Azul y gris

869 91 1
                                    

Frenkie tenía sentimientos agridulces.

Desde que él y Marc se conocieron, tuvo claro que quería un hijo con él. Ese anhelo sólo creció conforme iban pasando los años. Había compartido hermosos momentos a lado de su esposo, desde su primera cita,  su primer beso, su primer atardecer juntos hasta el momento donde ambos se dijeron 'si' frente a toda su familia y amigos.

Un hijo era algo que ambos venían buscando desde años atrás. Y al no ver resultados, Frenkie cayó en frustración y luego en decepción, consigo mismo y con el mundo entero.

—Negativo —el rubio cubrió su rostro con ambas manos. Sintió los brazos de su esposo rodearlo en un abrazo cálido, había perdido la cuenta de las veces que aquel aparato de plástico había salido negativo.

—Seguiremos intentando, no te angusties.

Marc no lo decía, pero sabía que con cada prueba negativa él también se decepcionaba. Frenkie no podía soportarlo.

—Tal vez el problema soy yo. —había soltado de pronto una noche, cuando regresaron al hotel después de un partido.— No puedo dar buenos resultados en el equipo...

—Un partido no te define como jugador. Todos tenemos días buenos y días malos. —lo interrumpió.

—Por favor Marc, es obvio que el problema soy yo. Ni siquiera puedo ser un buen esposo. –Ambos se quedaron a medio pasillo.

Gavi y Pedri que iban detrás de ellos se detuvieron de golpe, tensos ante las palabras crudas y crueles que el rubio se autodedicaba.

Observando cómo la mirada del aleman se oscureció.

—¿Quién ha dicho eso? Porque claramente no saben de lo que hablan.

—Nadie necesita decírmelo, lo veo en tu cara. ¡No puedo darte ni un hijo! —la voz del rubio se rompió ante la última frase.— Tal vez lo mejor será que busques a alguien que si pueda dártelo.

Los españoles boquearon ante la propuesta. Decidieron irse de ahí antes de ser ellos los sacrificados en esa discusión.

—Tal vez no. No sabía que ahora eras adivino y podías leer la mente. No me importa si no podemos tener un hijo...

—¡Claro que si importa! —se acercó a tomarlo de los hombros—. Veo cómo es tu actitud con los niños de los otros jugadores cuando van al campo después de un partido. Como brillan tus ojos de anhelo por tener uno. Necesitas a alguien que si pueda darte la felicidad que yo no puedo.

—Deja que eso lo decida yo. —lo separó de él.— No puedes tomar decisiones por mi.

—Marc, por favor. —su voz tembló, un nudo formándose en su garganta–. Han pasado cinco años que lo intentamos. —pasó sus manos por el cabello.— No te atare más a mi.

—¿Entonces debería dejarte e ir y follarme a alguien más? ¿Eso es lo que quieres? ¡Respondeme, Frenkie!

El neerlandés permaneció en silencio.  No, no quería ver al alemán con alguien más, pero sus palabras salían antes que incluso él pudieras detenerlas.

—¡Solo digo qué estoy dispuesto a dejarte libre para que encuentres a alguien que sea capaz de darte una familia!

Marc soltó un grito ahogado lleno de desesperación.

—¿¡Te estás oyendo!? Por amor de Dios, no quiero a nadie más. ¡Te quiero a ti!

—¡Estoy defectuoso!

—¡Me casé contigo por ser tú! ¡No por si me podías o no dar hijos!

—No lo hagas más difícil, por favor.

Azul & Gris |  Lewavi & MarcFrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora