Día 8 - Maid Coffe

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No fue una buena idea, no fue una buena idea, se repetía el chico en su mente. Estaba arrepentido, pero estaba siguiendo una de las ideas de sus amigos, era normalmente extraño.

Estaban formando en la fila para ingresar a un Maid Coffe, sí, supuso que algo raro pasaría, pero jamás imaginó que tanto. Ya no había vuelta atrás, estaban por entrar al sitio y él no protestaba aún, aunque no quisiera aceptarlo, había una pizca de curiosidad dentro de sí, parecía que la influencia de sus amigos era perjudicial para su mente y salud.

De tanto pensar, no se dió cuenta cuando fue que entraron al almacén, siendo recibidos por una carismática Maid quién sonrío de manera tierna, según entendía el joven castaño.

— ¡okaerinasaimase! —Reverenció a los recién llegados.— Les brindaré una mesa, síganme por aquí. —Canturreó la Maid anterior, quién se distinguía por sus bellos ojos color perla y aquel aura inocente que brillaba en todo el sitio.

Tomaron asiento en la mesa asignada y leyeron la carta con atención, debido a que tardarían unos minutos en ordenar, la chica se retiró para atender a otros clientes.

— ¿La vieron? Que chica más hermosa. —Un rubio rompió el silencio que se mantenía en la mesa, sonriendo bobamente.

— Sí, pero da igual, no le puedes pedir el número ni nada, que fastidio. —Alegó hacia su amigo, sentándose correctamente.

— Aún así es hermosa, tendré que apreciarla bien, 'ttebayo. —Alzó su pulgar en forma de asentir y ojeo la carta con atención, al igual que los demás.

— Buenas tardes. —Expresó una nueva señorita, que, al igual que la otra les brindó una reverencia.— ¿Ya decidieron su pedido? —Los miró con atención sonriendo.

— Yo pediré una Café latte y un mini japanese soufflé cheesecake, por favor. —Fue Neji el que decidió hablar primero, quería decir su pedido rápido y terminar de la misma forma, aunque la curiosidad lo mataba aún, no se sentía del todo cómodo.

— ¡Yo quiero un Ramen Udon! y también un taiga milky tea. —Ordenó sonriendo en grande hacia la chica.— ¿Qué vas a pedir, Sasuke? —Ahora se dirigió a su mejor amigo quien se hallaba pensativo.

— Yo... —Tragó saliva nervioso.— Quiero un mocha waifu latte. —No tuvo tiempo ni de respirar de lo rápido que habló, era vergonzoso decir en voz alta los nombres del menú, al menos para él.

— Entendido, he anotado todo. —La chica anotó en su libreta lo necesario.— ¿Y usted, goshujinsama? —Elevó la mirada hacia el chico de actitud perezosa, pero pudo comprender que aún no sabía que ordenar.— Le recomiendo un «hapiness combo», suele gustar mucho. —Terminó de hablar sin dejar de mirarlo.

El contrario se había perdido en la mirada ojiverde de aquella chica, además de su cabello que caía en su espalda y lo mejor, aquellas piernas que lo volverían loco en cualquier instante, a duras penas logró escuchar lo dicho y no tuvo más elección que asentir, viendo con lujo y detalle los movimientos de la chica al retirarse.

— Wow, Shikamaru, no se notó para nada, créeme.  —Se burló en tono serio el ojiperla, recibiendo una mala mirada por parte del mencionado.

En la mesa quedó una tensión extraña que poco a poco se suavizó, ahora los amigos charlaban alegremente de recuerdos del pasado, gustos y otras cosas que les parecían interesantes.

La conversación fue interrumpida al notar que los platillos pedidos llegaban a su mesa.

— Aquí tienen, esperamos que lo disfruten. —Cierta pelirrosa sonrió de manera formal, posicionando cada platillo en el respectivo puesto del comensal.— ¿Requieren algo más? —Ella enfocó la vista en un pelinegro que la veía con seriedad, sabía que no era correcto sentir atracción por los invitados, pero no podía negar que era extremadamente guapo.— ¿No? Me retiro entonces. —Al igual que las chicas anteriores hizo una reverencia utilizando su falda, pero a diferencia de las otras, le guiñó el ojo a cierto chico para luego girarse y perderse en otras mesas.

El sonrojo se hizo presente en las mejillas del chico aludido, en consecuencia, las risas de sus acompañantes no se hicieron esperar.

— Pídele el número, Sasuke, tal vez tengas suerte. —Se atrevió a hablar Naruto, recuperándose del carcajeo anterior.— Es linda, aprovecha.

El mencionado solo se limitó a comer sin poner cuidado a los comentarios de sus amigos, sabía que no podía pedirle preguntar nada personal, ni siquiera podía darle la mano, así que debía olvidarla.

[...]

Las chicas se preparaban para uno de sus tantos shows diarios, terminaban de arreglarse para dar el espectáculo.

— TenTen ¿Bailarás hoy? —Cuestionó dudosa Temari, mientras recogía su cabello mirando al espejo, sólo logró percibir una negación por parte de la mencionada.— Oh bueno, pensé que sí, deberías intentarlo algún día.

— Lo sé, aún estoy aprendiendo la coreografía, pronto las acompañaré. —Sonrió la castaña, saliendo del cuarto yendo a tomar algunas ordenes.

Fue hasta después de algunos minutos que las chicas salieron a bailar, ella solo se limitó a alejarse de las mesas para que los clientes pudieran apreciar la presentación. Miró a sus compañeras intentando memorizar los pasos que observaba, su concentración era máxima hasta que escuchó el ruido de un vidrio romperse así que se acercó a la mesa en dónde había ocurrido el incidente. Allí divisó cómo un joven intentaba recoger los pedazos así que se apresuró ayudarle.

— Espere, goshujinsama, puede lastimarse. —La chica posó sus manos sobre las de él, para alejarlo del peligro, tomándolas para revisar que no tuviera ningún corte.— Parece que está todo en orden, me preocupa que pueda pasarle algo. —Dirigió su vista a los ojos del chico mirándolo con atención, y sonriendo levemente sin romper el contacto.

— Estoy bien. —Habló él también viéndola.— Muchas gracias, pero no hay de qué preocuparse. —Intentó mantenerse serio pero esbozó una sonrisa igualmente, acariciando las manos de ella.

La mujer se separó rápidamente retomando su atención a el vaso que se había roto. Él se reincorporó volviéndose a sentar en la silla e hizo una reverencia hacia ella.

— Lo siento... —Habló bajo.— no era nuestra intención romperlo. —Sonrió arrepentido así que ella solo asintió.

— No se preocupe, goshujinsama, a todos nos puede pasar. —Terminó de recoger los pedazos y se retiró sin mirarlo, la sensación de su cuerpo era extraña, nunca había tocado a un cliente, esa era una regla principal, aún así no se arrepentía, era cálida y grande, acunaba de forma perfecta a la suya. Por primera vez no le afectaba no estar en la presentación, había conocido a un chico guapo, y esperaba que en alguna otra oportunidad pudiera reencontrarlo, preferiblemente en un lugar donde pudiera tomar su mano y pedirle su número sin restricciones.

Por parte del chico seguía recordando aquellos ojos hermosos que la hacían ver tan dulce, estaba agradecido con el destino por presentarle a una chica tan linda, también agradecía que sus amigos estaban embobados con la presentación que llenaba el lugar, de lo contrario, nunca en su vida lo hubieran dejado en paz. Terminó por suspirar con alivio mirando su mano y recordando el contacto anterior, soltando una sonrisa con discreción e intentando hallar a la joven, sin éxito alguno; debía aceptar que sería difícil entablar una relacion con ella, pero no se rendiría, sabía que el destino le tendería una mano.

Nejiten Month 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora