solo te queda entregarte a él. Incluso cuando Joshua tenía sueño, prefería acariciar el cabello de Seokmin hasta que esté se quedara dormido primero. Habían deseos de buenas noches y sueños lindos, había un silencio al que se sometían y en el que se sentían cómodos, y habían besos. Besos que a veces eran fugaces, y besos que a veces se convertían en algo más.
Habían noches donde solo dormían, y habían noches donde además se dormir hacían el amor. Pero todas terminaban de forma tranquila, y en todas Seokmin dormía bien.
Eso sí, Seokmin siempre se despertaba primero, y le gustaba. Existía una paz y un equilibrio entre sus cuerpos, que le era imposible no observarlo mientras dormía.
Joshua era hermoso, era más que hermoso, era perfecto.
Joshua era perfecto y era suyo, no sabía cómo, no sabía porqué, pero era suyo. Vivía con él, dormía con él, hacía el amor con él, Joshua lo escogió a él, no a nadie más. Ese solo pensamiento lo era todo.
—¿Viéndome dormir de nuevo?—Preguntó Joshua, aún con la voz adormilada, tenía ese tono cariñoso que siempre usaba cuando hablaban—¿Por qué haces eso? tendré que empezar a cobrarte...
—Eres precioso—Sus palabras pasaron más rápido por sus labios que por su mente. No podía sentirse de otra forma.—Tan precioso, tan precioso, tan...—mío, no lo dice, pero queda en el aire.
Joshua abre los ojos, y mira a Seokmin como si hubiese estado despierto hace mucho.
Tal vez sí, tal vez no.
—Ten cuidado cuando dices esas cosas—Ah, ese tono paternal. Como si fuera un niño cerca de la hornilla de la cocina.
—¿Por qué?
—Mírate, lo estás diciendo con tanta inocencia e ingenuidad. Causa un efecto contrario en mí—comenzó a retirarle los mechones salvajes del rostro—hace que mi cuerpo traicione mi mente, y solo piense en...
—¿En qué?
—Basta—Comienza a reírse, Seokmin no sabe si ha dicho algo gracioso, pero ríe con él—No podemos hacerlo de nuevo, no ahora—lo último se escuchó como un susurro—si lo hacemos llegaríamos tarde a nuestra cita con Jeonghan.
La sonrisa de Seokmin amenaza con desvanecerse.
Seokmin durmió mal, y despertó aún peor.
Se preguntó si dentro de un año sería igual, o en dos, o en tres. Se preguntó si realmente podría superaría a Joshua y seguir su vida, porque en momentos así se sentía imposible.
Lo dejó ir, fue el deseo de Joshua irse, Seokmin le dio una bendición a medias, podía volver. En el fondo, Seokmin quería que Joshua volviera a él, solo así era capaz de dormir tranquilo.
La esperanza es un sentimiento doloroso, el más doloroso de todos. Ni el odio, ni el rencor, ni la más depresiva tristeza era tan dolorosa como la esperanza.
El desayuno transcurrió de forma normal. Minghao y Soonyoung hablaban de un nuevo parque de diversiones al que uno de ellos exigía que lo acompañara y el otro se negaba, Seokmin comparó mentalmente la discusión a cuando dos niños de 3 años se pelean por una manta, y forcejean con ella en cada extremo, así se veía a sus ojos. Cada uno tenía sus razones y se aferraban orgullosamente a ellas, no era buenos negociadores, no eran tibios, o era fuego o era agua, pero no podían ser agua y fuego al mismo tiempo.
Seokmin era una persona tibia, nunca tuvo alguna pelea significativa con Joshua, jamás llegaron a gritarse. Ambos veían los pros y contras de cualquier cosa, y si era conveniente o no, lo elegían juntos.
Así eran sus planes, nunca peleaban, no hacía falta, siempre optaron por la comodidad antes que por cualquier cosa.
Así eran, cómodos.
Estar en las gradas viendo a Joshua patinar era cómodo, Joshua haciendo un espectáculo únicamente para él era cómodo. Era el equilibrio perfecto, espectador y artista, fan e ídolo, ambos daban, y ambos recibían.
Excepto que ahora tenía que ver a Joshua patinar con alguien más. Jeonghan y Joshua se perseguían el uno al otro, se rían del otro, disfrutaban la compañía, parecían conocerse de toda la vida. La pista de hielo era un territorio que ambos conocían, que ambos amaban, que ambos dominaban. Era algo solo para ellos, para nadie más.
Seokmin solo los veía desde las gradas. Ese día no hubo presentación privada, solo un montón de juegos y chistes que entendían entre ellos.
—¡B-buen trabajo, Shua!—Gritó mientras lo veía hacer un giro que no lo había visto hacer durante un tiempo.
El grito pasó desapercibido. Joshua solo miraba a Jeonghan, que tenía una sonrisa arrogante en su rostro, ya que había apostado a que Joshua no lo haría.
Seokmin bajó de las gradas y volvió a felicitarlo, esta vez más fuerte, más escandaloso. Corrió a donde Jeonghan estaba recostado.
—Sí, buen trabajo, Shua.—Jeonghan repitió el apodo con cierta burla, y se fue al otro extremo de la pista patinando.
Joshua se acercó a él y le robó un beso.
—Hiciste un buen trabajo—Seokmin evitó los otros besos con diversión, le daba vergüenza el hecho que Jeonghan los estuviera observando.
—¿Te gustó? lo hice especialmente por ti.
Seokmin le creyó en ese entonces, quería creerle. Ahora sabe que nunca fue para él.
Siempre fue para Jeonghan.
—¡Bien, iremos al parque!—Minghao finalmente accedió, Soonyoung no podía verse más feliz.
Y ver a Soonyoung feliz puso a Minghao feliz.
Eran el uno para el otro.
Y Seokmin era tibio.
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Happiness. | Seoksoo
Fanfiction"Habrá felicidad después de ti, pero hubo felicidad gracias a ti" Seokmin terminó su relación con Joshua, hace un mes, o hace un año, realmente no puede recordarlo. Solo sabe que ya no está ahí, y al principio eso estaba bien, todo tiene un final...