Extra I

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¡Importante leer con la canción!

El llanto trasmitido por el radio despertó a ambos padres. Frenkie se sentó con pereza, al destaparse sintió el frío colarse por su cuerpo, causándole un escalofrío, estaba por levantarse cuando fue detenido por la mano cálida de su esposo.

—Yo iré, vuelve a dormir.

—Lo más probable es que tenga hambre.

—Sacare la leche almacenada que te extrajiste en la mañana. —Frenkie sonrió y se volvió acurrucar.

Marc se dirigió a la habitación de su hijo Ben. Supieron su sexo hasta los seis meses de gestación, el niño simplemente no se dejaba ver, causando ansiedad y hasta cierto punto estrés en ambos padres.

Debían admitir que el embarazo del rubio había sido ameno, ambos lo disfrutaron. Frenkie agradecía no tener vómitos, nauseas, antojos extraños o algo por lo que su amigo Pablo sufrió en gran medida.

No, su sufrimiento llegó a la hora del parto.

Ben llegó hasta las 41 semanas de gestación, pero sus contracciones empezaron desde la semana 39, las famosas contracciones falsas o contracciones de Braxton Hicks.

Leves, pero que los hicieron ir más de tres veces al hospital en un solo fin de semana.

—¿Ya viene? —Frenkie se despertó con un jadeo al sentir un fuerte calambre que le atravesó todo el vientre. Se recargó en su codo y con la otra mano acaricio su abultado vientre.

—¡Ya estoy despierto! ¡Ya desperté! —un adormilado Marc se terminó de despertar de golpe, cayendo al piso, golpeándose el brazo.

—Ah no, aun no viene —Frenkie volvió a recortase cuando después de un tiempo no volvió a sentir otra contracción

Marc se dejó caer en el piso con cansancio. No había dormido bien en las últimas semanas por miedo a que su hijo ya fuera a nacer y Frenkie tuviera alguna complicación.

Desean que el parto fuera demasiado ameno como lo fue con Gavi y Robert. Aunque agradecería que no naciera a medio campo de futbol –una historia divertida pero que causo mucho pánico y alteración–

El Alemán ingresó a la habitación de su hijo, encontrándolo envuelto en un llanto desconsolado, lágrimas corriendo por sus mejillas.

—¿Qué pasa campeón? ¿Tuviste un mal sueño o tienes hambre? Vamos a prepararte de comer.

Con cuidado lo cargó, intentando arrullarlo en lo que la mamila estaba lista. El llanto disminuyó, conservando sollozos. 

Ben llegó una cálida noche de Abril. Marc aún seguía entrenando para la final de LaLiga cuando recibió una llamada de un Frenkie alterado entre dolores y quejidos.

Nunca había manejado tan rápido del campo a su casa y luego hasta el hospital. Ni siquiera tuvo la oportunidad de amarrarse las agujetas de sus tenis por cambiarlos con velocidad.

—Resiste Frenkie, yo estaré aquí todo el tiempo. —Su hijo llegó por cesárea debido a una complicación que se presentó en el momento.

Un niño sano y fuerte, de cabellera completamente rubia y mejillas regordetas. Frenkie lloró cuando recibió entre sus brazos a su hijo, calmando el llanto del bebé con besos y palabras dulces.

No va a mentir, cuando salió del quirófano y vio a sus amigos en la sala de espera, lloró con mucho sentimiento. La vida era buena.

Fue una adaptación difícil, las noches de desvelo, las consultas posnatales, los entrenamientos, los partidos. Simplemente adaptarse a un niño era difícil.

Azul & Gris |  Lewavi & MarcFrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora