No me alejaré | MaxNat

Me podría matar

Nat

Me examino una vez mas en el espejo antes de salir, llevo ropa lo suficientemente holgada para que no se note ningún moretón, me pongo unos lentes negros para que no se noten mis ojos rojos y me dirijo al garaje donde a lado del Lamborghini de mi hermana se encuentra la  bicicleta que compre con mi trabajo de medio tiempo, la tomo y me pongo en marcha para no llegar tarde a la universidad, en cuanto llego puedo notar la cara de preocupación de Gun.

—No puedes dejar que te siga golpeando. —Señala Gun y me acaricia la mejilla suavemente.

—Pronto acabara. —Afirmo, aparto su mano de mi rostro y camino para llegar a mis clases.

—No, sabes que no te dejara de golpear por favor déjame ayudarte. —Me toma de la mano y ruega, lo miro a los ojos tomo un suspiro y me paro frente a el para explicarle.

—Me golpeo porque mi prometido quiere exactamente la medida de mi dedo para mandarme a hacer un anillo. —Veo como queda paralizado y decido continuar. — En cuanto termine la carrera me voy a casar y por fin podre librarme de mi padre, lo que recuerdo de mi prometido es que era muy amable conmigo, aunque no importa, nada es peor que mi padre. —Termino de hablar y al ver que Gun sigue sin tener ningún tipo de respuesta, decido seguir mi camino.

En cuanto terminan de entregar los documentos necesarios para mi graduación, salgo rápido para poder ir a mi trabajo de medio tiempo, cuanto estoy por tomar mi bicicleta una mano me detiene.

—Deja que yo te lleve. —Pide Gun y en su rostro puedo notar que esta abatido.

—Si. —Lo sigo y me subo a su auto mientras el sube mi bicicleta en la parte de atrás, luego de haber de unos minutos de silencio incomodo Gun comienza a hablar.

—Nat, sabes cuales son los sentimientos que tengo por ti. —Lo escucho y me empiezo a sentir incomodo.

—Gun ya hemos hablado de eso yo no. —Quiero aclarar las cosas pero no me lo permite.

—Deja que termine de hablar. —Me pide y yo me mantengo callado. —Cada que veo que tienes que usar ropa holgada y esos grandes lentes negros, siento que el corazón se me parte, yo se que tu no tienes los mismos sentimientos por mi, pero dame una oportunidad de demostrare que puedo hacerte feliz, no tienes que casarte podríamos simplemente irnos lejos yo me encargare de todo. —El auto se detiene afuera de la cafetería donde trabajo. — Solo dame la oportunidad.

—Ya te lo dije pronto todo se acabara. —Aclaro y trato de no decir nada sobre sus sentimientos por mi y abro la puerta para salir.

—Si no te matan antes de la boda. —Susurra Gun y sus palabras retumban a mi cabeza, salgo del auto y voy a la parte de atrás saco mi bicicleta y me quedo parado sin poder moverme viendo como el auto de Gun se aleja.

Llego a casa y como todos los días entro rápidamente a mi habitación, para no ser visto, cierro con seguro la puerta, me dejo caer sobre la cama y no puedo dejar de pensar en lo que dijo Gun «Si no te matan antes», tiene razón siempre que he tenido acercamientos con Max mi familia se pone furiosa, hace una semana me dijeron que la boda se llevaría acabo, y ayer me dijeron lo del anillo y mi padre simplemente me golpeo porque no estaba en la casa, cuando le pidieron la medida de mi debo, aunque yo jamás estoy en casa antes de las diez.

—¡Abre ahora mismo...! —Escucho los fuertes golpes de mi padre el la puerta y salto de la cama me quedo un segundo pensando en no abrirle pero los golpes son cada vez más fuertes y si no abro se que en cualquier momento tirara la puerta, así que con las piernas temblorosas abro y al ver el rostro furioso de mi padre rápidamente trato de correr pero no soy lo suficientemente rápido y me toma de la camisa antes de poder hacer otro movimiento. — ¡Escúchame bien! —Bofetada. —¡Te vas a casar con Max, si vas vale que dejes de andar de puta! —Grita viéndome con cara de asco, me suelta de la camisa y me avienta al suelo y se aleja y en el marco de la puerta puedo ver como mi madrastra y su hija con una gran sonrisa.

—No entiendo como Max se quiere casar con alguien con tu. —Dice mi hermana y luego se carcajea, su madre cierra la puerta y se escucha como se alejan y yo aun permanezco en el suelo con la mano sobre mi cara que me arde.

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Salgo de la casa y camino unas calles, en cuanto mis ojos se encuentran con los de Gun corro y lo abrazo y dejo que mis lagrimas salgan.

—Tranquilo todo estará bien. —Susurra Gun mientras frota mi espalda.

Luego de llorar un rato en los brazos de Gun, logre calmarme un poco y subí a su auto y los dos fuimos a su departamento.

—Ponte un poco de hielo para que la hinchazón de tu cara disminuya. —Me dice Gun entregándome una bolsa con hielo.

—Necesito irme ya, tienes razón antes de la boda me podría matar, ya no puedo más. —sollozó y Gun vuelve a abrasarme.

—Todo estará bien, ya tengo todo planeado, mañana en la mañana nos iremos y podremos comenzar una nueva vida, lejos de cualquiera que quiera hacerte daño — Me reconforta y deja un beso en mi cabeza. — Solo necesitamos tu pasaporte ¿Crees que lo puedas conseguir?

—No será fácil ya que los tiene en su habitación, pero vale la pena correr el riesgo para poder huir. —Digo y me recuesto sobre el pecho de Gun para descansar.

—Duerme, pronto todo acabara. —Susurra cuando me estoy quedando dormido.