Hinata Shoyo

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-Shoooyooo, ¿Me estás escuchando?. - preguntó Nishinoya, sacando de su trance al pelinaranja.

-¿E-eh? Ahh, sí, sí... . - respondió asintiendo la cabeza.

-¿Mhhh? ¿Entonces, qué te parece? . - preguntó el rapado

-¿Qu-que qué me parece? Pues...

Los dos mayores se empezaron a reír y el de primer año se sonrojó de la vergüenza.

-Últimamente estás muy distraído, ¿pasa algo?. - preguntó Sugawara, que se metió en la conversación.

-¿O alguien?. - preguntó el rapado, subiendo y bajando las cejas.

-¿Una chica, quizás?. - preguntó Nishinoya, imitando la acción del anterior.

Shoyo, al oír la palabra "chica", se sonrojó a más no poder. Sus tres sempais lo miraron sorprendidos y se echaron a reír, cosa que hizo que el chico se ruborizara más.

-Bu-bueno, a lo mejor sí hay alguien... . - murmuró Shoyo.

-¿Y cómo se llama? . - preguntó el castaño.

-¿A qué clase va? . - preguntó el rapado.

-¿Es linda?. - preguntaron los dos a la vez.

Lo bombardearon de preguntas y el chico sintió que le daba un cortocircuito. Sugawara les dio a los dos de segundo un golpe en la nuca.

-Ya está bien. Dejarlo en paz un rato. -les dijo.

Los dos de segundo se fueron refunfuñando y hablando por lo bajo.

-Gracias Suga-

-¿Cómo se llama la chica?. - preguntó curioso el chico, interrumpiendo al de primero.

-¿¡E-Eh?! ¿Tú también?. - dijo sonrojado el de primero.

-Bueno, es que ahora me da curiosidad. - dijo rascándose la nuca.

Hinata se miro los pies avergonzado.

-Seiren... Kato Seiren.

-¿Ah? Qué nombre tan bonito. - dijo Sugawara estirando los brazos.

-Sí, es muy bonito. -respondió el pelinaranja con una sonrisa.

Y, como si la invocasen, la figura de una chica apareció en la puerta del gimnasio. Era una chica rubia con el pelo un poco por encima del pecho, ojos marrones claros y cara redonda. Tenía pinta de ser de primero.

Cuando Hinata la vio, su cara pasó a ser escarlata y casi le salía humo por las orejas. Se dio la vuelta para que no le viese la cara.

El resto de la gente del gimnasio se giró hacia ella. La chica se sonrojó un poco al darse cuenta de que toda la atención se concentraba en ella.

-Buenas tardes, ¿necesitas algo?. - se acercó Takeda-sensei a preguntar.

-Eh, sí. ¿Está aquí Hinata?. - preguntó la chica.

El nombrado dio un brinco. Todos lo miraron y él se giró lentamente. Miró a la chica y esta le sonrió, haciendo que el chico se sonrojase más. El de primero se acercó a ella, reuniendo todos sus esfuerzos para que no le temblasen las piernas al andar.

-Ho-hola, Kato-san, ¿pasa algo?. - preguntó el chico.

-Hola Hinata-kun. He venido a traerte esto. - enseñó un cuaderno azul. -Se te había caído al salir de clase y te habías ido tan rápido que no me ha dado tiempo a dartelo.

-O-oh. Gracias, Kato-san.

La chica le dio el cuaderno y cuando el chico fue a cogerlo, ambos rozaron sus dedos. Los dos se sonrojaron; la chica levemente mientras que el chico sintió que explotaba.

-Bueno... Pues era solo eso. Con permiso.- la chica hizo una pequeña reverencia y volvió a mirar al pelinaranja. -Hasta mañana, Hinata-kun. - la chica le dedicó su mejor sonrisa y se fue.

El gimnasio se quedó en silencio.

-Bueno chicos.- anunció el capitán con una palmada. - ¡A entre- ¡Hi-hinata!. - dijo asustado.

Todos se giraron hacia el pelinaranja asustados y se acercaron rápidamente. Se había desplomado en el suelo con un sonido sordo.

-¡Hinata, ¿estás bien?!. - preguntó Sugawara, arrodillandose al lado.

-Yachi-san, trae una botella de agua. -dijo Kiyoko.

-¡S-sí!. -exclamó la chica para salir corriendo.

Mientras tanto, el chico estaba sonriendo como un tonto y con la cabeza en las nubes. "Me ha tocado la mano. Me ha tocado la mano." Murmuraba el chico, apretando el cuaderno contra su pecho. Todos los chicos se miraron extrañados y se empezaron a reír.

-Bueno. Ya está bien. ¡A entrenar!. - dijo el entrenador. - Que ya hemos perdido mucho tiempo.

Hinata se levantó rápidamente y se puso en posición de soldado.

-¡Sí!. - exclamó el equipo.

Hinata exclamó con una sonrisa, todavía con el cuaderno apretado al pecho.

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Bonus!

Después de dos horas de un arduo entrenamiento, el entrenador Ukai los felicitó y les dijo que podían irse a casa.
Hinata y Kageyama se quedaron allí practicando veinte minutos más,hasta que Daichi llegó y les riñió, gritándoles que se fuesen a sus casas.

Hinata recogió sus cosas, y cuando fue a coger el cuaderno, vio que un pequeño papelito morado se cayó de este. El chico recogió esa nota, confundido.

"Hinata-kun, le he echado una ojeada a tus apuntes y he visto que son un desastre (sin ánimo de ofender). Si necesitas algún día algo o tienes dudas sobre cualquier tema, puedes venir a preguntarme siempre que quieras. Creo que eso podría iniciar una gran amistad, ¿no crees?.

Adiós :) "

-¿¡E-EHH!?. - exclamó Hinata. Y sí, otra vez, se sonrojó como un tomate.

-¡Hinata, boke! ¡No grites que ya es de noche!. - exclamó el pelinegro.

Hinata hizo oídos sordos a lo que dijo el chico. Kato quería iniciar una amistad. Con él. Sonrió de felicidad y pegó un gran brinco.

-¡Yeheyyy!. - exclamó en un salto con los brazos extendidos.

-¡HINATA, QUE TE CALLES DE UNA VEZ!.- bociferó furioso el capitán. La emoción absoluta del pequeño pasó a ser pánico.

Hinata salió de la escuela con una sonrisa, pensando decididamente en ir a hablarle mañana para iniciar una "bonita amistad".

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One-shots HaikyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora