Nota: Hay cambios con respecto a la obra original en cuanto a la aparición y actitud de ciertos personajes, recuerden que estos personajes no son míos y que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Nos encontramos un día común dentro de la prefectura de Honshu, por las calles, podemos ver caminando a un niño con un remolino con forma de flor en la cabeza de alrededor de seis años de edad. Su nombre es Hitohito Tadano, y es un estudiante de primer grado de primaria. Está volviendo a su casa después de otro día aburrido y monótono en el colegio, donde nadie le prestaba atención ni le hablaba. Lo único que quería era llegar a su habitación y ponerse a leer algún manga o ver algún anime, algo que le hiciera olvidar su realidad por un rato.
Pero al abrir la puerta de su casa, se encontró con una escena que le hizo detenerse en seco. Su madre, Jeanne, estaba en el sofá del salón, besándose apasionadamente con un hombre que él no conocía. El hombre era alto y fornido, con el pelo negro y la barba descuidada. Llevaba una camisa desabrochada y unos pantalones vaqueros rotos. Tenía un aspecto de malas pulgas y de poca confianza.
Hitohito sintió un nudo en el estómago y una rabia en el pecho. No era la primera vez que veía a su madre con otro hombre, desde que su padre, Hitoshi, había muerto en un accidente de coche hace tres años, su madre había cambiado mucho. Se había vuelto más frívola y superficial, saliendo con hombres de todo tipo, sin importarle lo que él pensara o sintiera. A veces ni siquiera se molestaba en presentárselos, simplemente los traía a casa y los echaba al día siguiente.
Pero esta vez era diferente. Esta vez había alguien más en la casa. Una niña de unos cinco años, que estaba sentada en una silla junto al sofá, mirando la escena con una expresión de miedo y tristeza. La niña era delgada y pálida, con el pelo rubio y los ojos azules. Llevaba un vestido blanco con flores rojas y unas zapatillas limpias. Tenía un aspecto de estar desnutrida y descuidada.
Jeanne se separó del hombre y se dio cuenta de la presencia de Hitohito. Le sonrió con falsedad tan evidente que incluso Hitohito se había dado cuenta
— Hola, cariño. Te presento a mi nuevo novio, se llama Kenji. Y ella es su hija, Hitomi. A partir de ahora van a vivir con nosotros.
Hitohito no podía creer lo que oía. ¿Su nuevo novio? ¿Su nueva hermana? ¿Desde cuándo? ¿Por qué? ¿Qué iba a pasar ahora? No quería tener nada que ver con ellos, no quería compartir su casa ni su vida con unos extraños.
Pero antes de que pudiera decir nada, Kenji se levantó del sofá y se acercó a él. Le agarró por el hombro y con una voz ronca comenzó a hablarle a Hitohito
— Hola, mocoso. Soy tu nuevo padrastro. Espero que nos llevemos bien. Y esta es tu nueva hermanita, Hitomi. A partir de ahora es tu responsabilidad cuidarla y protegerla. ¿Entendido?
Hitohito sintió un escalofrío al notar el aliento a alcohol del hombre y la fuerza de su agarre. No le gustaba nada ese tipo, le daba mala espina. Miró a Hitomi y vio que ella también estaba asustada. Sus ojos azules le pedían ayuda silenciosamente.
Hitohito no sabía qué hacer ni qué decir. Solo quería escapar de esa situación. Así que se soltó del hombre y corrió hacia su habitación, sin mirar atrás.
Al pasar por el pasillo, cruzó una leve sonrisa con Hitomi —sonrisa que fue devuelta— mientras pensaba en lo que acababa de pasar.
Ahora, han pasado un par de días y no ha sucedido demasiado que destacar, así que nuevamente, podemos ver a Hitohito regresando a casa de la escuela
al llegar a su casa, se llevó una sorpresa. La puerta estaba abierta y no había nadie en el salón. Solo se escuchaba un leve sollozo que venía de la habitación de Hitomi. Hitohito se preocupó y corrió hacia allí. Al entrar, vio a Hitomi sentada en la cama, abrazando una almohada y llorando en silencio.
— Hitomi, ¿qué pasa? ¿Dónde están mamá y Kenji? —preguntó Hitohito, acercándose a ella.
Hitomi levantó la cabeza y lo miró con los ojos rojos e hinchados. Le sonrió débilmente y le dijo:
— Hola, Hitohito. Ellos... ellos se fueron. Me dejaron sola.
Hitohito se quedó helado al oír esas palabras. ¿Cómo podían hacer eso? ¿Cómo podían ser tan crueles?
— ¿Qué quieres decir con que se fueron? ¿A dónde? ¿Por qué? —insistió Hitohito, confundido y enfadado.
Hitomi señaló una nota que estaba sobre la mesita de noche. Hitohito la cogió y la leyó. Era una nota escrita por Jeanne que decía:
"Hitohito y Hitomi:
Siento mucho tener que deciros esto, pero Kenji y yo hemos decidido dejaros. Hemos encontrado el amor y queremos vivir nuestra vida sin ataduras ni responsabilidades. Ustedes solo nos estorban para ser felices.
No se preocupen por nosotros, estamos bien. Hemos vendido la casa y nos hemos llevado todo el dinero. No les dejamos nada, así que tendrán que arreglárselas por su cuenta.
No intenten buscarnos ni contactarnos, no queremos saber nada de ustedes. Son unos niños molestos e ingratos, que no nos han dado más que problemas.
Adiós para siempre.
Jeanne"
Hitohito no podía creer lo que estaba leyendo. Era una carta horrible, llena de mentiras y egoísmo. Su madre los había abandonado, los había traicionado, los había despreciado. Y lo había hecho con el hombre más despreciable del mundo, Kenji.
Hitohito sintió una mezcla de dolor, rabia e impotencia. No sabía qué hacer ni qué decir. Solo quería escapar de esa situación. Pero no podía dejar a Hitomi sola. Ella era su única familia ahora.
— No llores, Hitomi. No les hagas caso. Ellos son unos egoístas, unos cobardes. Nosotros somos mejores que ellos. Nosotros nos tenemos el uno al otro —dijo abrazando a Hitomi
Hitomi se aferró a él y le devolvió el abrazo. Le agradeció con un susurro:
— Gracias, eres muy bueno conmigo
Los dos se quedaron así un rato, consolándose mutuamente, olvidándose del resto del mundo.
—Por cierto, ¿Ya comiste algo?
— No, no he comido nada.
— Eso no está bien, Hitomi. Tienes que comer algo para tener fuerzas y estar sana. Vamos a la cocina, yo te prepararé algo rico.
— Está bien, onii-chan. Si tú lo dices...
Los dos se levantaron de la cama y salieron de la habitación. Al pasar por el pasillo, Hitohito arrugó la nota y la tiró a la basura. No quería volver a verla nunca más.
Hitohito y Hitomi se dirigieron a la cocina, donde Hitohito se puso a preparar la comida. Mientras tanto, Hitomi lo observaba con admiración y curiosidad. Le parecía increíble que su hermano fuera tan amable y atento con ella, que se preocupara por su bienestar, que le hiciera compañía. Ella nunca había tenido eso antes.
— ¿Qué te gusta comer, Hitomi?
— Me gusta... me gusta el arroz con curry.
— Pues eso es lo que vamos a comer. Arroz con curry. Es fácil de hacer y está muy rico.
— ¡Qué bien! Me encanta el arroz con curry, muchas gracias Hitohito.
Así comenzó la nueva vida de Hitohito y Hitomi, dos hermanos que se habían encontrado en medio de la adversidad.
Bueno, hasta aquí esta mini historia, antes que nada, agradezco que se hayan tomado el tiempo para leerla.
¿Les gustaría una continuación?
En fin, sin mucho más que decir, nos vemos en la siguiente oportunidad
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Oneshots y mini historias Komi can't communicate
FanficAquí encontrarás mini historias y Oneshots de Komi can't communicate que seguramente en algun punto serán historias independientes o incluso algunas ya lo son