┊ The Blue House ┊ ⋆˚  Quackbur - CANCELADA

𝑺𝗲𝗲 𝘆𝗼𝘂 𝗮𝗴𝗮𝗶𝗻

ᵎ ⤿ ⸼ Both ◞ ̑̑

- ¿Talullah?

Una voz algo familiar, sabía que la había escuchado antes, el lugar de donde lo recordaba era distante pero en su mente rebotó ese tono de voz, el tiempo se volvió lento hasta que la pequeña que tenía frente a el corrió y fue hacia la persona que llamo a su nombre.

- ¡Papi!

Al parecer sería la primera vez que conocería al padre de la pequeña; en cuanto lo miro, se tomó el tiempo de detallar su rostro, de pensar de donde lo conocía, e hizo un clic en su mente cuando recordó el lugar donde intercambiaron palabras por primera vez.

- Mira lo que me regaló el señor sonriente - Talullah le extendió la pequeña amapola que Quackity le había mostrado.

- Así qué, usted es el dichoso señor sonriente - Lo miraba incrédulo, pero a su vez, sus ojos le preguntaban si ya se habían conocido - Quieres adelantarte a casa, Talullah? Necesito hablar con el señor.

La menor obedeció de inmediato, despidiéndose a lo lejos de Quackity.

- Ya nos vimos antes, ¿Verdad?

Sus ojos gritaban la pregunta, pero esos ojos marrones cuestionaban más que eso.

- Tengo un recuerdo vago pero no sé exactamente dónde nos vimos.

- Tienda de discos. - Fue lo primero que salió de sus labios, no pensó mucho, estaba inmerso en el otro por alguna extraña razón.

- ¿Abbey road?

Simplemente asintió y Wilbur le sonrió .

- Si, a Tallulah le gusta mucho ese álbum... hablando de ella - se alejo lo suficiente para mirar a Alex a los ojos - ¿Puedo saber por qué mi hija ha estado recibiendo cosas de usted?

La cara del joven cambio por completo, ahí entendió el motivo de que ese hombre no dejará las cosas en un cordial "Buenas noches vecino". Probablemente fue demasiado expresivo en ese momento, demostrando confusion, tanto así que el otro volvió a preguntar..

- ¿Algún asunto con mi hija?

-¡Ay! ¡No señor! Por mi madre que yo no haría nada malo relacionado con un niño ¡Y nunca juro por mi mamá! - Respondió exaltado a la vez que hacía un movimiento muy parecido a persignarse - Las rosas del primer día eran para usted.

La conversación se tornaba cada vez más extraña, por lo menos así era para Wilbur - ¿Para mí?

- ¡Exacto!... Osea... ¡No! Tampoco lo piense así - Se enredo tanto en sus palabras que estaba seguro que ahora se le estaba entendiendo mucho menos, rodo los ojos y bajo la mirada. - Discúlpeme, el ramo de rosas fue por su llegada a la casa, y... Bueno, a su hija le gustaron las amapolas de mi ramo, solo se la regale por eso, no lo haría por otro motivo.

Wilbur miro incrédulo al joven, para instantáneamente empezar a reír, tal vez tomándolo como burla, o tal vez viéndolo con lastima, Alex no lo sabía, el hombre frente a el carraspeó y le regreso una mirada sería. - Supongo esta bien - Finalmente le dedicó una pequeña sonrisa que para el instante se desvaneció - Y, supongo que no tuvimos la oportunidad de presentarnos.